6 de diciembre de 2012

Tomás Hijo, LEYENDAS DE SALAMANCA



         Mis amigos Angelines y Rafael Cano me regalaron el libro que hoy comento, Leyendas, milagros y rumores extraordinarios de Salamanca, en su tercera edición de 2009. La editorial y el autor me eran desconocidos también. Amarú ediciones y Tomás Hijo, respectivamente. El libro incluye un CD.
         Pero vayamos por partes. En primer lugar quiero dejar sentado que el libro, por el papel elegido, por su impecable impresión, por su diseño, su texto y sus ilustraciones, todo del propio autor, me ha dejado una muy agradable sensación de buen gusto y originalidad. El papel es agradable al tacto, su tono… ¿Por qué tan grande en su formato? Supongo que el autor ha querido huir del libro de bolsillo, del formato grande y optado por el infolio porque de ese modo el texto puede quedar centrado en la página, dejar blancos amplios y aproximarse así a los libros antiguos. Más molesto quizá para manejarlo, pero también un acierto estético.
         En segundo lugar, y me planto, Hijo, su autor, nos sumerge en una Salamanca cargada de leyendas –como las que hallamos en todas las ciudades antiguas de nuestra península- y lo hace casi por horas y con salero como introducción. Nos cuenta brevemente la historia de la ciudad, nos indica con escuetos gráficos cómo situarnos en ella y llegar a los lugares que se citan en las narraciones y se sumerge con gusto en un mundo de fantasías y leyendas de siglos atrás.
          Repasa el autor desde la fundación, allá en la oscuridad de sus tiempos, hasta ese personaje, tan atractivo para mí, como fue Diego Torres de Villarroel, que ya de por sí es más personaje que persona, más leyenda que realidad y de quien leí su Vida y su visita con don Francisco de Quevedo, su admirado autor, a la Villa y Corte (ya entiendo yo que el gusto es vario, pero por si alguien tuviera curiosidad, en el enlace del Instituto Cervantes, hallará todo sobre este polifacético salmantino).
         Creo que no hay leyenda, chascarrillo, cuento, rumor o milagro en esta obra que carezca de su conveniente documentación y su salero al contarlo, pues Hijo no solo narra, sino que recrea, ajusta y mide… Las historias y sus distintas versiones seguro que andaban volanderas por la ciudad e Hijo las ha recuperado y les ha dado asiento en este libro suyo. De la historia del prostíbulo, y de la marcha de las putas a Tejares, y toda la historia de su ida, y de su vuelta con motivo de la Cuaresma, tuve ya noticias por personas que de allí remanecían. Difícil quedarse o elegir alguna leyenda o historia en particular, pero por mil motivos las relacionadas con estudiantes y la universidad son muy de mi agrado (aún recuerdo lo que disfruté con Universidad y sociedad en la España moderna de Richard L. Kagan). No obstante no hay leyenda o anécdota que no tenga una magra carga de sabiduría que el autor sabe administrar y resitúa al lector para que mejor la comprenda.
         La lectura hace muchos siglos que dejó de ser para mí un entretenimiento, una diversión, y entre los muchos libros siempre hay algunos, como estas Leyendas de Salamanca, que ayudan a desengrasar, libros que se leen bien y fácil, por sus temas, por el estilo, por la obra en su conjunto. No esta obra liviana ni frívola, pero nos sumerje en las aguas de otros mundos que nos refrescan o calientan, nos relajan y endulzan el paso a este lado del río.
         Muchas gracias a Angelines y Rafael. Muchas gracias, por supuesto, al autor que tan amablemente se molestó en recopilar, escribir, editar estas historias que tan agradable  me han hecho este trecho del camino, aunque no sé ya si me dio o no mandarina el judío durante el viaje… ¿o fue un sueño?

4 comentarios:

  1. Miguel Angel Velasco6 de diciembre de 2012, 22:16

    Ardo en deseos de que sea Vd protagonista en primera persona de algunas (o por que no todas) de estas leyendas en ese museo al aire libre que es Salamanca, y si es posible, en compañia del gran Rafael, de su recién señora Angelines (gran mujer y mejor suegra), del que suscribe (Miguel Angel, para servir a Dios y a Vd) e incluso del propio autor del libro a quién tendremos que "chantajear" de alguna manera para que nos haga de guía turístico.

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  2. Gracias a ti, Antonio José por tus no por elogiosas menos justas palabras. Aquí me tienes, que de todo se acaba enterando uno.
    Un abrazo,

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  3. Nos sentimos muy orgullosos en haber contribuido a que conocieses mejor esta cultural y maravillosa ciudad con este libro. Esperamos que la honres con tu visita. Un abrazo

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  4. Mi querido amigo, no sabes la alegría que nos das con tu comentario sobre el libro. Solo queda que te sirva de guía para vuestra visita a esta ciudad de la cultura y del arte. Saludos.

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