SELECTIVIDAD DE ANDALUCÍA 2019
NUEVA
PRUEBA DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA
(03)
Y enlazando con lo anterior.
Transcurren unas semanas del evento y los coordinadores de la cosa escriben:
“En cuanto al texto argumentativo, se considera que la extensión de entre
150-200 palabras es aproximada, es decir, que no se penalizará un buen discurso
argumentativo con algo más de extensión”. Donde dije digo, digo Diego o…
pelillos a la mar. Pásese lo legislado por el llamado Arco de cuchilleros y que
no pare la cuchipanda… Y aún sigue preguntándose servidor cuánto será eso
de “algo más de extensión”: dirigida la pregunta al maestro armero aún no se
recibió respuesta.
Y seguimos… tirando del
ronzal. Nos vamos a la llamada pregunta 5a. Es la aquella que queda reservada a
la Historia de la Literatura (que se debía quitar, según la propuesta reiterada
de uno de los coordinadores ahí presente, porque es una “prueba memorística”).
¿Qué fue de la Filología? ¿Acaso importa? Sigamos. Se proponen nueve tema,s que
cubren todo el siglo XX, parte del XIX y del XXI de la historia literaria de España,
para estudiar y exponer uno el día de la prueba ¡por un punto sobre diez…! Se
obtendrá el punto si se expone “de forma breve, con coherencia y corrección,
las tendencias, autores y obras representativos del género y segmento
cronológico indicados”. En música una breve
es “nota que dura dos compases mayores”, pero
¿y en este negocio, caballero? “Un folio y medio”, se apuntó el día 4 de junio,
nada se señaló en la última reunión. Se precisa que debe ser tan breve, tan
general, tan… que algunos profesores afirman que con lo que saben los alumnos
de 4º de ESO van sobraos… Visto el
examen por los alumnos tras comunicarle la nueva, dicen que se estudiará la
Literatura… el de los Caños. ¿Qué fue de mis años de lectura, estudio, etc. de
la Literatura española…? “Aquí, caballero, se viene llorado de casa”. ¿Y los
profesores de Literatura de las facultades… se ha muerto, han desaparecido, han
apostatado, desertado o han tenido tanto arte y parte como lo hemos tenido los
demás? “Lo siento, servidor lo ignora”.
En las carreras académicas,
digamos, duales pasa esto: dado el
caso, la Lengua se lleva el gato al agua y deja a la Literatura como lagarto de
secano y a verlas venir… “¿Y eso?”. Lo ignoro. Cuando servidor empezó con el
llamado “Comentario” allá por los primeros de los 80, esta materia, y la
“Conferencia” no querían darlas nadie en los institutos porque no había hora
prevista para ello: era pues, campo de nadie, y de todos. El comentario se
hacía sobre un texto abierto, sin preguntas, sin autor, sin referencias… y la
supuesta conferencia la dictaba un quídam sobre un tema semejante: abierto, sin
preguntas… Se tomaba nota y se ponía en limpio para entregar. Por aquellos
entonces, la Literatura ocupaba en COU cuatro horas y tres la Lengua (hoy entre
las dos ocupan 3 horas). Poquito a poco hemos llegado a donde estamos, desde
hace años, el Comentario se comió los contenidos y los exámenes de Lengua y
Literatura…, y un clamoroso silencio a todo lo sumerge bajo sí. ¡Sepa Dios lo
que quiera decir breve! Ya lo
consensuarán… Folio, o folio y pico, o cuarto y mitad… Con una letra “de tamaño
normal” (?)… Y en ello viajarán en tercera, de nuevo, Machado, con Juan Ramón,
con… ¡Buen viaje! Por cierto, lo del comentario, así dicho… es mucho decir,
pues el tal comentario propiamente no existe, también ha muerto. “¿Y entonces
la prueba?”: Un truño como un castoreño, dicho sea con perdón.
En estas reuniones de coordinación al principio (entonces
creo que eran de co-ordinación), allá por los años ochenta del pasado siglo,
siempre fueron unas justas interesantes donde pugnaban profesores de la
Universidad y de los institutos en un todos contra todos en unos debates, a
veces muy bizantinos, en los que se discutía, por ejemplo, si era mejor que los
alumnos leyeran y trabajaran en el COU de entonces Cinco horas con Mario o La
colmena. Hoy esto viene resuelto, atado y bendecido, pues no hay debate: se
presentan Los girasoles ciegos
(cuatro cuentos) y La Realidad y el Deseo…,
sin más coordinación que la de ordeno y mando. Nadie pregunte qué fue de
Machado, Juan Ramón, Salinas, Lorca…, pues Manrique da cumplida cuenta de ello.
Muy bien. “¿De La Realidad y el Deseo…
qué texto usamos?”, pregunta el 4 de junio un avezado profesor. No se sabe: hay
cuatro ediciones corrientes de la obra, las tres últimas corregidas y aumentadas:
la primera del 36 y las posteriores del 1940, 1958 y 1964, la última y
definitiva. Reunión del día 15: se ha optado por la edición de Cátedra, que es
una Antología, y aun en esta, se
eliminarán, los poemas largos de Cernuda (¡mira que escribir esos incómodos y
largos poemas! Aprendidos y pulidos a la sombra de las lecturas de Eliot,
Saint-John Perse, Pound, Apollinaire… ¡qué más da estos o aquellos o ninguno!).
Incluso, comenta el coordinador, que aun
sin leer las obras, a su juicio, él “cree” que, a poco que sepa sobre ella
el examinando…, podrá superar la prueba con bien (pues de eso se trata, en
definitiva, de la cruz a la raya, de todo este tinglado: de superar una prueba).
¿Para qué leer realmente a Cernuda, a Buero y Baroja…? Desde luego, si no lee Los girasoles ciegos no les pasará nada:
lo aseguro; eso que se ahorran. En la próxima seguimos con mi amigo Luis
Cernuda.
Que razón lleva.
ResponderEliminarGracias por sus tres palabras. No me gustaría llevar razón, sino que hubiera un modo de cambiar esta realidad tan inútil como injusta. No me gustaría pensar que, al final, todo da igual. Un saludo.
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