Mesa concurrida
de cena. Totum revolutum: universitarios de “letras” y de “ciencias”, personas
del viejo Bachillerato y del BUP… Sale no sé al hilo de qué el nombre de
Xenius, lo menciono yo, ¡y nadie sabe absolutamente nada de él! ¡Asombrosos los
españoles! Ni idea de quién sea Eugenio d’Ors.
Soy consciente de
saber de d’Ors en COU. La anécdota era de don Alfonso Sancho Sáenz: un joven
camarero va a descorchar un excelente cava por un medio novedoso; al parecer
avisa al Maestro -como tantos lo llamaban- para que no se lo pierda; don
Eugenio no lo ve claro en absoluto, teme lo peor y apercibe el joven camarero
inventor: “Hijo: los experimentos mejor con gaseosa”; puede que sea verdad y
nunca pasara. La anécdota hablaba de la repentización fácil de la inteligencia
rápida.
Durante
muchos años, después, d’Ors, para mí era el autor de unos escritos denominados
“glosas”. Corto y pego de la Wikipedia, que registrar patentes de lo ya
inventado… no es cabal afán. Allí se escribe “Las glosas son
unos breves comentarios diarios en la prensa, al hilo de la actualidad, pero
con una inusitada hondura reflexiva. En ellas aspiraba a auscultar lo que D'Ors
denominaba "las palpitaciones de los tiempos" para catalizar los
afanes de renovación cultural y social que advertía en la Cataluña de su
tiempo. Eran parte de su misión educativa para la reforma moral de Cataluña”.
Ahí tengo un par de libros de ellas de las que daré cuenta cuando me sea
posible. Tampoco llegué a leer un libro que, hace años, me llamó la atención,
que ahí está y que no he leído… La filosofía del hombre que trabaja y que
juega.
La biografía de que doy cuenta,
en cierta medida me desencantó… porque me desencantó el biógrafo y el
biografiado. La biografía no fue tal, como creí, al menos no una biografía el
uso, sino una biografía con adjetivo: intelectual, laboral… Me encuentro con un Eugenio
d’Ors tan inteligente como soberbio y engreído como fantasioso, esperpéntico,
si berroqueño por momentos en sus posturas y brillante en sus ideas, lábil al
pronto, veleidoso y siempre arrimando el ascua a su sardina. ¿Quién fue este
hombre? Insisto, era capaz de llevar en su cabeza ideas originales e
interesantes junto a otras estrafalarias.
El biógrafo va perdiendo fuelle
a medida que su escrito avanza. Nunca lo hizo con admiración y cariño, sino con
desapego y distancia que si puede ser anhelo de objetividad, también puede ser
desprecio que desfigura al biografiado. No confundo hagiografía con biografía,
pero las biografías deben escribirse con tesón, con investigación y también, creo,
casi de rodillas, con admiración y, por lo menos, calor con el biografiado.
Las ideas políticas de d’Ors
parece que pasan del nacionalismo catalán a ultranza (lo que he leído de
aquellos sus años en su Cataluña me recordaba lo que viven algunos ahora en
esas mismas provincias), digo, que de ese catalanismo de microscopio pasa el
fascismo falangista nacionalista que nace de Madrid… ¿Cuánto más era el alcance
estético de todo esto que la parte, digamos, personal, ideológica, intelectual?
Ni idea.
Era el hombre que de todo sabía,
que de todo pensaba, que a todo acudía, especialmente de arte con su rechazo al
barroco y el romanticismo y su alabanza continua al clasicismo… Sus oposiciones
terminológicas… El novecentismo… con su afán renovador en lo
académico-cultural, con sus bibliotecas repensadas hasta el más mínimo detalle...
El novecentismo en lo político con ideas de fuerte arraigo nacionalista. Un novecentismo
que quiere ser una corriente epocal
como lo fue el Modernismo, por ejemplo, según Juan Ramón.
Escribidor incansable… Bien poco
aprendo aquí de su familia, de lo que pensaban sus amigos. Viajero incansable y
siempre con afán de aparentar, de estar… Se relacionó con las grandes cabezas
de su época y se llevó menos que bien con Ortega de quien solía decir que
siempre le seguía detrás en la guía de teléfonos.
Larga, sí, muy larga,
larguísima, que es tanto como lo anterior, inacabable se me ha hecho por pesado
este libro… que recomiendo a falta de otro más cumplido y acabado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario