21 de noviembre de 2011

De los parones del camino, charlie.


          El secreto de todo blog, me dice un auténtico sabio del ramo, está en la continuidad. Publicar mucho, y se entiende que bien, de interés, etc. Se breve, por favor, no estamos para fervorines, pide la familia.
         La vida sin embargo no siempre está tan bonita que da gusto verla, que canta Serrat. La vida se mueve en exceso y no siempre se deja enfilar. Es por ello que, en las viejas escuelas de pensamiento, allí donde algunos filósofos eran maestros con discípulos, donde el ejercicio espiritual era moneda necesaria, el examen de conciencia, lo cuenta Hadot, era conditio sine qua non para todo progreso adecuado. Parón, cuenta y reconducción. Incluso varias veces al día, convenía hacerlo. Me consta que en la ascética cristiana también los maestros del espíritu lo aconsejan: parón y cuenta nueva. Supongo que a los ejecutivos los siguen sus secretarias y les van recordando que a tal hora reciben a don Fulano; que a tal otra comen en tal sitio y que negociarán sobre X; que hay que lavarse y cambiarse de ropa, tenía Steve Jobs a un tipo rayándole la oreja, como el general victorioso y aclamado por la plebe llevaba a su lado, en su carro vencedor, a un esclavo que le repetía al oído aquello de Respice post te, hominem te esse memento.
         Soy hombre. Le falta continuidad a mi blog. Lo siento por mis lectores. Hago propósitos firmes que se derriten como el azucarillo con solo aproximarle la leche caliente. Me dice don Simón, que es sabio en ardides, que no para, pero no hace nada. Me dice doña Teresa, madre de larga experiencia, que no para, pero no le luce… Servidor se sube a esos carros. Esto es no parar, pero en la caja no hay un duro: la mesa se llena de documentos, de libros, de escritos, de notas de avisos: “Para escanear y leer”; “Para comentar” y está subrayado en un amarillo que da grima verlo; “Recordar a Fulano que…”; “Enviar a Mengano…”. Miro la agenda. Virtud sin orden rara virtud. El pobre necesita ser ordenado para ahorrar de lo menos tiene: tiempo. Me temo que se da aquí el llamado efecto Mateo: a quien más tiene más se le dará y a quien menos tiene, incluso, aquello que tiene… ¡le será arrebatado!
         Preparo una defensa cerrada y a ultranza de la lectura de libros clásicos para la ESO y el Bachillerato. La lista no es infinita… ¿Acaso se puede encerrar el Mediterráneo en el agujero? ¡Pues más difícil es intentar esto! ¿A qué autores y a qué obras les ponemos en marchamo de tales? ¿Las confesiones de San Agustín? ¿La cantante calva de Ionesco o esperamos a Godot?
         Busco editor para algunos de mis libros con la inestimable ayuda de los Munuera’s Brother sin quienes mi obra y mis iniciativas se moverían tanto como los ojos de Espinete. Sí, me sé deudor insolvente. Tengo cuatro obras para editar (cinco me recuerda Sergio Munuera, ¡lo sabe el tío mejor que yo!): un ensayo, una obra juvenil de cuentos, tres novelas, ¿alguien da algo por ellas? A estas alturas ya las tengo haciendo la calle y chuleándolas, ¿qué hacer con la brisilla que corre? Nunca antes de ahora fue más fácil editar… ¿Quién dijo eso? (¿Alguien me explica el lanzamiento continuado y apoyado de Ruiz Zafón…? ¡Admirable, admirable! ¿Nadie se atreve a contar en danés el Keiserens Nye Klæder y gritar que el rey está desnudo?).
         Intento mejorar la imagen de este su blog, amigo lector, con la inestimable colaboración de Miguel Ángel Arroyo, el especialista citado arriba. En ello tengo a mi hombre al otro lado, en la Habana, allá donde no habita el olvido.
         Voy camino de terminar con el libro de Murakami, con el celtas largo de Vargas Llosa, con La pediatría con sentido común, con la motivación de José Antonio Marina. Mientras no dejo de probar en la cocina: las palomas torcaces están duras como pico de arca, pero no se resisten a la olla y a sus tiempos; la batata al horno… se quema pronto: ojo; la cañadillas se ponen sólo 20 minutos a cocer y con el agua fría: mejor sin laurel y con sal…
Ussi.

Muñeca.
Ussi y Muñeca.
         ¿Acaso no iremos de caza el sábado aun cuando el barro nos llegue a las cejas y los perros miren con asombro? ¡Ay, mis perros!
         Mi amigo Rafael Ballesteros y yo andamos a vueltas con el arte… La verdad es que se llega a un punto, quiero decir a una edad, en la que a uno se le ocurren más salidas, ideas, razonamientos… de las corrientes, entre otras circunstancias porque las alforjas van más llenas de ideas, de lecturas, de pensamientos, de referencias, de experiencias… y el camino y el blog siguen la turbamulta de la bulla que fluye con música, aunque sin demasiado orden y concierto. ¡Música maestro! “Aunque sea la del telediario, la bailamos”, dicen desde el gallinero, ¡joder qué tropa!, que dijo Romanones.
         Seguimos con el amor.

3 comentarios:

  1. Antonio,gracias por este blog en el que puedo seguir tus andanzas. Un abrazo

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  2. ¡Ay el día en que descubras Evernote...!
    Miguel Ángel, introdúcelo.

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  3. ¡Qué bonicas las perillas! Y tú, reguapo en la foto. Otro día te leo, que me voy a acostar. Besos, Lourdes

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