17 de octubre de 2014

Charlie-SALIDA-45. Sobrecogedor, Mr. Ébola.



         Querido charlie:

         Que lo leí es seguro. Puede que fuera verdad y no pasara, por veces la vida es así. García Márquez dijo –intento documentarlo y no puedo- que el daño que hacía la coca de Suramérica en América del Norte y Europa era el reintegro generoso de los perjuicios producidos allá, en América del sur, por unos y otros. Insisto: aseguro que lo leí, no lo encuentro para documentarlo, e ignoro si lo diría realmente o no.
         Se me antoja que con el ébola ocurre otro tanto. África ha sido saqueada de los modos y formas más viles: desde lo más horrendo, el tráfico de esclavos -¡que existe aún! Menos de 150$ una mujer-, hasta la rapiña más inmisericorde de todos sus bienes materiales… Las colonias, los bienes coloniales, el basurero, el estercolero, la masacre… Los juegos políticos estratégicos, el disfrutadero sin tasa de los países ricos y poderosos, que sin rubor campearon y campean allí; malas personas que apestan la tierra sin escrúpulos la han desollado en lo más vivo… Ellos, los africanos, nos devuelven tanto bien dispensado con una enfermedad que nos mete la nuez en la garganta, las cabras en el corral y nos aterroriza… Más asustados estamos que un triguero. Vagamos inermes con nuestra ridícula ciencia que no alcanza, con nuestras creencias enterradas y olvidadas, nuestras fuerzas dimitidas… y entre nosotros divididos.
         ¿Quién fue el iluso que pensara que el ébola no llegaría? El sur, aplastado por el hambre, la miseria, ¡las enfermedades!, vienen al norte, tierra de promisión donde en sus ríos corren leche y miel, donde los panes cuelgan de las ramas de los árboles… ¡mismamente El Dorado en la tierra de promisión! Los muertos ahogados en el mar por alcanzar esa tierra también claman justicia: hay que pasar por taquilla. Vienen y vendrán… Quienes llegan traen sus costumbres, sus religiones, sus creencias, sus enfermedades, sus… guerras… ¿o es que no padeceremos la yihad como sufrimos el 13-M? En este toma y daca, esperable y lógico, ha llegado la hora de recibir con creces. Nos vamos a hinchar, charlie, me temo.

                 Tucho Castelo.

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