Si
usted es adicto a este blog -¡que no lo soy ni yo!- es posible que recordase
los entradas y las apuestas que he hecho sobre Juana Rivas: no he perdido ni
una. Busco en el blog y veo que le he dedicado cuatro entradas por lo menos a este pobre fantoche de mujer hecho guiñol… ¡Que tengo también yo bemoles!
Aún recuerdo aquel “Juana Rivas está en mi casa”, al que me negué en redondo porque en mi casa solo entran buenas personas -¡hasta cuando entran los ladrones!- y la tal Juana no lo es. Le vi el pajeo desde que asomó la gaita.
Tengo amigos que han sufrido lo que está padeciendo el tal Arcuri, a quien no conozco ni…, pero tengo y tuve para mí que este pavo italiano está pasando por pollo de Utrera y como tal lo van a pelar: vivo, con poca agua y muy fría.
Y luego la grandona, esa gigantona que siempre va abrazando a Rivas y la escolta y habla por ella y se me antoja y recuerda al tal Koldo…, a quien Dios confunda.
Y en medio del tenderete los más dañados. Que no son daños colaterales. Los dos hermanos. El mayor que lo veo disfrazado de mena asentado ya en algún centro de acogida… No les falta detalle a los cómicos de la legua: menuda tristeza. El niño escribe, por supuesto, en italiano al presidente de Andalucía y al Constitucional y a la ministra de la guardería, la tal Sira Rego, creo que se llama, que baja desde Madrid, a gastarse más de lo que he tenido que pagar este mes pasado en la renta… Es decir, que su viaje sale de mis riñones y de los suyos… ¡de los suyos de usted lectora!
Que se dejen de memeces, que esto de no hacer casos a los jueces está muy bien para golpistas catalanes independentistas, pero no para mamás de Maracena. Mañana viernes, el crío, como los jueces han dicho... con su padre.
francesco arcuri, el santo job italiano
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