30 de julio de 2025

16 – DECLARADAS - Koldo García, en los audios: «Óscar tiene una cantidad de trapicheos que no es normal»

 

 

Y tras lo citado, continúa el recitar de ese poeta de la bazofia entre las heces en la sentina: «yo te digo que es un hijo de la gran puta». ¡¡¡Tiene una cantidad de trapicheos que no es normal!!! ¿Quiere esto decir que hay una cantidad normal, ordinaria y habitual de trapicheos? Entendamos que los trapicheos son, según el DUE,Tratos o actividad de alguien irregulares o poco claros”. ¿Es lo normal que en los ministerios entre quienes están colocados a dedo, entre los cargos políticos… su estado natural, normal, cotidiano es ¡¡el trapicheo!!? Sea el que sea su empleo, también dedica su tiempo al trapicheo.

El hermano de Pedro Sánchez, el tal David, el músico… pudo por lo menos contestar a la jueza que su oficina se dedicaba al trapicheo. Hubiera dado al menos un norte de a qué se dedicaba.

Oiga, ¿y usted qué empleo tenía?

Soy músico, señoría.

¿Y en qué empleaba el músico su tiempo?

Trapicheaba, señoría.

Y cuando otra señoría le preguntó, más o menos, a la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, si sabía de qué iba el festejo por el que estaba siendo interrogada en el juzgado, ella dijo un “No” mínimo, tímido y casi inaudible  de niña bien en prostíbulo ajeno. Pues le hubiera quedado más de empoderada responder:

Señoría, yo me dedico al trapicheo universitario -¡eso le hubiera dado el caché que buscaba su doctor particular y compañero de Moncloa!-. En particular y de lo que usted me dice ni pajolera: a este establecimiento he llegado hace un rato y aún no vi oportunidad de negocio.

Al menos Koldo y Ábalos y Cerdán son unos ladrones como Dios manda, que diría Cela: son unos hijos de…, un redomados cabrones, unos cínicos…, que mienten y hacen trampas a mansalva. Como su jefe: sin mover un músculo:

¿Sabe usted algo de mordidas? ¿Y de Pedro Sánchez?

Señoría, de lo primero no sé. Y al segundo ni lo conozco -así, con descaro, con dos cojones, como los señoritos del cortijo que son.

Si es cierto lo que he leído, sus trapicheos les pueden haber dado muchos millones de euros, lo que como saldo no está mal. Van al talego, pasa la dana judicial y carcelaria y periodística, viene la redención de pena, las ayudas de los amigos y a la calle con el billetaje donde lo tengan. Y vuelta al trabajo: ¡al trapicheo! (Ábalos dice que no hay cuerpo del delito; que no se ha encontrado el dinero; pero también dijo quedar estupefacto de lo que hacía Koldo, y que él no participaba de ninguna trama… ni… decía la verdad… ¡ni una vez!).

Con lo de las mascarillas se dedicaron al estraperlo de la guerra y la postguerra del 36. Así es como se hace dinero. Situación de extrema necesidad de un lado, encarecimiento del producto, que la otra parte puede servir, necesidad, aprovechamiento de la oportunidad y … ¡billetaje!

¿Quiere usted hacer obras de envergadura? Pues pase por caja, amiguete.

Ahora, lector, al robo se le llama trapicheo. Lo que siempre fue: estafar, timar, hurtar, afanar, mangar, atracar, sisar, despojar, desvalijar, defraudar, usurpar, malversar, sustraer, expoliar… todo eso es un trapicheo… En el trapiche se extraía el jugo a la aceituna, o el azúcar a la caña. Trapichear es estrujarle el gaznate al otro, al contribuyente, al que estando con la soga el cuello… se le tira un poquito de los pies para que dé la pringue que en su pellejo quede. Buena gente… Me voy a imprimir unas tarjetas con mi nombre y debajo voy a poner TRAPICHEADOR.


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