9 de diciembre de 2018

333-CHARLIE-SALIDA- TIEMPO E INCOMUNICACIÓN: “¡Mañana te veo!”. Mentira. Imposible.



Ignoro si aporía o paradoja: no lo sé. Lo expongo y usted la nombra.

Todos observamos que los medios de comunicación interpersonal se han multiplicado exponencialmente. Teléfonos móviles, correos electrónicos, conferencias con pantallas que nos muestran a nuestro interlocutor… Listas interminables de “amigos” en los espacios creados para ellos: amigos de las cacatúas verdes, socios en defensa del martín no pescador y de la hormiga usurera… El campo se abrió insospechadamente y sin límites. En los medios unos ven “amigos”, “colegas”, “consumidores”, “socios”, “compinches”, “camaradas”, “prójimos”, “hermanos”, “enemigos”… El campo se quedó sin puertas. Hacer el bien o el mal… ahí tenemos medios inacabables, inabarcables…

El español, como lengua, no está ducho en delimitar relaciones: amigo, colega, compañero, conocido… El trato superficial lleva a algunos a calificar al otro como “amigo”, cuando apenas llega ni a “conocido”. Los medios y la imprecisión nos dan alas para las relaciones. El hombre es animal, racional y dependiente: dependemos de los demás, estamos con los demás, somos por los demás… y si no… ¡no somos! Lo sepamos o lo ignoremos. El animal tiende a la junta, al gregarismo, al otro…

Medios casi ilimitados, amigos muchos y conocidos más… ¿y por qué no logramos vernos? ¿¡Cuántas veces no repetimos aquello de “tenemos que tomar un café”, “A ver si quedamos las familias para almorzar”, “Hemos de quedar para hablar. ¡Tengo tanto que contarte!”, “Debemos vernos, charlar… ¡contarnos!”, etcétera etcétera? Fórmulas de obligación, de necesidad sincera de comunicarnos con el otro… Mañana…, nos veremos mañana, mañana, un mañana que se procrastina indefinidamente. Ese mañana no es como aquel del que se decía: “palabra del embustero, día que nunca llega”. No. Es un mañana deseable, deseado, amable, que quisiera ser casi tangible…, pero inalcanzable. Queremos a quienes nos rodean de cariño, cercano o lejano, nos gustaría comunicarnos (“estar en contacto” es una burrada léxica)…, pero sigue siendo imposible.

Aumentaron los medios, aumentaron las relaciones…, pero el tiempo es siempre idéntico. Todos los días tienen 24 horas y no estiran como la goma… El tiempo es insuficiente para tratar a cuantos queremos tratar, comunicarnos, charlar, ver personalmente… El tiempo no se multiplica indefinidamente. Solo el orden ayuda a adecuarlo, a invertirlo con sentido, pero no nos proporciona los medios que necesitamos para llegar a todos cuantos queremos, a todo cuanto deseamos, anhelamos… La vida tiene un fin que es la muerte. Punto y final. Pero en medio hay muchos puntos y seguidos: las limitaciones de todo tipo (¡no solo las temporales!)… El paso del tiempo y los quehaceres nos hostigan, nos erosionan, nos doblegan a ratos, nos preparan para la despedida, si hay lugar para ella.

No le dé más vueltas. Servidor se las dio: esto es lo que hay. Más deseo de comunicarnos de disfrutar con los demás que disposición de tiempo: no hay otra.



No hay comentarios:

Publicar un comentario