20 de abril de 2024

52- ANTONIO ALCALÁ VENCESLADA. Una curiosa historia: los niños austríacos

 


Aunque en la vida de Alcalá esta realidad que hoy abordo en esta entrada es muy tangencial, apenas si la explico de pasada en el posible libro en que trabajo, pero sí que me gustaría extenderme unos párrafos más aquí porque es muy desconocida en general. No entraré en muchos detalles ni precisiones porque quienes los quieran, que los busquen en Internet, donde a todos se da consuelo.

En los años 49-50 tras la Segunda Guerra Mundial, ya terminada en 1945, parte de Europa quedó hecha un solar en todos los sentidos. Por una serie de razones políticas, diplomáticas, religiosas, éticas… se promovió en España, por el mismo Franco, y como artífice específico a su ministro Martín Artajo, la posibilidad de traer a España a unos niños que habían padecido y padecíangrandes necesidades. En una difícil operación que duró años, entre el Vaticano y el Gobierno español, Cáritas de Austria, el Gobierno de Austria, diversas instituciones españolas (Cáritas, Falange, Acción Católica…) se decidió traer a España ¡¡50.000 niños entre seis y trece años!! para que pasaran una temporada de vacaciones, se repusieran de lo padecido, etc. Todos ellos debían de ser católicos para facilitar el entendimiento en las creencias y evitar fricciones entre las familias de acogida y los niños: qué menos se podía pedir a la catoliquísima España de entonces. Debían de ser atendidos por familias que tuvieran posibilidades económicas; en principio vendrían a estar solo unos meses (entre tres y seis) y se repartirían por toda la geografía nacional.  Ni vinieron 50.000 ni estuvieron ese tiempo ni todos por igual ni todos volvieron a Austria ni… Vinieron 2.981 austriacos y 974 alemanes, niños y niñas.

                  Heidi Oehler con el entonces obispo de Jaén, 

          monseñor Rafael García y García de Castro, quien la acogió



La niña se llama/aba Oslinde, apelativo familiar de Oslinda, de apellido que estoy buscando, y era natural de Linz; ¡apellido que me llega hoy por medio de la citada doctora Cortés-Braña! La niña se llama/aba Oslinda Sherbaun. Pronto se hizo, como fue norma en todos ellos, según leo, con la lengua española y llamaba mamá a doña Isabel Muñoz-Cobo y papá a don Antonio Alcalá. Le encantaba la fruta que debía de ser comestible prohibitivo, si no inexistente, en su nación, especialmente le gustaban las naranjas (en general gozaban estos niños con las naranjas, los plátanos…; unas y otros se los pretendían comer con cáscara. Les llamaba mucho la atención el aceite de oliva). Oslinde padecía de diarreas frecuentes de tantas naranjas como se comía y había que prohibírselo y ella misma comprendió que el exceso no era bueno…

Con Alcalá buscando palabras andaluzas a diestro y siniestro para la composición de su simpar Vocabulario andaluz, en cierta ocasión, muy sensibilizados con asuntos léxico lingüísticos en la casa a todos los niveles, por lo que se ve, dio lugar a una simpática anécdota que protagonizó una de las señoras mayores del servicio. Estaba Oslinde en la cocina en sus primeras semanas queriendo decir algo a doña Isabel y mezclaba palabras españolas y alemanas en un popurrí ininteligible. Observando la situación, y no sin cierta congoja, la citada señora le comentó en ese momento a doña Isabel: “Menos mal, señora, que Dios nos hizo nacer en Jaén, si hubiéramos nacido en el pueblo de Oslinde, ¿cómo nos íbamos a entender allí?”… Misterios para los estudiosos de los orígenes de las lenguas y sus consecuencias.

La niña cumplió 9 años en Jaén. Tardó más del doble del tiempo que pensaban que se quedaría y un día se marchó con gran dolor suyo y de quienes se quedaban… Nunca más se supo de ella. 



