29 de junio de 2018

317-CHARLIE SALIDA- Tienen más cuentos que Calleja.


Querido charlie:

El número de los tontos, como las arenas de las playas es infinito. Ahora el maestro ciruela, que no sabía leer, puso una escuela. El interfecto es un tal Calleja, de un programa de no sé qué cadena… donde imparte clases de anticaza. Veo el vídeo que ha colgado. No voy a caer en el tu quoque: daré argumentos a sus puerilidades, que son dos. La primera es que los cazadores (se supone que todos) dejan las vainas de los cartuchos en el campo. Todos los cazadores sabemos que tirar vainas en el campo está prohibido por ley; como tirar latas, bolsas de plástico y vidrio, conducir borracho, como matar al marido o a la esposa, violar a la vecina, pero, ya ve, Calleja, no por estar prohibido deja de haber gente maleducada, y rematadamente mala, que incumple la ley. No obstante, que unos andarríos tiren unas vainas en el suelo no quiere decir ni que todos seamos malos ni maleducados, ni que por ello se prohíba la caza, ni conducir el coche, ni usar el cuchillo para partir el pan, etc.: vamos a distinguir las almorranas de las témporas, ¡Calleja, con el cuento!

Vamos a ilustrar aún más la supuesta argumentación del señor Calleja. No veo el proceso deductivo por el que, si algunos cazadores maleducados dejan cartuchos en el campo, hay que prohibir la caza. Ignoro -lo puedes encontrar, charlie, en Internet- la cantidad de plástico que hay en los mares… ¿prohibimos El Corte Inglés, que da bolsas de plástico? ¿Prohibimos el comercio que las usa…? ¿Prohibimos los coches que contaminan? ¡¡No, Calleja…, no!!: es cuestión inabarcable la de educar a las personas; le aseguro que educo: tengo testigos. Tampoco, con mi escaso saber de la cosa, prohibiría el alpinismo (tengo entendido que usted subió al Everest) porque, como leo China retira 2,3 toneladas deheces humanas del Everest, posiblemente algunas sean de usted, ¿o se las trajo envueltas en el saco de dormir? No hace falta buscar mucho para encontrar otra: El Everest, un vertedero en el techo del mundo. Tiendas fluorescentes, material de escalada y hasta excrementos. En 2017, los alpinistas en la vertiente nepalesa recuperaron cerca de 25 toneladas de desechos sólidos y 15 toneladas de residuos humanos... ¿Seguimos Calleja…? Es obvio que lo ha dicho este señor es impropio de una persona medianamente culta, medianamente razonable, mínimamente inteligente… Esa vía abierta a la sensiblería por los cartuchos en el campo es una barricada de pan mojado que se comen las palomas del parque.

Pero si malo es este primer esbozo de argumento, el otro es peor… Superlativo de malo… ¿Usted me va a decir a mí que estamos en el siglo XXI y que, por tanto, coja yo una cámara de fotos en vez de una escopeta? Usted es necio, Calleja. Sería tanto como decirle a usted que en vez de subir a la montaña y ensuciarla y excretar en ella, ¡en pleno siglo XXI!, podía volar en un helicóptero hasta la cima y cuando baje orina y defeca en un váter, tampoco es necesario dejar clavadas en la montaña clavijas, percutores zincados, etc. ¿Entiende usted, Calleja?

Si usted iguala una escopeta con una cámara fotográfica es porque no entiende nada de qué sea cazar: como no entendería yo de escalada si le dijera que subiera en globo o viera el Evrest en un documental… ¿no le da lo mismo? Mire, no le voy a explicar en qué consiste la caza… Eso, al paso que vamos, lo voy a cobrar aparte.

A ver si sale alguien que diga algo rebatible, discutible, sobre la caza y algo con peso, con verdaderos argumentos… y se quedan en casa estos opinadores de la señorita Pepis que no tienen ni idea. No me importa hablar con personas que sepan, explicarme, escucharlos…, pero con Calleja y sus cuentos y Guirao y su ministerio cierro el capítulo de entradas. No volveré a mirar a los perrillos que me ladran cuando paso, con los bretones y la escopeta al hombro, camino del cazadero…

Por cierto, Calleja, no deje de aprender a escribir antes de ponerse a ello… ¡es penoso lo escrito por usted en Twitter!

Tucho Castelo.

1 comentario:

  1. Han perdido el sentido común o lo que es peor, no lo han tenido nunca.

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