Esta
muchacha tan hermosa ha hecho bien en coger el portante. En este tipo de
asuntos, como en el embarazo y el matrimonio, no se puede estar a medias: o se
está embarazada o no, pero no cabe el estarlo solo un poco; “Mire usted, es que
estoy un poco casado”. Mal hecho por mentir o por equivocarse (también se ha
equivocado Cerdán, pero a beneficio de inventario) y estos lances, insisto, o
estamos y somos o nos largamos.
Lo
que me llama la atención es que en mi época las chicas de Fuerza Nueva, muchas
de ellas, no sé si por la camisas azul mahón y las boinas rojas parecían o eran
guapas. Esta pepera es guapa. Eso sí que lo tiene. Las chicas de las Juventudes
libertarias de la CNT y las de la Joven Guardia Roja, las del Partido del
trabajo y toda aquella patulea no eran guapas… no: ¿por qué coño será eso? Las
feas, todos los desechos de tienta en la facultad, se malvestían, se colgaban
una talega al hombro como kunfú y se largaban camino adelante a fumar ducados y
a beber coñac. ¿Ha visto usted al repertorio de góticas o como se llamen? ¿De
qué cajoncillo del taller han salido? Por Dios.
Uno
le echa el ojo a esta pepera y el otro ojo a Aizpurúa y te haces de los bloques
antiterroristas: a esta tipa la han sacado a escobazos de un caserío en un
barranco. Si encima la escuchas a esta, no dan ganas de ir con ella ni a
tomarte unas gaseosas: menuda jeta: eso no es una cara es un hocico…
Seguro
que hay algún estudio al respecto, pero servidor lo ignora. Seguro que, además,
hay, siguiendo la teoría de la falsación de Popper ejemplos en una dirección y
otra. De momento esta chica, por lo que sea, se larga y las otras: Elena
Valenciano, Pilar Bernabé y sus machos, cuando mienten, como su líder… resisten
el chaparrón porque luego escampa.
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