1 de agosto de 2025

18- Danny Boyle: «La gente ve cine de terror porque puedes hablar de política»



Me propuse no leer los artículos de donde seleccionaba las “declaradas”, los titulares de los avezados periodistas y así lo hago. Tampoco investigo a los autores que no conozco de las declaradas, como a este señor Boyle, pero me parece oportunísimo su comentario. Desconcertante al principio quizá, pero de inmediato se comprende el sentido.

Se supone, por lo que recuerdo, que la política es toda actividad que realizan los ciudadanos, unos con otros en la polis. Es, por tanto, una necesidad cotidiana, pues todos nos comunicamos, actuamos, interactuamos con nuestros conciudadanos: quien con la dama con la que habita, su esposa, su doña, su mari, su querindonga, su señora o su compañera de piso o con el frutero o el quiosquero de la prensa. Incluso aquellos que vivimos en pueblos pequeños, casi en el campo, nos contamos unos a otros, es decir, politiqueamos.

Lo malo es cuando la política se elevó a oficio y arte. Debió de ser muy próximo su nacimiento al de la polis. Siempre hay espabilados que quieren sacar tajada de lo que cruza por el foro. “Si me hago político…” y en eso se estuvo y se está desde hace muchísimos siglos. La política, como todo negocio, no se olvide el origen de esta palaba nec-otium, es decir: la política no es actividad ociosa, ni de entretenimiento, porque pronto se le pone a quienes se dedican a ella la vena de cantaor en la cartera, en las manos y todo ello mana del corazón.  En España, cerca del 50% de PIB vivaquea de las ubres del Estado: donde están las flores van las abejas; donde está el humo está el fuego y donde el billetaje, los vivales.




¿Tiene que ser la política necesariamente actividad oscura, tenebrosa, de terror, de… todo lo malo que se nos ocurra y que lleve anejo al secreto, al egoísmo, a la codicia, al robo, a la soberbia…? No lo sé. Nunca me dediqué a esa que dicen produce esa erótica irresistible, cual es la del poder.

¿Cuántas veces habremos oído que la democracia es el menos malo de los sistemas de gobierno de las sociedades? ¿Quiénes se benefician de que esto sea así? Quien lechón nace, lo tiene difícil: marrano muere. Hay sagas familiares de políticos, dentro de los partidos, en la partitocracia y quienes se alzan con el santo y la limosna quedan encumbrados social y económica y profesionalmente de por vida (aunque luego no los reconozca ni su padre. En España los diputados tienen unos derechos a los que no alcanzamos quienes no lo somos y nunca sabré por qué ni por qué no nos rebelamos).

Nunca me gustaron las películas de terror y miedo. Nunca me gustaron ni la política ni los políticos profesionales…, pero aquí seguimos en una partitocracia donde hablamos con una papeleta cuando se nos convoca a las urnas… ¡y a callar! A ver películas de terror y a la chachara insustancial como esta.

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