12 de noviembre de 2012

Parafraseando: la pornografía es violencia.



          Hace unos años, antes de la divulgación de Internet, una tesis doctoral, entre sus finalidades tenía la recopilación, selección y actualización de bibliografía sobre el tema tratado. Antes incluso de ello, comentaba Julián Marías -¡excelente escritor, excelente español, excelente pensador!- que ya era imposible, con los medios que se contaba, acceder a todo lo escrito sobre cualquier realidad, fuera la que fuese. (Por cierto, desde aquí reivindico la figura de Julián Marías, con quien pasé horas inolvidables).
         Imposible por tanto estar al cabo y al tanto de todo lo publicado: imposible. Escrito esto añado que de ahí a repetir como novedad lo que se halla en la Biblia, en los clásicos griegos y latinos, apropiárselo, difundirlo, etc. sin darle a cada uno lo suyo es injusto.
        Leo hoy (EL MUNDO, 12-11-2012) que toda pornografía es “violencia, vulgaridad y misoginia” y me quedo perplejo. Todos los miércoles no se puede inventar la pólvora sin humo. Todos los jueves no se escribe el Fausto ni El Quijote. Todos los días es complejo descubrir el Mediterráneo. Enmudezco al leerle al periodista “¿Moral a la hora de hablar de sexo? «Sí, porque es amoral y necesita de una moral para que nosotros podamos enfrentarnos a él»”, estas palabras últimas son del pensador francés Comte-Sponville, que presenta en estos días en España el libro al que hacen referencia las palabras del periodista, Ni el sexo ni la muerte. Tres ensayos sobre el amor y la sexualidad (Paidós).
       TODO ACTO HUMANO ES ÉTICO O ES INHUMANO. TODO ACTO HUMANO ES MORAL -inteligente, voluntario-, O ES ANIMAL.

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