17 de marzo de 2016

CHARLIE-SALIDA-48-DE LA EDUCACIÓN Y ESAS ZARANDAJAS EN QUE LA VIDA NOS VA...


                  
                Querido charlie:
            Ignoro si es bueno o malo que se hable mucho, demasiado, de algo: no lo sé. Dicen que es bueno, aunque sea mal. Me parece esto más acorde con lo de andar por la farándula del candelabro que para otras realidades. ¿Qué ocurre cuando se habla mucho, en exceso, de algo tan importante como la educación y, además, no se hace nada o muy poco? Algo huele a podrido, algo huele a quemado, y se está pasando de cochura: no me gusta cómo caza la perrilla, charlie. Me pregunto: ¿dejó de estar alguna vez la enseñanza, la educación, fuera de los intereses de todos, alejada de la opinión inane de la mayoría, nombrada en el campo de batalla de la necedad… para hacerla bandera de las banderías de unos y otros, bandera arrastrada por el suelo por la mayoría?
                En España, como no puede ser menos, cuando se somete una realidad a debate, se discute y se grita y se insulta: una cabeza piensa, nueve embisten. Quienes debate se dividen siempre en bandos con un par de ellos, los más sonados, en irreconciliables. No hay acuerdo posible.  Inadmisible un acercamiento de posturas. Si no se marchan y abandonan el campo del debate, los debatientes terminan siendo batientes, contendientes que acaban en la más encarnizada enemistad y, aunque haya sonrisas, entre los labios se escapan las babas del odio que hablan de muerte, de ir a muerte, digo.
                Libros y más libros se agolpan en las trincheras de los bandos beligerantes. Se enarbolan banderas que son símbolos que simplifican. Sinceramente no sabría bien cómo calificar a quienes hoy luchan en el campo de batalla de la educación. Los enseñantes y los educadores; los pedagogos y los antipedagogos; los progresistas y los retrógrados; los revolucionarios y los reaccionarios; los inmovilistas y los conservadores; los innovadores y aperturistas y los antediluvianos; los futuristas y los reaccionarios; los prudentes y los atolondrados; los sensatos y los irresponsables… Nunca atardece, nunca amanece: o es de día o es de noche. O blanco o negro. No hay matices…
                Llevo 52 años en las aulas. Padecí y disfruté 10 centros académicos como alumno y cuatro como profesor. Tuve 73 profesores desde parvulitos hasta el doctorado. Leí unos miles de libros, muchos de ellos relacionados directa o indirectamente con el oficio de enseñar a quien no sabe y educar a quien no quiere ser educado. Eché muchas perlas a los cerdos. Muchísimos alumnos de entre los miles, seguro que la mayoría, resultaron ser personas maravillosas con quienes sufrí y me reí, por quienes subí, bajé y aprendí y pensé y soy feliz, charlie, con perdón, ya sabes: no es políticamente correcto decir que uno es feliz sin ser tachado de bobo con mocos. Pueden probar a meterme el dedo en la boca…
                Por lo que veo, últimamente, se le ha ocurrido a José Antonio Marina echar balas en la lumbre. Nuestro magnífico e inteligente horticultor marinero… se ha metido en un jardín lleno de abrojos: cardos, ortigas, cambrones, zarzales…, pero ¿acaso podría ser de otro modo? Empezó estudiando la inteligencia, se pasó por la ética en sentido amplio ¿y para qué todo ello sino para darlo, para enseñarlo, para mejorar mejorando… lo presente para el futuro? Es obvio. Lo descalifican diciéndole que ya dejó la enseñanza en sus campos de batalla ordinarios: ¿cómo es posible que el cardiólogo opere el corazón y sepa de ello si él no fue operado? ¿Cómo puede saber de niños quien no los tiene? No hace falta ser leproso para curar la lepra.
                ¿Nos interesa realmente la educación/enseñanza/instrucción…? Es decir: ¿nos interesa ocuparnos y preocuparnos por los demás o, en el fondo, lo que nos ocupa y preocupa somos nosotros mismos, nuestros afanes e intereses, nuestras conveniencias, ventajas, beneficios, prebendas? ¿Qué hay de aquello del servir a los demás, de esotro de ser felices ayudando, de aquesto que afirma que la felicidad es puerta que abre al otro…? ¿Busco lo mejor para los demás porque en esa búsqueda mejoro yo o, en realidad, todo eso son moralina ñoña y pacata? Ocurrencias de quien orina en el campo y se lo hace fuera.

                Mira charlie, no pregunto, por los hombres del mañana, porque el mañana no existe; no me deshago en la necia inmediatez del presente huidizo; no me regodeo en el pasado que ya fue… No. Pregunto… a los enseñantes/educadores/docentes/ instructores/ profesores/ maestros… ¿a qué están dispuestos? ¡Al margen de lo que les dé, conceda u otorgue la sociedad y sus gobernantes, de reconocimientos o frustraciones… Quien tiene un porqué…soporta, quiere, ama… cualquier cómo: eso dijo un filósofo. 

10 comentarios:

  1. Dicen que las mejores escuelas están en Filandia....¡pero aquí no tenemos niños finlandeses!!!!

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    2. Ni maestros finlandeses, ni cultura finlandesa, ni el frío de allí..., pero creo que sí podemos poner aquí y allí amor en lo que hacemos, calor humano de comprensión y ánimo, tenacidad... y seguro que lo haremos muy bien a la española: estoy seguro. Que por mí no quede. Un saludo,

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  2. Hola Don Antonio, yo he sido uno de sus alumnos y me siento orgulloso de haberle tenido como profesor. Ahora, cómo docente, comparto con usted muchas de las inquietudes que expone en el artículo. Solamente le diré que yo también me sentí muy feliz en aquellos años como discente. Un abrazo de su alumno Diego Acebes.

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    1. ¡Qué alegría saber de ti! Muchas gracias por tus palabras. Ahora que ya se va acabando la mina al lápiz y todo toma color otoñal... Recibe un abrazo fuerte y da recuerdos a tu madre, a quien alguna vez saludé, a tu hermano. Con afecto,

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  3. «Vivir ya detrás de todo,
    al otro lado de todo...»

    Educar, enseñar, descubrirle al otro «algo» siempre ha sido una especie de «caridad» y hoy, pregunta conmigo, y hoy ¿a quién le importa el otro?

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  4. La caridad, lo aprendí en EL LAZARILLO, tratado tercero, se subió al cielo, me temo... La importancia del otro no es sino que sin él... yo, en realidad, no soy nadie. Cierto que vivimos así, como si el otro no existiera y yo lo ocupase todo, centrado, orondamente ridículo y risible. Menos mal que tú existes, y los tuyos. Con afecto,

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  5. Soy testigo muchas veces del afecto que te muestran tus antiguos alumnos y también los actuales. Ánimo en el camino y sigue haciendo tanto bien a esos muchachos.

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  6. Gracias por tus palabras. No siempre sobran las fuerzas. Con agradecimiento y cariño,

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  7. Marina, con mis respetos es un tipo que factura ideas y dinero...escriba usted de esto, que sabe

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