29 de diciembre de 2011

(Charlie-salida- 28). Cuando el amor no era verdadero amor.


Corazón destrozado por error o sin error.

         Ha brotado, ha prendido el amor. Se inicia un proceso de relación posible y posibilitante, absolutamente ilusionante. Han pasado unas semanas, unos días, unos meses, incluso unos años… ¡y todo se lo llevó la trampa! Lo que parecía no era. Lo que un día creímos un recio amor esponsal, tras un proceso necesario de conocimiento y noviazgo, resultó imposible. Hemos descubierto que hay, ahora sí, razones de peso que impiden nuestro amor… Puede que nos hallamos equivocado incluso más allá de nuestro noviazgo: creímos tener fuerza para todo, que nuestro amor lo podría todo… pecamos de ignorantes, de ilusos, de ciegos por el amor…
         ¿Por qué comprendo con tanta facilidad al amigo o a la amiga y me cuesta entender a la mujer a quien amo? ¿Por qué el amigo o la amiga me entienden a la primera y sin desacuerdo ni roce y, sin embargo, mi esposa ni me comprende ni hay...? No te parece curioso... Entiendo que existen dos elementos distintos en esas relaciones de las que hablamos: el cambio de sexo de quienes hablan y un amor de distinta naturaleza entre ellos. Hay en el amor esponsal que promueve un afán de apropiación, de posesión... que deforma mucho la realidad y el modo de percibirla, abordarla, comprenderla, explicarla... Ya te he comentado que el amor esponsal tiene que pasearse por el amor de benevolencia –propio de los amigos-, pero se ve que el paseo no es fácil.
         El amor que pone límites, que pone cercas es amor con ganga. El amor que pretenden nadar y guardar la ropa es peltre, apariencia, mas no plata. Qué diferencia, sin embargo, a ese amor que nos hace revivir, movernos en una primavera vivificadora, cargada de ilusión. Se busca por el conocimiento la verdad profunda del otro, que es aceptado en su mismidad: tú no morirás, le dice el amante a la persona amada. Toda la circunstancia se tiñe de una vibración especial. La vida entona una melodía que colorea todo de sonidos particulares. Mi proyecto de vida viene a sumarse al de la persona amada. De ella respeto su proyecto, su ser, pero amo la mismidad de la persona… Recuerdo que Pieper dice que los amigos miran lo que tienen en común, eso que les une y los hace amigos, mientras los amantes se miran a los ojos…
         El caminante mira su camino. En su camino se cruzó la persona amada. Su camino tomó nuevos derroteros, si bien el caminante sabe de su camino. Ojo dos personas que se aman siguen siendo dos personas, distintas… Dos inteligencias, dos voluntades… distintas. Podré ceder y conceder, pero no puedo, no debo renunciar y forzar la renuncia del otro a quien es. Yo soy yo… Tú eres tú… Cedo, concedo, cedemos, cedes, concedes… Vamos juntos. Nuestros proyectos vitales se trenzan por momentos, se bifurcan, se buscan, se miran siempre, nunca actúan egoístamente.
         La mentira, la superchería, el egoísmo, la deslealtad, la infidelidad… matan el amor más recio. Generalmente el amor no muere de infarto, sino que padece larga enfermedad que lo hace languidecer, debilitarse. Hoy un tal y mañana un cual… y todo así, poquito a poco, el agua se filtra y deteriora, la rutina empolva la ilusión.
         La quiebra amorosa es terrible; sus consecuencias indeseables; el sufrimiento, mar sin orillas. Quien lo vivió de veras siente pavor. El adolescente, el adulto inmaduro, reniegan del amor… sólo ven de la balanza el desgarro en la vida, en el proyecto, en el alma.
        

2 comentarios:

  1. Dios sabe más. Siempre. El hombre sólo necesita tiempo e iluminación para terminar entendiendo.

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    1. No anda uno sobrado como para corregir a los santos, pero no es que DIOS SABE MÁS, es que DIOS LO SABE TODO, que no es lo mismo, querido amigo. ¡Ah, el hombre!: el hombre es un ser necitado siempre, indigente siempre, carente siempre... que no siempre termina de entender, que muchas veces, es más, no entiende nada de nada en su poquedad y escucha el elocuente silencio divino.

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