31 de enero de 2019

332-CHARLIE-SALIDA- ANDALUCÍA SELECTIVIDAD 2019. NUEVA PRUEBA DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA (01)


Preámbulo

Las entradas que se sucederán abajo son un modo de rebelarse y oponerse. Los españoles somos muy amigos de preguntarnos ¿qué pasará? Y nos cruzamos de brazos a esperar. ¿Qué podemos hacer? “¡Qué se le va a hacer!”, se lamentan. Estamos otros, de la misma raza, pero de otra casta que siempre nos preguntamos ¿Qué podemos hacer? ¡Es más!: ¿qué puedo hacer? Y nos lanzamos al tablero, aunque la vida nos fuere en ello, que no es ahora el caso. Me rebelo, me opongo.

Este año se cambió la prueba de Selectividad de Lengua y Literatura. La prueba es desequilibrada, injusta e impuesta. ¿Se puede cambiar? Lo dudo. ¿Qué se puede hacer? De momento aquí va mi comentario a la misma, un comentario doloroso, padecido, sufriente, rabioso… en defensa de la Asignatura y de los alumnos que hoy cursan 2º de bachillerato.

Le ruego que dé pábulo a esta opinión, pues de eso se trata, pero que opinen otros, que se muevan los demás… que hagamos… ¡Que ya está bien!




SELECTIVIDAD 2019

NUEVA PRUEBA DE LENGUA CASTELLANA Y 

LITERATURA

(01)

Reunión descoordinada de coordinación de la Selectividad donde se presume que un profesor de la Universidad, junto a uno de instituto coordinan a todos los profesores de la materia del distrito universitario de Jaén (o como se llame). Explicará cómo será la prueba en toda Andalucía: la nueva prueba en este caso este año. Se trata de la asignatura de LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA II, Lengua castellana a secas o de “Comentario de texto”, como también la he visto citada, como digo: tendrá un nuevo formato.

Excuso decir que no se hablará de la calidad de los contenidos ni por qué se han seleccionado, etc., ni de cómo mejorar la enseñanza, las metodologías, de cómo elevar la ilusión en el aprendizaje e instrucción en la materia… Eso se da por descontado: no es que no sea lugar ni el momento para hablarlo: ¡es que no existe porque no importa! Los profesores de instituto vamos con la intención, desde hace quizá décadas, de que nos indiquen los coordinadores de la cosa cómo se corregirá para que nosotros podamos adiestrar a nuestros alumnos para que superen la prueba. Insisto: no se trata de cómo ayudar a mejorar a los futuros universitarios para que aprendan, se formen, se instruyan, disfruten… ¡no! Se trata de cómo y qué enseñarles, que lo practiquen, para que salten garbosamente y con nota la tapia de la Selectividad (también llamada PRUEBA DE ACCESO A LA UNIVERSIDAD, quizá porque de nada sirve, nada selecciona y me remito a quien estudió el asunto con detalle y consistencia, Mariano Fernández Enguita, catedrático, etc. etc.; en sus publicaciones y estudios lo encontraréis).

Vamos a ver si logro deshacer tuertos.

1. “¿Por qué se ha cambiado la prueba?” Se preguntan y se responden los ponentes: “Se vio”, “se dijo”, “se comentó” que era mejorable. Y usted dirá: “¿Y qué no lo es?”. Pues eso. No se dijo que sería más justa, más correcta, mediría mejor los conocimientos, no… “era mejorable”. Según se nos aclaró “el más antiguo” del grupo elegido para la coordinación a nivel andaluz (ignoro el nombre del mismo, ni me interesa) lo vio oportuno y así lo defendió en la reunión entre quienes preparan las pruebas: la antigüedad siempre fue un grado en la milicia, y en la enseñanza (hasta no hace mucho). Este cambio se comunicó el día 4 de junio de 2018 con gran reserva y sigilo. No se dieron las pautas por escrito, casi off the record se proyectó el contenido en una pantalla lo novedoso ¡Y lo recibimos no sabemos cómo por medio del whatsapp a los tres días en nuestros teléfonos…! ¡Magnifico ejercicio de falta de respeto y de ignorancia! (“si no quieres que se sepa, ¡no lo pienses!”). Triste modo de hacer el ridículo.

Si ustedes se dedican al ramo, se preguntarán: “¿Se dieron datos de las pruebas de campo, y su consistencia, realizadas antes de poner el examen el próximo junio?”. No, señorita. “¿Se ha contrastado, insisto, la consistencia, la adecuación, etc. de las pruebas sometiéndolas de algún modo a algún grupo de alumnos antes de imponerlas?”. No, que yo sepa, señorita. Se dirá usted: “Luego, ¿mi hijo, que desea estudiar Bombero en Lanzarote, es posible que su nota no le alcance porque en Lengua su rendimiento baje mucho…?”. Es posible, señora. “Es decir: ¿dieciocho años en escuelas, academias, instituto… y ahora es posible que por una arbitrariedad se pueda ir al garete todo ese esfuerzo personal, familiar, social…?”. Sí señora, es posible. En vez de hacer Medicina, a su niño, le regala usted el maletín de enfermera de la señorita Pepis. “¡Pero es que esto es muy serio!”. Sí señora, ¡y tanto! (Espere: siga leyendo).




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