29 de mayo de 2016

Samuel Johnson, PREFACIO A SHAKESPEARE (II de II)


 Shakespeare tiene un tenaz interés en la búsqueda de la íntima motivación que lleva al hombre a actuar. Busca por medio de sus obras hallar la etiología del mal y del bien naturales en el hombre, desvelar los fundamentos del vicio y la virtud… todo ello con monumental sutileza. No se trataba de contar historias casi infantiles, acciones superficiales, actos livianos…, sino que, cuando Shakespeare es capaz de mostrar esas realidades por medio de sus personajes, de los actos de estos, de sus palabras, sus gestos… uno casi vislumbra, casi alcanza a comprender esas realidades tan esencialmente humanas.
Se podría pensar que el genio teatral había creado y escrito bajo un halo de calma, de serenidad, de viento a favor, mas nada más contrario: Shakespeare crea en circunstancias adversas. “Shakespeare no contó con esa ventaja: vino a Londres como un pobre aventurero y vivió durante un tiempo de míseras ocupaciones. Muchas obras del genio y del conocimiento se han llevado a cabo en condiciones de vida aparentemente poco favorables para la reflexión o la investigación. Tan numerosas son que quien repara en ellas se siente inclinado a deducir que el empuje y la perseverancia prevalecen sobre cualquier agente externo y que las ventajas e inconvenientes se desvanecen ante ellos. El genio de Shakespeare no era de los que se sienten abatidos por el peso de la miseria, ni limitados por la pobreza de la conversación a la que inevitablemente se ven condenados los menesterosos” (p. 57).
Por todos es conocido, y lo hemos puesto como ejemplo del autoplagio, a Valle-Inclán. Pues otro tanto le sucede a Shakespeare. Decía Julián Marías que nadie espere a criarse para clásico, sino que se debe escribir y dar a leer todo aquello que se desee que sea conocido por los lectores. Ese es Shakespeare, quien no tiene inconveniente ni escrúpulo en repetir las mismas bromas en distintos diálogos, ni por concebir diversas tramas con la misma intriga… sencillamente porque no pasó por su cabeza que sus obras serían leídas, estudiadas, diseccionadas por la posteridad en forma, por ejemplo, de editores como la hecha por el mismo Johnson. Shakespeare, ante la duda, actúa.
Por múltiples razones evidentes no he podido evitar las interrelaciones entre Shakespeare y Cervantes. Ambos tienen el brillo innato de la genialidad al que añaden la luz artificial y adquirida del conocimiento, la experiencia, el vivir con un claro sentido último.
Otro aspecto que comenta el doctor Johnson es que todo cuanto Shakespeare escribe en la obra (o esboza, pues no todo lo concreta y culmina, lo detalla y explicita): el estilo, el lenguaje, la disposición sintáctica de la oración… está pensado para ser dicho sobre un escenario, ojo: ¡no para ser leído en un libro! No se olvide que entonces, ¡¡como ahora!!, saber leer y escribir era una hazaña valorada por su singular rareza.
Es curioso cómo el comentario que hace Johnson de los críticos que le preceden en ediciones comentadas de Shakespeare lo hace siguiendo un orden: primero, comenta las cualidades intelectuales y personales del comentador y ya, después, dice de la obra realizada con sus comentarios, sus notas, sus correcciones, etc. Parece decirnos que el obrar sigue al ser… Todo tonto no hace ni dice sino… tonterías. El genio de Shakespeare da a la luz… obras geniales.

“Finalmente, he de confesar, no obstante, que aunque se lo debamos todo [a Shakespeare], él también nos debe algo: si buena parte de la admiración que se le profesa es fruto de la lectura y el juicio, otra parte es fruto de la costumbre y la veneración. Fijamos nuestra mirada en sus virtudes y la apartamos ante sus defectos, consintiéndole lo que aborreceríamos y despreciaríamos en otro” (p.62). Bien traído. Ahí lo tienen ustedes si gustan.

3 comentarios:

  1. Interesante entrada sobre Shakespeare!!!
    Fue un dramaturgo, poeta y actor inglés. Conocido en ocasiones como El Bardo de Avon, Shakespeare es considerado el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal.

    Gracias por compartir
    Abrazos Victoria

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  2. Los economistas sabéis de todo... Muchas gracias a ti por visitar este blog.

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  3. Perdona, Victoria, mujer... He contestado sin la prudencia de comprobar qué Victoria serías... y resulta que le he escrito a una "economista", en vez de a ti... Mira que iba a añadir "los literatos no sabemos ni de Literatura"... En fin: lo escrito... escrito queda (un amigo enmendando un error, o eso pretendía escribió: Lo escrito, "escroto" queda... ¡y así lo enmendó!). Lo dicho, eso sí... Muchas gracias.

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