Querido
Charlie:
Vengo
del baño. Sé que esto no se debiera decir y menos aún en una entrada de blog,
en una carta como esta, pero tú ya sabes... Tengo unas náuseas tremendas. La de
Sastre, tan francesa y pagada por la internacional comunista, se me queda
corta. Escribo entre bascas y ansias, con un irreprimible deseo de vómito.
Estoy
al aguardo de que me digan dónde están esos miles
y miles de millones (¡más entodavía!)
de franceses, de europeos cultos, de personas de toda laya, demócratas fetén,
liberados y liberales, defensores de todas las libertades, incluida la de
expresión, que, cuando mataron a unos periodistas y a unos judíos franceses
(que fue una desgracia y en paz descansen) salieron a las calles de todas las
ciudades del mundo a proclamar su condición de muertos en vida, su empático
fallecimiento, su escándalo, su… hipocresía relativista, bienpensante y
políticamente impecable. Ubi sunt?
¿Dónde estáis ahora todos vosotros?
Cierto
que los asesinados en Kenia son unos pobres estudiantes negros que, estudiando
en su universidad, queriendo sacar a su país de la pobreza, de la ignorancia y
por su condición de cristianos han sido asesinados por unos fanáticos
islamistas. ¡Pobreticos ellos!: tan negritos, tan africanos, tan indigentes,
tan cristianos…
Charlie,
no oigo las voces de la parafernalia del fingimiento y la doblez, no veo a los
políticos del mundo mundial (¿a quién han enviado esta vez los EE UU a la
manifestación? ¿Qué rango tenía en la diplomacia mundial?). ¿Has visto,
charlie, dónde está la cabecera de la manifestación? ¿Quiénes la guían? ¿Puedes
leerme acaso qué hay escrito en la pancarta? ¡Ahora te oigo! Sí. Sí. “No sean
ustedes tan pobres, tan negros y tan cristianos, por favor”. Muy bien: es cierto…
¡Qué multitud silenciosa sigue a esa cabecera! Esta vez siguen en silencio la
muerte de 147 estudiantes MILES Y MILES
DE MILLONES DE PERSONAS EN SILENCIO. Todo silencio, charlie. En realidad
solo unos pocos hemos desentonado: El Papa que dijo algo, pero lo acallaron los
silenciadores de plantilla que hay en todos los medios, los de siempre: “No se
meta su santidad en eso” y tal y tal; tú, charlie, que has gritado algo en
medio de esa multitud y que sepas que has dado la nota por fascista y extremista
y…; unos pocos más… ¿no será que tanto silencio es porque estamos solos unos
pocos y que ese silencio es cómplice de los asesinatos cometidos, 147? ¡Yo qué sé, charlie! El silencio
atronador de la prensa es comparable a lo ocurrido entonces en la prensa mundial,
comparable a lo ocurrido con un avión alemán… Siempre hubo y habrá hasta muertos
de distintas clases y por eso… Ya te
dije que yo no era ni soy Hebdo… ¡Y no lo siento! Será por mi condición de
negro, africano y cristiano. Un momento que tengo que ir al baño.
Con
cariño,
Tucho Castelo.
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