Lo que ocurrió hace siglos lo celebramos también este año. Por las veredas de este mundo oscuro y confuso puede que llegues, o no, al belén que no se halla próximo a Jerusalén. El belén del que te hablo está en el corazón de los hombres de buena voluntad: son muchos, no te creas. Limitados, pecadores, indigentes…, pero muchos. Quizá recuerdes: Es un Niño en el regazo de su Madre sobre un burro, San José va delante con un candil que poco ayuda; quizá llegues al Niño recostado en un pesebre, su Madre que amasa, prepara, limpia… San José quizá salió un rato: busca un trabajo, comida, está haciendo gestiones; quizá lo halles allí ensimismado en algún trabajo que le encargaron… ¡corren malos tiempos y la familia aumentó! Son ellos, la Sagrada Familia, que sale al encuentro.
Como otros años te escribí, antes, cuando entonces, sigo de camino busco y me hallan… Me voy un rato a ese belén de los corazones que anhelan ser mejores… y allí contemplo. Medito una realidad insobornable que ya sabía y no conocía: veritas liberabit vos! Ahora lo sé de buena tinta. La verdad nos hace libres. La mentira y los mentirosos nos esclavizan.
Posiblemente no nos veamos por ahí, por eso, por si acaso: recibe mi felicitación, mis mejores deseos para ti y los tuyos y no dejaré de hablarles al Niño, a María y a José de todo esto tan ininteligible...
Con todo cariño,
Antoniojosé.
IGUALMENTE (¡que mas se puede decir!).
ResponderEliminar¡Feliz Navidad, Antonio José!
ResponderEliminarQuerido Antonio José, es la mejor felicitación de este año, personalizada y con tema de meditación. Muchas gracias, eres grande y bueno.Muy feliz Navidad, yo te tengo a ti tus hermanos y padres en el Belén. Tiraps, creo que el portero era conejo.
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