15 de agosto de 2017

No me tomes el pelo, Juana Rivas



  Por si a la Guardia Civil se le ocurriera, por si alguien pudiera pensarlo… Juana Rivas, la señora huida de la Justicia, no está en mi casa y no lo está por la misma razón por la que no lo está ningún otro presunto delincuente. Si un fugado de la Justicia estuviera en mi casa, yo sería su encubridor y cómplice.

     Creo que ya está bien de intoxicación y de mentir. El origen de toda esta tontería, que es más grave y está muy extendida, se halla en ese movimiento meloso que arranca de Horkheimer y que ha dado en llamarse lo políticamente correcto. Esto, lo políticamente correcto, no es sino un modo de manipulación y falsificación de la realidad, un modo de postergar el sentido común, una pérdida de la relación entre distintas realidades y un cauce por el que discurre el relativismo pleno hasta desembocar en la selva de lo irracional.

     He estado viendo jugar a los niños al fútbol. No tendrían más de nueve años. Uno de ellos, torpón con la pelota en los pies, la ha cogido, sin embargo, con las manos sorprendentemente para todos y la ha metido de la portería contraria… Los adversarios han gritado que era falta por manos… Él ha dicho que no comparte esa norma… ¡Admirable! Revuelo de niños como palomas. ¡Imposible! Si no hay normas no hay juego. Si no hay juego, el resto sobra… Si Juana Rivas mete los goles a la Justicia con la mano, no tiene razón por muy grande que sea su equipo, por mucho que griten y tontas sean sus alegaciones para la jueza (que no está para ponerse en su lugar, sino para impartir justicia entre lo que su demandante pide y ella pide: para eso está la jueza, señora Rivas: para impartir Justicia…, cosa que usted no permite porque se ha llevado usted la pelota y la ha escondido… ¡porque usted dice que la pelota, la portería, el campo… todo es suyo!).

Responda sin saber de la disputa y sin pensar…, solo su corazón tiene razón y determina

Culpable
Inocente
Disputa entre poli blanco y delincuente negro


Disputa entre gitano y Guardia Civil


Disputa entre multinacional y trabajadores


Disputa entre empleados y empresarios


Disputa entre marido y mujer


Disputa entre dueño de piso y okupa


Disputa entre alumno y profesor



      Para una inmensa mayoría en Maracena o Tomelloso, Juana Rivas tiene la razón, la Justicia no se ha portado bien con ella: y son sus OPINIONES, pero están seguros que la condena que se hizo a su marido sí fue justa: también son sus OPINIONES. ¿No es posible que la Justicia no fuera justa con el marido, se equivocara y ahora…? ¿Por qué no? ¿Si se equivoca con Juana por qué no con su marido italiano?

      Perdone usted ha leído la instrucción del caso o se está guiando por lo que oye, por lo que dicen, por lo que su corazón dicta… Yo me inclino a ponerme de parte de la Justicia y su representante, la jueza, y no de parte de la huida.

      No. Juana Rivas es una fugada de la Justicia y no está en mi casa y su condición femenina no le da la razón, solo por ello y por mamá. 

      ¿Cuántas injusticias fehacientes, reconocidas, juzgadas, siguen a la espera de ser rectificadas, reparadas y resarcidas mientras los ofendidos y agraviados -inocentes declarados culpables- esperan que “lo suyo” salga de un ordenador de algún juzgado donde la Justicia erró, pero no rectificó aún? ¿Dónde queda su silencio? Ellos, nosotros… ¿no jugamos?  

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