17 de abril de 2024

51- ANTONIO ALCALÁ VENCESLADA- ESTUDIO LITERARIO SOBRE LA ANDALUCÍA DE VALERA

 



 

Mi condición de sempiterno estudiante y de asesor de estudiantes durante décadas hasta hoy, me enseñó de los ciclistas que, tras una larga y ardua etapa, cual puede ser un trimestre académico, es inexcusable, cuando se ve la meta, levantarse del sillín, apretar los dientes, poner los pulmones a pleno rendimiento e ir a por todas. Así estoy.

No he divulgado las dos últimas entradas en el blog porque algunos me dicen que “has puesto la directa”, “Sí que te cunde” y es que uno lleva "vida de escritor". Lo advertí y no lo oculté. Esto no es un pasatiempo, un entretenimiento, un hobby para los ratos de ocio: no, esto es una profesión, que no da de comer a la inmensa mayoría, a otros no nos da ni para merendar, pero que ocupa delante del ordenador y de los libros que uno lee… los días y las noches. Trabajo arduo, duro, solitario, enconado…

La entrada de hoy es una primicia. Esta obra no se publicó nunca. Entre la documentación de Alcalá Venceslada hallamos 87 cuartillas[1] deficientemente mecanografiadas (tiene muchas erratas e incluso faltas ortográficas) que llevan por título Estudio literario sobre la Andalucía de Valera. Estas páginas están sin nombre de autor; en la portada y anteportada se puede leer un lema: “Alma Mater”. La obra fue escrita con una finalidad concreta: un premio convocado en Cabra (Córdoba), ciudad natal del laureado novelista don Juan Valera. El premio en el año 35, que fue cuando Alcalá presentó su original, lo ganó el cacereño Pedro Romero Mendoza, con su obra Don Juan Valera[2], siendo los miembros del jurado Concha Espina, José Francés[3], R. Cansinos Assens.

El Estudio realizado por Alcalá lo compone una ficción organizada en torno a once cartas que este simuladamente escribe a diez amigos (repite a don Antonio Peña). En cada carta el autor lo que hace es tratar un aspecto que ha elegido sobre Andalucía y cómo ese aspecto o realidad andaluza se muestra en la obra de Valera. Entiendo que Alcalá leyó las obras completas de este y fue tomando notas de esas distintas realidades; copia algún párrafo significativo sobre el mismo y hace algunos comentarios que establecen puentes entre lo que Alcalá entiende de la materia, siempre partiendo de los textos valerianos y los caminos e ideas que apunta Juan Valera. Los temas elegidos son: “Varias cosas acerca de la ‘Andalucía de Valera’", “Andalucía y Grecia”, “Tradiciones andaluzas”, “El campo andaluz”, “La casa de Andalucía”, “Las tertulias”, “Locuciones andaluzas”, “Características andaluzas”, “Más características andaluzas”, “Tipos andaluces”, “El gracejo andaluz”.

        Sin la venia del Jurado por razones obvias, me voy a permitir yo emitir mi juicio sobre lo que he leído en esta obrita de Alcalá. Diré de entrada que no es una gran obra. Me da la impresión, por el mecanografiado, etc. que se hizo precipitadamente y empujado por la fecha de terminación de entrega de originales en el concurso. Ciertamente son innegables los aciertos, las perspectivas personales que Alcalá aporta al hilo de la obra valeriana, pero considero que, conociéndolo, pudo haber aportado mayor perspicacia y agudeza a sus comentarios que, en ocasiones, pecan de ramplones y tópicos. Se apoya en autoridades, pocas, más allá de Valera, como Menéndez Pelayo.

El Estudio sirve, sin embargo, para saber qué piensa Alcalá sobre temas diversos, como los tratados en cada carta y no pocos que salen al paso y que pueden ser de interés, entiendo, al estudioso de su obra. De modo sucinto, y en forma de enunciado casi, espigo algunos de los más sobresalientes a mi juicio, que dejo para el libro que se editará, Dios queriendo, y solo resalto una. Escribe Alcalá:

 

      Hallo también una satisfacción espiritual a íntima en escribir, ya que provecho material es poco o nulo el que en estos trabajos se consigue.

