Elegir el modelo. Compararme con el
modelo y acertar con él es capital. ¿Cuántos modelos vacuos hallamos en nuestra
sociedad de masas? Modelos musicales que arrastran con sus formas de vestir, de
hablar, de amar, de moverse… ¡de vivir! Modelos se llaman a unas chicas muy
delgadas que a veces veo en las pasarelas… ¿Ellas son modelos o son modelos los
modelos de vestidos que portan las modelos? Los niños, vengo de la calle,
celebran sus goles siguiendo los modelos que ven por la televisión: escupen
como ellos jugando al fútbol, se ponen en jarras como ellos, protestan
airadamente como ellos…
El inmaduro, y estamos en una sociedad
donde la inmadurez arrasa, se deja arrebatar, robar, arrastrar por poco viento
que sople. Bajo la bandera de la irracionalidad se cobijan muchos millones de
personas… que desgracian y mancan sus vidas para siempre…
Cristo,
sin duda es modelo –para mí el Modelo-, pero él se pone como tal solo de su
humildad.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros y
aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso
para vuestras almas: 30 porque mi yugo es suave y mi carga es
ligera.
Por lo hasta aquí escrito identificarse
con un grupo es una necesidad del animal que es el hombre (animal, racional,
dependiente, Alasdair MacIntyre: me gustaría que le echaras un vistazo a este
libro, Animales, racionales, dependientes).
La identificación irracional, la idolatría, bien por el identificado o por el
modelo es un error. El modelo si es bueno, si es maestro, querrá que cada uno
de sus discípulos sea distinto, querrá que haya un denominador común que les
identifique con las enseñanzas del maestro y un numerador muy diverso, tan
diverso como somos o podemos ser los humanos. No se trata nunca de hacer
botellines idénticos.
Sin duda la idolatría es nefasta. Pienso
en esas realidades que vienen de América y que son las maras. La sumisión a los jefes. La Mafia, la Camorra…, las sectas…
todas estas realidades que ponen los pelos de punta al hombre normal.
La comparación… me parece necesaria. El
director de banda corrige al músico que da la nota discordante. No le regaña
por original, sino porque no es capaz de dar la nota precisa y que quien dirige
conoce: “No lo está usted haciendo bien”. El músico que interpreta al original
lo hará con la libertad que quiera, pero sigue teniendo como referente la
pieza, la canción, etc. que desea reproducir… Siempre quien enseña modela:
mostramos modos inadecuados de escribir, modos inadecuados de operar, modos
incorrectos de hacer… Enseñamos modelos a los que imitar cuando se hace tal o
cual ejercicio, el profesor propone un modelo, un ejemplo…, y tras este, los
alumnos copian, modelan, imitan, para comparar al final los resultados
obtenidos en comparación con el realizado por el maestro en la pizarra o donde
fuere… Corrige el padre al niño que no lo hace con corrección en la mesa: la
urbanidad nos obliga a determinadas pautas en sociedad. El decoro, las buenas
maneras… nos obligan en la sociedad en que vivimos a imitar, a compararnos…
Afirmaban los clásicos: Omnis comparatio claudicat, omnis simile claudicat… ‘toda semejanza
cojea’. Rafa, los grandes errores que nos mueven hoy, pienso y lo hago a
remolque de grandes pensadores, estudiosos del presente y del pasado, oteadores
del futuro… doblan su rodilla ante el relativismo más absoluto. Todo es
relativo… a mi capricho, a nada, a nadie…
Con el relativismo se asentó el
individualismo, un individualismo que rastreo en estos días allá por el siglo
XI. Toda autoridad es negada: ni potestas
ni auctoritas… Miras a los chicos y
las chicas que van a tus clases y se sienten originales en sus modos, en sus
maneras de vestir… y, sin embargo, van uniformados: ¡sin quererlo y sin
saberlo, sin ser conscientes de ello! Creemos ser los mayores genuinos en
nuestros… ¡y los modelos reiterados nos machacan!
* * *
En la primera entrada de esta serie hablé
de Aurelio Arteta… Como cierre lo cito. El pasado día 27 B. Berasátegui le hizo
una entrevista en El cultural… Hace
Arteta una afirmación que viene al pelo:
-Hace tiempo que le quería hacer esta pregunta:
antes que nada, hay que ser bueno, ¿no?
-Eso creo, pero el tópico reinante dice “sé tú
mismo”. No que seas bueno o malo, generoso o egoísta, sino sólo tú mismo. Al
fin y al cabo, si “no tengo que compararme con nadie”, si “no tengo que imitar
a nadie” y nadie debe darme lecciones..., cada cual ya sabe si quiere ser mejor
o peor y cómo se llega a ello. Todo lo lleva uno dentro, no hay modelos. Adiós
a la admiración moral. No hay que esforzarse en llegar a ser nada, sino seguir
siendo lo que ya somos: personas “muy normales”.
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