27 de noviembre de 2012

MIGUEL D'ORS: POSROMÁNTICOS, MODERNISTAS, NOVECENTISTAS.



           ¡Qué de añoranza y gustazo al leer esta obra de Miguel d’Ors! Por unos motivos y otros hace siglos que no leo crítica literaria, con perdón, sesuda –profusamente documentada-, académica -¡que no escolar!-, cargada de ese poso que dan las muchas horas de lectura, las muchas batallas con textos diversos y variopintos autores, el saber acendrado, lejos de la opinión gratuita e infundada, sin impresiones gratuitas.
         Recoge Miguel d’Ors en estos textos artículos que se han publicado en otras oportunidades, en otros volúmenes y quizá por ello, por la dificultad de acceder a su lectura, él hizo el gran favor de compilarlos. Comenta autores de finales del XIX y de comienzos del XX. Reconozco mi afecto incondicional a muchos de ellos, mis muchas lecturas… de ellos, sobre ellos.
         Los escritos sobre poesía, la mayoría, como excelente poeta que es el mismo profesor d’Ors, son deliciosos. Su Galicia entre brumas, camino de cualquier parte, con Rosalía son un regalo en este tremolante y lluvioso otoño de Andalucía. El lector agitado por la prisa pensará que d’Ors se mueve sinuoso y lento entre los versos, entre las palabras, que mima y acaricia antes de devolverlas en su contexto límpidas y claras, más comprensibles, más fáciles de amar. No hay prisa, vamos camino del saber, no de lo informe e informal y frívolo, mi amigo.
         Me hace gracia, lo ignoraba, el paso de Machado con Valle por Granada. Muchas veces me pregunté si vendría Machado para algo a Jaén. No me consta. En ningún libro lo leí. Siempre fue Machado más hacia la Sierra de Cazorla. Cierto que de paso seguro estuvo, pues desde Baeza –puede que me falle la memoria- el poeta fue con destino al oeste, olvidé el lugar y el motivo -¿Huelva?-, pero seguro que miró atónito el castillo de mi pueblo, sobre un peñón entonces sin pinares, jactancioso, roqueño, plomizo, seguro. Valle-Inclán, ese impar personaje de sí mismo, esa figura teatral que se representaba a sí propio y don Antonio Machado, sereno, tranquilo, junto al bullicioso Valle, por Granada: ¡las que uno se ha perdido!
         Los Barrios de quienes nada sabía servidor. Cierto que tengo por ahí un libro del mismo d’Ors –Dios queriendo se comentará en este blog más adelante- en el que se da cuenta y razón de la relación entre Ángel Barrios y Manuel Machado, de quien d’Ors sabe quizá más que nadie… Me cae bien Manuel Machado, aunque lo prodigué poco.
         También su abuelo, Xènius d’Ors, es objeto de algún artículo. ¿Quién lee ahora al genial catalán? Lo ignoro. No hace mucho anduve con un libro suyo sobre el juego, si no me falla la memoria, esa escopeta que dispara cartuchos donde la pólvora anda a remojo. ¡Cuántas anécdotas simpáticas no se le atribuyen al abuelo de Miguel! Chispeantes, graciosas, ocurrentes, cargadas de la inteligencia propia de quien fue un genio: “Los experimentos, con gaseosa, joven”.
         Suelo decir que a Juan Ramón no lo leo ni yo… ¡que tanto lo he leído! Juan Ramón es hoy solo objeto de estudio abocetado y presuroso en el último curso de bachillerato. A Juan Ramón le dedica Miguel algunas de las páginas excelentes de los artículos que componen este libro. Recuerdo vagamente, perdón por mi reiterada desmemoria, que me contó algo sobre un comentario que aquí se halla completo. La muerte de unas bañistas en el norte de España provoca en Juan Ramón un poema de Estío (XLV) que Miguel documenta hasta el mínimo detalle: qué felices y costosas pesquisas las que llevan a historiar la literatura y darles sólidas peanas, muros inexpugnables a la opinión infundada y lerda…
         Abruma y acuna el saber de d’Ors, ¡que bien me hubiera gustado contar entre mis maestros y ni siquiera alcancé a ser su alumno!, solo fui contertulio esporádico en su despacho siempre abierto a todos los vientos de una Facultad que compartimos: una puerta abierta y una sonrisa amable para quien quisiera hablar de Literatura, para quien quisiera preguntar por Ella, por la Poesía, por…
         ¿Se puede, don Miguel?

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