 

Añado. Algunos de los destinatarios de las cartas son personajes conocidos y relevantes en la provincia de Jaén en aquellos años: de ellos se ha hablado a lo largo de la biografía de Alcalá Venceslada, pero otros he tenido que indagar quiénes eran: curiosas vidas y labores muy relevantes las de algunos de ellos.



[1] Como en muchas otras ocasiones, Alcalá aprovecha papel usado o desechado. En este caso las cuartillas, escritas a una cara, tienen el membrete de “EL PUEBLO CATÓLICO. DIARIO FUNDADO EN 1893. DIRECCIÓN. JAÉN”, extinguido en este mismo año 1935.

[2] Ediciones Españolas. Madrid, 1940. Quien desee acceder a la obra lo puede hacer en este enlace: https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/don-juan-valera---estudio-biogrficocrtico-con-notas-0/html/fff7e922-82b1-11df-acc7-002185ce6064_16.html#I_1_

[3] Interesante esta persona, a quien no conocía.

10 de abril de 2024

50- ANTONIO ALCALÁ VENCESLADA- Seco Serrano, Carlos, ALFONSO XIII Y LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN


 

Lo he sabido y lo he olvidado y, además, los años corren y las cifras cambian y más ahora cuando la verdad es solo la mía ¡y cambiante!, ¡líquida y muy débil! Me refiero al número de libros que se editan en España al año. Lo miro: unos 95.000 en números redondos… ¿Quién es el guapo que está al tanto de todo? Pues eso, que servidor no lo está.

Sé, sin embargo, que se ha editado un libro muy recientemente sobre el mismo tema que trato yo ahora en una obra, la que yo comento, ya antigua, aunque fiable su autor, ahora diré, para mí. El libro recién editado lleva por título: 1923. El golpe de Estado que cambió la Historia de España: Primo de Rivera y la quiebra de la monarquía liberal. Me hace gracia que se advierte para los menos avisados: NO FICCIÓN, y su autor es Roberto Villa García (me interesa el autor y me interesan sus obras, pero la vida no da, y menos ahora, para todo: nada de lo humano me es ajeno, pero… el tiempo limita).



Carlos Seco Serrano es un clásico de la historiografía española contemporánea. Recuerdo su nombre siempre, ignoro el motivo, asociado a otros historiadores. En la carrera visité con frecuencia un manual grandón del que he logrado aún ahora decir los nombres de los autores de corrido: “Ubieto, Reglá, Jover y Seco”. No sabría precisar por qué usé ese manual, no soy capaz de afirmar que fuera por indicación expresa de don Luis Coronas Tejada, de quien guardo feliz memoria. A lo que vamos: Seco Serrano era discípulo de Jesús Pabón, de ahí que las referencias de autoridad a lo largo del libro sean muy continuas al maestro.

Ahora voy con mi sorpresa. Es el primer libro que leo exclusivamente suyo. Consulto en la biblioteca de casa tengo otro con Reglá y Jover. Todos los libros de historia que he leído sobre el hecho del golpe de Primo, la vida del Alfonso XIII…, en manuales o monografías, siempre Alfonso XIII ha estado, como buen camastrón, en la sombra de los movimientos político, tejes y manejes que no le correspondían a la corona, pero ahí estaba. Ciertamente ese rey en concreto no me gustó en absoluto nunca: el conocimiento de su vida privada me hace que desconfiara absolutamente de su vida pública, porque alcanzó a muchas realidades, pero nunca fue un esquizofrénico.

