Por si a la Guardia Civil se le ocurriera, por si alguien pudiera pensarlo… Juana Rivas, la señora huida de la Justicia, no está en mi casa y no lo está por la misma razón por la que no lo está ningún otro presunto delincuente. Si un fugado de la Justicia estuviera en mi casa, yo sería su encubridor y cómplice.
Creo
que ya está bien de intoxicación y de mentir. El origen de toda esta tontería,
que es más grave y está muy extendida, se halla en ese movimiento meloso que arranca
de Horkheimer y que ha dado en llamarse lo
políticamente correcto. Esto, lo políticamente correcto, no es sino un modo
de manipulación y falsificación de la realidad, un modo de postergar el sentido
común, una pérdida de la relación entre distintas realidades y un cauce por el
que discurre el relativismo pleno hasta desembocar en la selva de lo
irracional.
He
estado viendo jugar a los niños al fútbol. No tendrían más de nueve años. Uno
de ellos, torpón con la pelota en los pies, la ha cogido, sin embargo, con las
manos sorprendentemente para todos y la ha metido de la portería contraria… Los
adversarios han gritado que era falta por manos… Él ha dicho que no comparte
esa norma… ¡Admirable! Revuelo de niños como palomas. ¡Imposible! Si no hay
normas no hay juego. Si no hay juego, el resto sobra… Si Juana Rivas mete los
goles a la Justicia con la mano, no tiene razón por muy grande que sea su
equipo, por mucho que griten y tontas sean sus alegaciones para la jueza (que
no está para ponerse en su lugar,
sino para impartir justicia entre lo que su demandante pide y ella pide: para
eso está la jueza, señora Rivas: para impartir Justicia…, cosa que usted no
permite porque se ha llevado usted la pelota y la ha escondido… ¡porque usted
dice que la pelota, la portería, el campo… todo es suyo!).
Responda sin saber de la disputa y sin pensar…,
solo su corazón tiene razón y determina
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Culpable
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Inocente
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Disputa entre poli blanco y delincuente negro
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Disputa entre gitano y Guardia Civil
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Disputa entre multinacional y trabajadores
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Disputa entre empleados y empresarios
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Disputa entre marido y mujer
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Disputa entre dueño de piso y okupa
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Disputa entre alumno y profesor
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Para
una inmensa mayoría en Maracena o Tomelloso, Juana Rivas tiene la razón, la
Justicia no se ha portado bien con ella: y son sus OPINIONES, pero están
seguros que la condena que se hizo a su marido sí fue justa: también son sus
OPINIONES. ¿No es posible que la Justicia no fuera justa con el marido, se
equivocara y ahora…? ¿Por qué no? ¿Si se equivoca con Juana por qué no con su
marido italiano?
Perdone
usted ha leído la instrucción del caso o se está guiando por lo que oye, por lo
que dicen, por lo que su corazón dicta… Yo me inclino a ponerme de parte de la Justicia y su representante, la jueza, y no de parte de la huida.
¿Cuántas injusticias fehacientes, reconocidas, juzgadas, siguen a la
espera de ser rectificadas, reparadas y resarcidas mientras los ofendidos y
agraviados -inocentes declarados culpables- esperan que “lo suyo” salga de un
ordenador de algún juzgado donde la Justicia erró, pero no rectificó aún?
¿Dónde queda su silencio? Ellos, nosotros… ¿no jugamos?
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