Preámbulo
Las entradas que se sucederán
abajo son un modo de rebelarse y oponerse. Los españoles somos muy amigos de
preguntarnos ¿qué pasará? Y nos cruzamos de brazos a esperar. ¿Qué podemos
hacer? “¡Qué se le va a hacer!”, se lamentan. Estamos otros, de la misma raza,
pero de otra casta que siempre nos preguntamos ¿Qué podemos hacer? ¡Es más!:
¿qué puedo hacer? Y nos lanzamos al tablero, aunque la vida nos fuere en ello,
que no es ahora el caso. Me rebelo, me opongo.
Este año se cambió la prueba de
Selectividad de Lengua y Literatura. La prueba es desequilibrada, injusta e
impuesta. ¿Se puede cambiar? Lo dudo. ¿Qué se puede hacer? De momento aquí va
mi comentario a la misma, un comentario doloroso, padecido, sufriente, rabioso…
en defensa de la Asignatura y de los alumnos que hoy cursan 2º de bachillerato.
Le ruego que dé pábulo a esta
opinión, pues de eso se trata, pero que opinen otros, que se muevan los demás…
que hagamos… ¡Que ya está bien!
SELECTIVIDAD
2019
NUEVA
PRUEBA DE LENGUA CASTELLANA Y
LITERATURA
(01)
Reunión descoordinada de
coordinación de la Selectividad donde se presume que un profesor de la
Universidad, junto a uno de instituto coordinan a todos los profesores de la
materia del distrito universitario de Jaén (o como se llame).
Explicará cómo será la prueba en toda Andalucía: la nueva prueba en
este caso este año. Se trata de la asignatura de LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA
II, Lengua castellana a secas o de “Comentario de texto”, como también la he
visto citada, como digo: tendrá un nuevo formato.
Excuso decir que no se hablará de
la calidad de los contenidos ni por qué se han seleccionado, etc., ni de cómo
mejorar la enseñanza, las metodologías, de cómo elevar la ilusión en el
aprendizaje e instrucción en la materia… Eso se da por descontado: no es que
no sea lugar ni el momento para hablarlo: ¡es que no existe porque no importa! Los
profesores de instituto vamos con la intención, desde hace quizá décadas, de
que nos indiquen los coordinadores de la cosa cómo se corregirá para
que nosotros podamos adiestrar a nuestros alumnos para que superen la prueba.
Insisto: no se trata de cómo ayudar a mejorar a los futuros universitarios para
que aprendan, se formen, se instruyan, disfruten… ¡no! Se trata de cómo y qué
enseñarles, que lo practiquen, para que salten garbosamente y con nota la tapia
de la Selectividad (también llamada PRUEBA DE ACCESO A LA UNIVERSIDAD, quizá
porque de nada sirve, nada selecciona y me remito a quien estudió el asunto con
detalle y consistencia, Mariano Fernández Enguita, catedrático, etc. etc.; en
sus publicaciones y estudios lo encontraréis).
Vamos a ver si logro deshacer
tuertos.
1. “¿Por qué se ha cambiado
la prueba?” Se preguntan y se responden los ponentes: “Se vio”, “se dijo”, “se
comentó” que era mejorable. Y usted dirá: “¿Y qué no lo es?”. Pues
eso. No se dijo que sería más justa, más correcta, mediría mejor los
conocimientos, no… “era mejorable”. Según se nos aclaró “el más antiguo” del
grupo elegido para la coordinación a nivel andaluz (ignoro el nombre del mismo,
ni me interesa) lo vio oportuno y así lo defendió en la reunión entre quienes
preparan las pruebas: la antigüedad siempre fue un grado en la milicia, y en la
enseñanza (hasta no hace mucho). Este cambio se comunicó el día 4 de junio de
2018 con gran reserva y sigilo. No se dieron las pautas por escrito, casi off
the record se proyectó el contenido en una pantalla lo novedoso ¡Y lo
recibimos no sabemos cómo por medio del whatsapp a los tres días en nuestros
teléfonos…! ¡Magnifico ejercicio de falta de respeto y de ignorancia! (“si no
quieres que se sepa, ¡no lo pienses!”). Triste modo de hacer el ridículo.
Si ustedes se dedican al ramo, se
preguntarán: “¿Se dieron datos de las pruebas de campo, y su consistencia,
realizadas antes de poner el examen el próximo junio?”. No, señorita. “¿Se ha
contrastado, insisto, la consistencia, la adecuación, etc. de las pruebas
sometiéndolas de algún modo a algún grupo de alumnos antes de imponerlas?”. No,
que yo sepa, señorita. Se dirá usted: “Luego, ¿mi hijo, que desea estudiar
Bombero en Lanzarote, es posible que su nota no le alcance porque en Lengua su
rendimiento baje mucho…?”. Es posible, señora. “Es decir: ¿dieciocho años en
escuelas, academias, instituto… y ahora es posible que por una arbitrariedad se
pueda ir al garete todo ese esfuerzo personal, familiar, social…?”. Sí señora,
es posible. En vez de hacer Medicina, a su niño, le regala usted el maletín de
enfermera de la señorita Pepis. “¡Pero es que esto es muy serio!”. Sí señora,
¡y tanto! (Espere: siga leyendo).
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