Seco Serrano con sus explicaciones, bien articuladas, argumentadas, apoyadas en autoridades nos da cuenta de un hecho donde todo cuanto el Rey hizo fue para evitar a toda costa el enfrentamiento entre los españoles, para una mejor España, etc. Armonizar la España real con la España vital. Él a sabiendas de lo que se cocía, por si acaso, se fue a San Sebastián a jugar al polo, cuando el golpe de Primo estaba en la olla y a la lumbre.

Me interesaba esta obra por el momento concreto que pretendía recordar. He leído sobre Primo de Rivera, sobre Antonio Maura –quien no sale bien parado en esta obra–, sobre el Rey, sobre Dato, Canalejas… sobre el golpe en sí, etc., pero quería circunstanciarlo en la vida de Alcalá Venceslada. No he encontrado estudios específicos sobre ese momento histórico en Jaén; me dicen los expertos que no los hay. Ya estaba Alcalá en esta ciudad cuando se produce el golpe. No leo nada suyo al respecto en ninguno de los muchos artículos y periódicos en los que escribía en ese momento. Cierto es que escribe en periódicos en los que la línea editorial se posiciona a favor de Primo y contra la ficción de una España amañada por los partidos –la “farsa canovista”, la llamó Ortega– y los políticos durante toda la Restauración, por ejemplo, el Norte andaluz, pero escrito por Alcalá nada de nada… En realidad, él no suele escribir sobre temas políticos salvo en la postguerra en la que se posiciona, por razones evidentes y otras que no lo son ni he leído nunca, pero que ya saldrán en la obra que pretendo editar, porque las tengo escritas.

Se leía en el Norte Andaluz en septiembre de 1924 la letra de un himno que se repartió en la provincia para ser coreado:

   1

Primo de Rivera

con sus generales

ha salvado a España

de todos sus males.

       2

Y sus delegados

en cada partido

cada uno ha hecho

bien su cometido.

       3

Gloria a Rivera

y al ejército todo

que así ha salvado

a España y al trono.

       4

Y si no es por Él,

y su gran astucia

España sería

la segunda Rusia.

Tengo la sensación, leyendo sobre la historia de Jaén, que esta, en los últimos siglos, ha estado lejísimos de Madrid, del poder, de los intereses económicos del Estado… He escrito un pretérito perfecto, de una acción pasada y acabada, “ha estado” y me corrijo y añado: ¡Y LO SIGUE ESTANDO! Jaén es aceite y fincas de Sierra Morena donde los prohombres de la nación (?) vienen a pasearse en monterías…

La verdad es que el período de 1917 a 1923 es una etapa de verdadera crisis nacional. Son los años en que Alcalá pasa por Cádiz, Huelva y termina aterrizando en Jaén en el año 20. En la provincia de Jaén hubo crecimiento demográfico grande, unas 65.000 personas, se calcula, a pesar de que Calvo Sotelo se refiere a Jaén, en una visita que hizo el 20 de mayo de 1923, como la tercera entre las peores poblaciones españolas por su tasa de mortalidad; pero no era solo cosa de Calvo Sotelo, sino que el Ayuntamiento ya estaba alarmado en febrero, el Gobierno lo reconoce…

Una de las promesas del dictador jerezano era la desaparición de los caciques…, lo que tampoco, una vez más ¿excepcional?, sucede en Jaén, donde los mismos perros se cambian los collares y seguimos en las andadas y en este caldo crecen enormemente los llamados sindicatos de clase.

Esto y algunos asuntillos más es lo que he podido escarbar y esclarecer para la biografía de Alcalá Venceslada ha sido todo. Insisto: ¡qué lejos estaba Madrid y el Gobierno de España! Hoy, insisto, sigue ocurriendo lo mismo. El otro día oí al presidente de la Excelentísima Diputación de Jaén (¿da igual el partido?) decir que el problema de Jaén es su falta de comunicaciones, en particular con los problemas de los trenes. De esto sí escribió Alcalá, sin embargo, ya, junto con otros, ¡¡hace más de un siglo!! Y es que las comunicaciones van… lentas, señor don Francisco, es mentira lo de la verbena, presidente. El único tren que llegó en punto fue "el tren de los locos".

