6 de diciembre de 2018

Varela, Javier: EUGENIO D'ORS. 1881-1954



Mesa concurrida de cena. Totum revolutum: universitarios de “letras” y de “ciencias”, personas del viejo Bachillerato y del BUP… Sale no sé al hilo de qué el nombre de Xenius, lo menciono yo, ¡y nadie sabe absolutamente nada de él! ¡Asombrosos los españoles! Ni idea de quién sea Eugenio d’Ors.

Soy consciente de saber de d’Ors en COU. La anécdota era de don Alfonso Sancho Sáenz: un joven camarero va a descorchar un excelente cava por un medio novedoso; al parecer avisa al Maestro -como tantos lo llamaban- para que no se lo pierda; don Eugenio no lo ve claro en absoluto, teme lo peor y apercibe el joven camarero inventor: “Hijo: los experimentos mejor con gaseosa”; puede que sea verdad y nunca pasara. La anécdota hablaba de la repentización fácil de la inteligencia rápida.

Durante muchos años, después, d’Ors, para mí era el autor de unos escritos denominados “glosas”. Corto y pego de la Wikipedia, que registrar patentes de lo ya inventado… no es cabal afán. Allí se escribe “Las glosas son unos breves comentarios diarios en la prensa, al hilo de la actualidad, pero con una inusitada hondura reflexiva. En ellas aspiraba a auscultar lo que D'Ors denominaba "las palpitaciones de los tiempos" para catalizar los afanes de renovación cultural y social que advertía en la Cataluña de su tiempo. Eran parte de su misión educativa para la reforma moral de Cataluña”. Ahí tengo un par de libros de ellas de las que daré cuenta cuando me sea posible. Tampoco llegué a leer un libro que, hace años, me llamó la atención, que ahí está y que no he leído… La filosofía del hombre que trabaja y que juega.

La biografía de que doy cuenta, en cierta medida me desencantó… porque me desencantó el biógrafo y el biografiado. La biografía no fue tal, como creí, al menos no una biografía el uso, sino una biografía con adjetivo: intelectual, laboral… Me encuentro con un Eugenio d’Ors tan inteligente como soberbio y engreído como fantasioso, esperpéntico, si berroqueño por momentos en sus posturas y brillante en sus ideas, lábil al pronto, veleidoso y siempre arrimando el ascua a su sardina. ¿Quién fue este hombre? Insisto, era capaz de llevar en su cabeza ideas originales e interesantes junto a otras estrafalarias.

El biógrafo va perdiendo fuelle a medida que su escrito avanza. Nunca lo hizo con admiración y cariño, sino con desapego y distancia que si puede ser anhelo de objetividad, también puede ser desprecio que desfigura al biografiado. No confundo hagiografía con biografía, pero las biografías deben escribirse con tesón, con investigación y también, creo, casi de rodillas, con admiración y, por lo menos, calor con el biografiado.

Las ideas políticas de d’Ors parece que pasan del nacionalismo catalán a ultranza (lo que he leído de aquellos sus años en su Cataluña me recordaba lo que viven algunos ahora en esas mismas provincias), digo, que de ese catalanismo de microscopio pasa el fascismo falangista nacionalista que nace de Madrid… ¿Cuánto más era el alcance estético de todo esto que la parte, digamos, personal, ideológica, intelectual? Ni idea.

Era el hombre que de todo sabía, que de todo pensaba, que a todo acudía, especialmente de arte con su rechazo al barroco y el romanticismo y su alabanza continua al clasicismo… Sus oposiciones terminológicas… El novecentismo… con su afán renovador en lo académico-cultural, con sus bibliotecas repensadas hasta el más mínimo detalle... El novecentismo en lo político con ideas de fuerte arraigo nacionalista. Un novecentismo que quiere ser una corriente epocal como lo fue el Modernismo, por ejemplo, según Juan Ramón.

Escribidor incansable… Bien poco aprendo aquí de su familia, de lo que pensaban sus amigos. Viajero incansable y siempre con afán de aparentar, de estar… Se relacionó con las grandes cabezas de su época y se llevó menos que bien con Ortega de quien solía decir que siempre le seguía detrás en la guía de teléfonos.

Larga, sí, muy larga, larguísima, que es tanto como lo anterior, inacabable se me ha hecho por pesado este libro… que recomiendo a falta de otro más cumplido y acabado.

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