Olvidé de dónde saqué la
recomendación de leer el libro que comento. Cierto que recuerdo haberlo
adquirido en USA, por 9 euros y a través de Iberlibro al que doy las gracias
por su eficiencia y eficacia.
Imposible hacerse una idea de quién es
Cisneros tras la lectura de esta obra, agotada, del año 29 y que no recomiendo,
pues con ella no se llega a ninguna conclusión clara.
Me sorprende una idea que siempre, de
forma vaga –en su sentido y mi actitud con respecto a ella- se ha achacado a
los años de la oprobiosa, que llamábamos algunos amigos, es decir, a los años
del Imperio renacido, de la España de Franco y todas sus milongas. Pues no.
También en el año 29, a juzgar con claridad, por lo que se escribe en este
libro, lo que escribió José Antonio “España es una unidad en lo universal” y
tal… ya lo habían dicho antes muchos. Recordaba las famosas frases de Costa
sobre el sepulcro del Cid, que luego quiso él mismo abrir y todo eso…
Historia negra de España en el gobierno
de unos Reyes que, por Católicos, lo eran excelentes, en particular ella, la
Reina Católica, que no tanto don Fernando que bastardeaba un tanto. Un alemán,
flamenco, como Carlos I, peor: no cae bien a Domínguez Berrueta y que lo pone a
bajarse de la burra y la calesa por su escasa austeridad (más aún comparándolo
con Cisneros, que lo fue tanto) y a quien compara en esto, como en otros
aspectos, a sus abuelos y el retrato del Emperador sale pálido.
¿Colón? Un santo varón. ¿El Padre las
Casas? Un bandolero que no dejó d echar leña a la historia negra de la imperial
España que Juderías trabajó en su conocida obra (por ahí anda). ¿Pizarro,
Hernán Cortes? ¡Y se preguntará el lector si acaso no estoy yéndome por los
altos andamios de las flores…! ¡Pues no señor!: en la supuesta biografía de
Cisneros, con todo su mérito, que el hombre, sin duda, lo tiene -y ahí están
Alcalá y la Biblia Políglota…- y todo el bien que el buen fraile hace es un
biografiado más entre cuantos he citado; con más detalle, pero arropado por las
biografías de los campeones del encuentro con América, que no resultó a los
años descubrimiento glorioso y todo
eso, que para nada aprende uno las cosas, si luego se las ponen patas arriba:
fue un encuentro en culturas, tan idénticas la de Europa como la hallada por
1492 en América, que en esto de la cultura ni hay niveles, ni clases, sino todo
relativo y adelante con los faroles.
No es fácil hacerse una idea de la vida
exacta de Cisneros contada por Domínguez Berruete porque este no hace
aportaciones originales, sino que su obra es un refrito, un resumen de
noticias, a veces sueltas, inconexas, casi de estampas donde se nos cuenta tal
o cual anécdota referida al Cardenal y de estos sucedidos, a veces nimios, se
desea hacer categoría. Sin duda, por lo que se deja entrever en lo que el autor
nos cuenta, pues a la obra le falta sobriedad y le sobra grandilocuencia y
generalidades, sin duda Francisco de Cisneros fue hombre capital en años
complejos de la vida española, mas para averiguar sobre él habrá que andar por
otros libros.
Ignoro si la anécdota es cierta. Su
protagonista no es actor ni director de mi devoción, Woody Allen. Cuentan que
tras hacer un curso de lectura rápida, este comentó, al leer Ana Karenina, que se había enterado de
que la novela iba de algo de rusos… ¡y tiene mil páginas! Mucho me temo que
algo así me ha ocurrido a mí con esta biografía multibiográfica para mayor
gloria de las Españas imperiales. Iba de algo de un tipo estupendo como persona,
como hombre, como político…, el fundador de la Universidad de Alcalá… Sin duda,
un gran hombre.
bueno, y muchas ciudades hay una calle que lleva su nombre.
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