 

 

 



2 de abril de 2024

49 – ANTONIO ALCALÁ VENCESLADA. Asensio, José María, FERNÁN CABALLERO. ESTUDIO BIOGRÁFICO

 


Fue José María Asensio intelectual importante en la Sevilla y la España de finales del XIX. Intervino en la política en el partido de Cánovas lo que le valió, copio de la Wikipedia: “un inmerecido olvido por parte de la crítica histórico-literaria del siglo XX”, especialmente sectaria con los escritores de derechas, conservadores o… (las lista de los represaliados por esta causa y por la crítica, los profesores universitarios, etc. sería interminable). En 1893 se trasladó a Madrid, donde fue nombrado académico de número de la Real Academia Española de la Lengua y de la Real de la Historia; además presidió la Real Academia de Bellas Letras de Sevilla. Con este párrafo quiero dar a entender que no era uno que pasaba por allí buscando espárragos para hacerse una tortilla, sin perdón, que de todo se cansa uno: “De la reina el rey, y de perdices quien las caza”, que decía la socióloga Florencia Vique.

El libro que escribe Asensio sobre Böhl de Faber en realidad es un folletito lleno de encanto por muchos motivos. Por el libro en sí, por el estilo que emplea Asensio y el tratamiento que hace del tema que es muy agradable.



El ejemplar que manejo es una primera edición que salió al precio de una peseta, aunque luego se le rectificó y subió hasta ¡cinco pesetas! El libro, intonso, lo voy abriendo con un abrecartas en un papel que se rinde de inmediato porque ya en su momento no era de buena calidad y pasados por él ciento veinticuatro años, se editó en 1900, no está para poner levantar barricadas.

Es una biografía, si se me permite la expresión poco académica, “escrita a pulso”, sin una mala nota al pie, sin apoyatura en autoridad ninguna… Está el libro redactado como si el abuelo nos contara una historia en cuatro ratos, la historia de una señora que conoció hace muchos años o de quien oyó contar lo que ahora él repite. No hay detalles, y si los hay, son lugares comunes: La elegancia de Fernán Caballero, su cultura, sus incontables lecturas y desgracias, la admiración en todos los órdenes que causaba en quienes la rodeaban, la conocían, etc. Se atiene el autor a líneas maestras de la vida de la escritora costumbrista.

Realmente adquirí el librito a ciegas, empujado como siempre por esa mala consejera que es la prisa, y he pasado un ratillo agradable leyéndolo. Me interesaba por la información que me pudiera aportar sobre el costumbrismo, vía que siguió después Alcalá Venceslada, pero bien poco he podido sacar en limpio…, salvo, insisto, con perdón: el buen rato que he pasado… ¿acaso lo estimo en poco?

 

24 de marzo de 2024

48- Antonio Alcalá Venceslada. LA FLOR DE LA CANELA

 


Mis queridos lectores, seguidores, quienes seáis, de estas entradas que estoy haciendo sobre Alcalá Venceslada… ¡ánimo que ya estamos llegando! 1955, fecha de su muerte, es nuestra meta.

Muchos me preguntáis si estas entradas se transformarán en un libro. No, la respuesta es que no. Estas entradas del blog, digamos que son pequeños resumencillos, comentarios de sucesos de la vida de Alcalá Venceslada: comentarios de libros que he leído para averiguar algunos detalles, comentarios de obras suyas que he estudiado para poder hacer alguna anotación, aunque sea somera sobre ellas y su persona, alguna crítica… En fin, esto que ahora lee usted es una muy breve síntesis de lo que estoy escribiendo y, además, un tanto desestructurado. Lo que llevo escribiendo casi tres años sobre él es mucho más detallado, más extenso, mejor contextualizado en el tiempo y en los hechos vitales de Antonio Alcalá, y espero que sea muy grato para quienes puedan estar interesados en esta biografía, en este relevante personaje andaluz, que no solo de Jaén… ¡Y de más allá!

