2 de mayo de 2012

Admirar, compararme, idolatrar, identificarme con... (y IV).


        Elegir el modelo. Compararme con el modelo y acertar con él es capital. ¿Cuántos modelos vacuos hallamos en nuestra sociedad de masas? Modelos musicales que arrastran con sus formas de vestir, de hablar, de amar, de moverse… ¡de vivir! Modelos se llaman a unas chicas muy delgadas que a veces veo en las pasarelas… ¿Ellas son modelos o son modelos los modelos de vestidos que portan las modelos? Los niños, vengo de la calle, celebran sus goles siguiendo los modelos que ven por la televisión: escupen como ellos jugando al fútbol, se ponen en jarras como ellos, protestan airadamente como ellos…
        El inmaduro, y estamos en una sociedad donde la inmadurez arrasa, se deja arrebatar, robar, arrastrar por poco viento que sople. Bajo la bandera de la irracionalidad se cobijan muchos millones de personas… que desgracian y mancan sus vidas para siempre…
         Cristo, sin duda es modelo –para mí el Modelo-, pero él se pone como tal solo de su humildad.

29 Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas: 30 porque mi yugo es suave y mi carga es ligera.

        Por lo hasta aquí escrito identificarse con un grupo es una necesidad del animal que es el hombre (animal, racional, dependiente, Alasdair MacIntyre: me gustaría que le echaras un vistazo a este libro, Animales, racionales, dependientes). La identificación irracional, la idolatría, bien por el identificado o por el modelo es un error. El modelo si es bueno, si es maestro, querrá que cada uno de sus discípulos sea distinto, querrá que haya un denominador común que les identifique con las enseñanzas del maestro y un numerador muy diverso, tan diverso como somos o podemos ser los humanos. No se trata nunca de hacer botellines idénticos.
        Sin duda la idolatría es nefasta. Pienso en esas realidades que vienen de América y que son las maras. La sumisión a los jefes. La Mafia, la Camorra…, las sectas… todas estas realidades que ponen los pelos de punta al hombre normal.
        La comparación… me parece necesaria. El director de banda corrige al músico que da la nota discordante. No le regaña por original, sino porque no es capaz de dar la nota precisa y que quien dirige conoce: “No lo está usted haciendo bien”. El músico que interpreta al original lo hará con la libertad que quiera, pero sigue teniendo como referente la pieza, la canción, etc. que desea reproducir… Siempre quien enseña modela: mostramos modos inadecuados de escribir, modos inadecuados de operar, modos incorrectos de hacer… Enseñamos modelos a los que imitar cuando se hace tal o cual ejercicio, el profesor propone un modelo, un ejemplo…, y tras este, los alumnos copian, modelan, imitan, para comparar al final los resultados obtenidos en comparación con el realizado por el maestro en la pizarra o donde fuere… Corrige el padre al niño que no lo hace con corrección en la mesa: la urbanidad nos obliga a determinadas pautas en sociedad. El decoro, las buenas maneras… nos obligan en la sociedad en que vivimos a imitar, a compararnos…
        Afirmaban los clásicos: Omnis comparatio claudicat, omnis simile claudicat… ‘toda semejanza cojea’. Rafa, los grandes errores que nos mueven hoy, pienso y lo hago a remolque de grandes pensadores, estudiosos del presente y del pasado, oteadores del futuro… doblan su rodilla ante el relativismo más absoluto. Todo es relativo… a mi capricho, a nada, a nadie…
        Con el relativismo se asentó el individualismo, un individualismo que rastreo en estos días allá por el siglo XI. Toda autoridad es negada: ni potestas ni auctoritas… Miras a los chicos y las chicas que van a tus clases y se sienten originales en sus modos, en sus maneras de vestir… y, sin embargo, van uniformados: ¡sin quererlo y sin saberlo, sin ser conscientes de ello! Creemos ser los mayores genuinos en nuestros… ¡y los modelos reiterados nos machacan!

* * *

        En la primera entrada de esta serie hablé de Aurelio Arteta… Como cierre lo cito. El pasado día 27 B. Berasátegui le hizo una entrevista en El cultural… Hace Arteta una afirmación que viene al pelo:

-Hace tiempo que le quería hacer esta pregunta: antes que nada, hay que ser bueno, ¿no?
-Eso creo, pero el tópico reinante dice “sé tú mismo”. No que seas bueno o malo, generoso o egoísta, sino sólo tú mismo. Al fin y al cabo, si “no tengo que compararme con nadie”, si “no tengo que imitar a nadie” y nadie debe darme lecciones..., cada cual ya sabe si quiere ser mejor o peor y cómo se llega a ello. Todo lo lleva uno dentro, no hay modelos. Adiós a la admiración moral. No hay que esforzarse en llegar a ser nada, sino seguir siendo lo que ya somos: personas “muy normales”.

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