23 de octubre de 2014

Charlie-SALIDA-41-El proyecto cívico español





          Querido charlie:



         Siempre defendiste el inequívoco aserto que afirma que quien lechón nace, marrano muere; viéndote morir, y sus consecuencias, no pudo dejar más claro el refrán. La incapacidad cívica española de reconocimiento y respeto al otro es morrocotuda, férrea, inasible al desaliento... A la delicadeza cívica aquí se la llama mariconada, cursilería, afectación…



         Sacar la basura al contenedor por las mañanas es animante, pues ayuda al viandante a que el paso avive.

         Arrastrar las sillas es composición musical que ilustra y tiene fuerza evocadora para el vecino de abajo: todo un detalle musical. Napoleón lo dijo.

         Lavarse, cambiarse de ropa con cierta frecuencia, usar desodorante es presunción y vanidad que no pulcritud y deferencia con el otro: una pura arbitrariedad condenable por amanerada... El hombre y el oso, cuanto más huelen, más hermosos.

         El conversar, hablar, razonar… a voz en cuello es didáctica por percusión.

         Interrumpir la conversación de otros, por un interés y con afanes propios, es espontaneidad extrovertida: pura naturalidad.

         Cerrar las puertas con portazos estentóreos y con vivo temblor de marcos y tabiques son otros modos de decir adiós, cargados de personalidad.

         Tirar papeles, colillas, envoltorios, envases al suelo… es la prudencia de quien no desea perderse y volver a casa por los altos andamios de la mierda y la basura.

         Ceder el paso, al andar o en vehículo, dar las gracias y pedir por favor, sonreír… son chocheces de viejas, ya se sabe: disecan al perro cuando se les muere.

         Hablar donde se estuviere recio e inflexible es muestra comprobada de ignorancia, que denota pura estulticia y arrogancia.

         Evitar dar el intermitente del coche, pone un punto de amable misterio en la conducción a quien va detrás de nosotros: y es siempre de agradecer ese detalle.



         Suma y sigue, charlie. Ya lo decías tú: ser educado comporta ser inteligente y la inteligencia no está al alcance de cualquier fortuna.



         Diagnosticado el lechón… No debe intentarse ninguna solución por vía educativa: vano intento. Quien lava al lechón pierde el tiempo y el jabón. Paciencia y a barajar porque a todo cerdo le llega su san Martín.



         Tucho Castelo.

3 comentarios:

  1. ya sabes, lo que dice la biblia, come bien y c......!!! Oye como expertoque eres de picaresca dedícale algo al pequeño Nicolás, español, que es todo un poema de la situación
    http://caraacara.blogspot.com.es/2014/10/el-pequeno-nicolas-el-espanol.html

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  2. me ha gustado lo del jabón lavando al lechón...

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  3. Te contaré por menudo la genuina "historia del lechón", ya iniciada, que a casi todos, según el evangelio de san Juan y lo escrito por Erasmo en ELOGIO DE LA ESTULTICIA, nos afecta en distintos grados. Si mucho mucho... ojo... Lo justo.

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