26 de mayo de 2018

308-CHARLIE-SALIDA- Futbolistas mentirosos e imbéciles.




Querido charlie:

“Entra el delantero entre dos defensas, quiebra al número cinco, que se escora y escurre. El delantero intenta armar la pierna para disparar casi solo ante el portero, cuando recibe por detrás una entrada de juzgado de guardia. Cae el delantero ya con los dos brazos levantados hasta el cielo que reclaman el evidente penalti, pero el defensa, con su brazo derecho también levantado, y con el índice de su mano derecha toca el mismo cielo del delantero, niega toda responsabilidad en la caída del adversario… ¡la bota la tiene llena de sangre de la pierna del delantero!”.

Amicus Plato, sed magis amica veritas, pues eso, charlie, que soy amigo de Platón, pero soy más amigo de la verdad. Es cierto que quitando la selección española que siento como MI EQUIPO y veo con pasión, y sin objetividad, al resto de los peloteros que corren por la pradera lo que les pido es que jueguen bien y lealmente a la pelota, como diría mi amigo José Manuel Tapia. Un juego, el fútbol, serio como todo juego porque se constituye con unas reglas que lo soportan y vivifican ¡y a jugar! Son muchos los testigos de que he jugado mucho y bien al fútbol.

Es cierto que no veo muchos partidos y si los veo, selección aparte, no insisto más, suelen ser partidos notables, de especial relevancia, interés supuesto, etc. Ignoro cuántas cámaras usan en las retransmisiones, pero ahora vemos las jugadas desde varios ángulos, desde arriba, desde el lateral… ¡desde dentro! ¿¡Y va el imbécil del defensa a negar que se ha llevado media tibia del delantero, cuando todos estamos viendo lo que ha sucedido!? Es un mentiroso y un imbécil. Él mismo, por afán e interés personal, particular, se está cargando el juego del que vive y del que, se supone, disfruta: la mentira, la trampa, el engaño, la fullería… dan al traste con el juego, y lo que no es juego, pero, además, en este caso, la mentira tiene un grado de evidencia que hace repugnante a la persona que niega lo obvio. Todos lo vemos. Todos comprendemos al jugador que miente…, ¿pero y por qué no al cirujano, al arquitecto, al barrendero, al profesor, al funcionario…? ¡¡Todos podemos mentir!!, es más: hay quienes afirman que todos somos mentirosos –y posiblemente sea verdad- porque todos alguna vez hemos mentido…

La crisis brutal que hemos padecido durante estos años pasados, y que aún colea, era un juego que sumaba cero y donde alguien saldría perdiendo, como resultó al final. Pequeñas mentiras, supuestos errores de apreciación que, en realidad, eran medias verdades… y así nos va.

Lo del fútbol, que todos lo vemos, los chavales, los niños, los adolescentes… ¡¡qué lástima de suciedad, de sociedad!!

Charlie, tú y yo, aunque nos arranquen la lengua… no vamos a volver a mentir por nada del mundo…, ¿te parece? ¿Se suma usted a este juego? Todos salimos beneficiados.




Tucho Castelo.

1 comentario:

  1. echo en falta a Gascoine ,eraun tipo sincero, con un hígado de acero

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