Querido
charlie:
Hoy
toda elección de una opción basada en convicciones morales absolutas, comporta
un agravio a quien ha elegido otra opuesta o sencillamente distinta. Quien haga
valer esas convicciones es un fascista ignorante, un iluso. La única solución a
esta confrontación es la equivalencia relativista de todos los valores: todas
las opciones son igualmente válidas y valiosas. Todo valor debe desaparecer
para que prevalezca, según esta postura, la libertad. Los valores son
intercambiables, equivalentes.
Querer
restituir valores evidentes, como la dignidad humana, se percibe, vistas desde
concepciones éticas rivales, como verdadera agresión intolerable, atentado propio de intolerantes.
Una
sima insondable se abre ante un hombre que vaga hasta detenerse y
sentarse con los pies colgando en el vacío. Un hombre que mira hacia un abismo
que nada le dice, que nada le soluciona, que le impide avanzar… No obstante,
aunque el paraíso esté cerrado y un querubín lo custodia, quizá sea posible
volvernos sobre nuestros pasos y hallar por donde volver a él.
Tucho
Castelo.
Todo vale, todo cabe bajo el paraguas del "él verá en con conciencia" que tanto se oye. Una m**rd*!
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