El Opus Dei nació en 1928: parece que san Pedro de Alcántara tampoco era miembro de esta institución. |
Escribía Ortega
que todo intelectual ante un problema que plantea aporta una solución al menos.
Así pues, llegado a este punto, el último capítulo, como aparente intelectual,
Ariely se pregunta cuál es la solución para este problema de la deshonestidad,
la mentira, etc.: “¿qué hemos de hacer?”… y da a luz, nuestro hombre, un ratoncillo
vergonzante y vergonzoso.
Ya nos advirtió páginas antes que las leyes de transparencia
no sirven para nada. (Por cierto, entonces ¿la que se está elaborando en España
sirve para eso mismo, es decir, ¡para nada!? ¿Están los políticos españoles
haciendo de nuevo el gamba, la ley y la trampa?). Así pues, de transparencia nada de nada.
No deseo desviarme. Un investigador aparentemente tan
importante en todo el mundo como Dan Ariely no se puede permitir el aserto de
que es bueno que se hable de uno, aunque sea mal. Un error en su investigación al
final podría echar por tierra todo cuanto afirmó antes. Si miente en una
realidad, si hay una realidad que explica erróneamente “¿por qué no pueden ser
falsas o erróneas el resto de sus investigaciones, sus posibles conclusiones?”,
me puedo preguntar. ¿Cómo es posible que haga unos comentarios tan necios a la
solución de la mentira? ¿Cómo es posible que un señor tan culto (?) e
importante, se supone, se tome a la ligera el sacramento de la confesión y lo
compare con el ramadán, que bien pudo hacerlo con la Cuaresma –que ignoro si
sabe qué es-, también próxima al Yom Kippur que también cita? ¡Puestos a decir necedades!
No contento con esto dedica casi dos páginas a hablar de las
disciplinas (palabra que no saber usar, pero que existe en inglés: disciplines) que usan los miembros del
Opus Dei al que califica de secta…
¿Un sociólogo, profesor de Universidad, es capaz de escribir esto? ¿De veras cree que la
solución a la mentira es la mortificación?..., (palabra que por supuesto tampoco
nombra, porque ignora el sentido que tiene…). Seguro que no escribe esto el
doctor Ariely como una mentira. No es una trola que sa cuajao. Seguro, incluso, que no hay mala voluntad, lo que en un
investigador de su nivel es más grave aún pues hay desidia, pereza, ignorancia
irrespetuosa por pública y unas necedades muy propias de un mermado.
De haberse molestado, de haber sido diligente, que no
perezoso, podría haber encontrado en Internet toda la información que
necesitaba, sin investigación, sin gastar un dólar y sin quedar y ponerse en
ridículo por explicación larga, equivocada y mentirosa sobre una realidad
importante para concluir su obra sobre la mentira. Servidor, sin colaboradores,
pero con la Wikipedia le puedo cortar y pegar que: «Adolphe
Tanquerey define la mortificación como "la lucha contra las malas
inclinaciones para someterse a la voluntad y esta a Dios." Esta práctica
pertenece al patrimonio espiritual de la Iglesia: Francisco de Asís, San
Benito, Tomás Moro, Pablo VI, Madre Teresa de Calcuta, hermana Lucia de Fátima y el teólogo suizo y ex-jesuita Hans Urs von Balthasar, son algunos dentro
los muchos monjes, religiosos y laicos que la practicaron y todavía la
practican con sentido cristiano»". Ninguno de los citados, por cierto, es del
Opus Dei; fue un práctica frecuente en la ascétic precristiana en diversas escuelas filosóficas.
Ignoro si Ariely sabe quién es Cristo y
de sus cuarenta días de ayuno en el desierto, de lo que significa su vida, su
muerte en la cruz y su resurrección; o san
Pablo, discípulo de este, y lo que escribió sobre la mortificación..., ambos de
la misma raza que Ariely, judíos. Después de los disparates leídos hay que
andarse con pies de plomo intelectuales. Tampoco estoy seguro de que sepa que
hay un nuevo Papa, y estoy absolutamente seguro de que no habrá leído el libro El jesuita donde el entonces cardenal
Bergoglio explica el sentido cristiano del sufrimiento, del dolor, de la
mortificación, etc. Tema inagotable en la ascética tanto cristiana como, insisto,
precristiana (v. Pierre Hadot), ¿sabrá Ariely que es el Antiguo Testamento y los ayunos del pueblo judío?
Le escribí a Ariely para darle y
pedirle explicaciones sobre estas necedades de su escrito. No me contestó: solo
las personas de mucho nivel intelectual, humano, espiritual, etc. contestan siempre (es la
tesis de Dani Arias de Saavedra y lo
tengo comprobado desde que yo era un niño y le escribía a personas de ese
perfil). Aún está a tiempo, señor Ariely.
La solución, señor profesor, a cualquier
vicio no es sino la virtud. Hay que alejarse de la peste del relativismo y de
quienes confunden las almorranas con las témporas, la virtud con los vicios,
los vicios con valores y de quienes so capa de ciencia dicen y escriben
estupideces.
Lástima de libro malogrado al final…
Bien, ya echaba de menos una crítica como esta... No pierdes la forma.
ResponderEliminarUn abrazo.