Les adelanto también que haré un agradecimiento público, aunque anónimo, de corazón, a todos aquellos que, como usted, han leído estas entradas, si algún día se publica el libro que anuncio en el párrafo anterior.

* * *



Hoy, y vamos por 1946, comento un librito del que siempre tuve noticias. Para mí había dos obras de Alcalá que eran las fundamentales, por no decir únicas, durante muchos años de mi infancia y mi adolescencia: el Vocabulario, obra magna, sin duda; y La flor de la canela, que hoy sale a este escenario.

Seguro que era un niño cuando lo leí, porque no captaba del todo la gracia de los cuentos, no entendía bien muchas palabras: algunas de ellas no estaban en mi diccionario escolar y tenía que buscarlas en el Vocabulario de Alcalá, porque eran andalucismos… En fin: lo recuerdo.

Luego, con el paso de los años, sí que lo volví a leer e incluso, no sabría explicar por qué, era raro el año que los alumnos no me pedían que les leyera algunos de los cuentecillos que el librito contiene… y era motivo de risas, de hablar de Andalucía, del andaluz y bien poco de Alcalá Venceslada, porque bien poco era lo que yo sabía entonces sobre él.

El librito se publicó en el año que arriba cito, 1946, su título completo, incluyendo su subtítulo es Cuentos, chascarros y sucedidos andaluces, en verso y se publicó en Andújar. El libro lo componen veintidós cuentecillos no muy extensos y un breve prólogo: “Y va de cuento”. Al frente de los mismos escribió su autor un título conciso y sugerente que pretende atrapar la idea principal del cuento y, además, lógico, orientar al lector.

 

Todos los cuentos tienen lugar en Andalucía y normalmente, no siempre, el autor dice dónde se sitúan los hechos. Se inician con una caracterización somera, pero pintoresca de los personajes o del personaje principal… Y por no alejarme escribo sobre el primero del primer cuento: Currito Campos Reyes, gitano típico, sabidor de toros, anises y vinos y que “a despecho de las leyes / miente, roba, pelea y se emborracha”. Aunque para Lorca todos los andaluces somos gitanos, lo cierto es que no es así para Alcalá, ni para mí. Los gitanos lorquianos y de otros muchos autores antes y después de él son seres míticos, que llevan en la sangre una fuerza telúrica, heredada que les da una dimensión mágica, etcétera y etc. No así en la obra de Alcalá: algunos son los gitanos que salen en estos cuentos (en tres de ellos en concreto), pero estos son unos gitanos, que diría Cela, “como Dios manda”: de carne y hueso, que beben, ríen, viven del trato y sin emplearse en nada, cantan y se divierten, se relacionan con los payos o no, según les conviene y viven su anomia como alejamiento de todos y de todo, a su aire, con sus leyes y su compás.

Insisto en que lo normal es que los personajes no sean gitanos, sino castellanos o payos… Gente ordinaria, con oficios corrientes y molientes… El cuento, caracterizado el personaje, entra pronto en materia y no alarga el argumento que no es así el humor de Jaén, que es más bien de mecha corta, de ocurrencia, de sopetón…, más conceptista que culterano, y la gracia la encuentra el lector al final del cuentecillo, muy manierista el detalle.

Entiendo que el lector se hará cargo de la simpatía, la gracia y el salero de Alcalá al contar estos sucesos que no son necesariamente creación suya, sino que, como sus Cuentos de Maricastaña siento decirles a quienes me han pedido algún ejemplar que no los tengo como tampoco tengo ejemplares para regalar de La flor de la canela; insisto: lo siento… Decía que pudieron ser oídos, alguien que le contó tal suceso o anécdota y, fácil versificador, Alcalá, los pone de pie vestidos y más… majos que un ocho…