Aunque
el título podría dar pie a las reflexiones de las usuarias y compradoras de
batas de Amancio Ortega, un título sinónimo a Reflexiones de unas marujas en
bata…, no es así. Reflexiones con la bata puesta son un conjunto de
artículos escritos por un par de amigos médicos, con bata blanca, entre ellos,
amigo mío es solo Manuel Álvarez a quien debo mucho como paciente y persona, por
muchas razones que al caso aquí no vienen, pero que desde aquí agradezco.
Cada
diez días, los doctores Álvarez y del Pino escriben a cuatro manos un artículo
que se publica en el Boletín del Real e Ilustre Colegio Oficial de Médico de
Sevilla, bajo el título de Salud Mental y Humanismo Médico. Los
artículos no son extensos, pero sí atractivos por sus títulos, sus contenidos y
el tratamiento que se hace de los temas que se abordan. Una selección de estos
artículos son los que conforman la obra que hoy comento.
La
estructura de los artículos se repite uno tras otro lo que orienta
perfectamente al lector: un título breve y seductor, una entradilla de algún
comentario, frase, dicho, refrán… de alguien conocido (en la mayoría de los
casos médicos, filósofos, pensadores en general de prestigio por sus trabajos y
sus obras) e inmediatamente después el artículo en sí de los doctores. El trato
que se le da al tema es, insisto, agradable, y, por supuesto, al alcance de cualquier
lector de mediana cultura, pues, aunque los temas examinados se relacionan con
la Medicina en general, no repelen al profano, pues la Medicina de la que
hablan los citados doctores enraíza en la persona que somos usted y yo, digamos
que hablan de nosotros. El libro lo componen 11 epígrafes de contenido muy
variado, bajo los que se cobijan 77
artículos a los que antecede una presentación y un prólogo, y a los que sucede
un breve epílogo.
No
siempre atina uno al elegir el libro que leer. Ustedes lo saben porque aquí lo
digo sin compromiso ni rodeo alguno cuando es menester. A veces se mete uno en
berenjenales en los que pierde el tiempo como un miserable. En estas Reflexiones
con la bata puesta… me lo he pasado muy bien. Se aprende, se ríe, se pone
uno serio, se medita al par de los renglones y junto al doctor y lo que dice…
En las obras de los amigos uno los ve al trasluz: en modos de decir, en las
maneras de exponer…: resulta simpática la opinión y la apuesta…
Como
siempre que hablo con Manolo, sobre todo he aprendido y recordado con estos
artículos a reflexionar sobre mi propia persona. Estos escritos marcan sendas,
direcciones sugerentes, soluciones posibles a esas dificultades con las que nos
encontramos, nos tropezamos o nos chocamos las personas en eso que es el vivir.
Me
ha llamado la atención la riqueza de citas de autores de lo más variado, los
menos específicos y propios de arte de “curar, aliviar y consolar”, es decir,
de los médicos, de algunos no tenía noticia, mas la mayoría de los citados… son
conocidos por mí. Cierto que también muchos de los médicos son “amigos míos”,
pues en ese oficio se da el espécimen aficionado, si no experto, en escribir y
hacerlo sobre ese humanismo propio de quien se acerca al enfermo por la palabra
escrita: Rof Carballo (del que guardo memoria y artículos de páginas enteras en
el ABC; algún día saldrán a esta plaza); Marañón y Laín a quienes he
leído en sus obras no estrictamente médicas; Vallejo Nájera, López-Ibor y
Enrique Rojas… de quienes sí he leído en este caso obras más relacionadas con los
temas propiamente médico. También hallamos grandes pensadores del mundo clásico
en sentido amplio… Todo ellos son utilizados con la sutileza del sabio por los
doctores Álvarez y del Pino para acercarnos… no tanto a sus ideas, sino por sus
ideas… a nosotros mismos. Ellos nos invitan al examen, a la meditación más allá
de la reflexión que ellos usan para conocernos mejor, para comprendernos mejor
con los demás y en el vivir cotidiano.
Las
imágenes, las metáforas, las alegorías de las que se valen son siempre
luminosas. No tienen por qué ser estrictamente novedosas porque la verdad la
diga Agamenón… no deja de ser verdad que pone luz en la realidad… Cómo la
mentira pretende reificar a las personas y sus situaciones, a la realidad toda e
impide la libertad de poder respirar hondo en lo limpio.
No
siempre tiene uno la oportunidad de charlar con personas, permítanme, doctas,
sabias y amables que quieren compartir con paciencia, palabra a palabra,
renglón a renglón… su tesoro de conocimientos para enseñar a quien no sabe, que
es obra de misericordia corporal que, un servidor, agradece en lo vale. Muchas
gracias por su libro, señores.
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