10 de octubre de 2011

(Charlie-salida-20). De las metas para alcanzar la virtud

    La experiencia nos demuestra que conviene exigir a los demás lo que deben dar: sin ambages. Sobre esta afirmación tiene textos jugosos el psiquiatra vienés Viktor E. Frankl. Daniel Golemaman en la que fue su famosa y extendida obra La inteligencia emocional comenta que en cierta ocasión el mismo Csikszentmihalyi aseguraba que: «Las per­sonas parecen concentrarse mejor cuando se les pide algo más que lo corriente, en cuyo caso son capaces de ir más allá de lo normal. Si la demanda es muy inferior a su capacidad, la persona se aburre y si, por el contrario, es excesiva, termina angustiándose. El estado de flujo tiene lugar en esa delicada franja que separa el aburri­miento de la ansiedad». Los mandos militares saben bien cuánto puede dar de sí un soldado cansado y exhausto, en apariencia inútil… ¡y aún queda hombre y soldado!
    La filosofía de fondo de libros como la Biblia parte de la convicción fundamental de que la vida humana y el mundo tienen un sentido y están orientados hacia su cumpli­miento que se realiza en Jesucristo para los cristianos. El misterio de la Encarnación será siempre el punto de referencia para comprender el enigma de la existencia humana, la esencia íntima de Dios y del hombre, el misterio del Verbo encarnado, pero estos caminos llevan al viajero a la filosofía de alta escuela y a otros caminos transitados por los teólogos de las grandes religiones. El caminante es hombre de gramática parda.
      El viajero se siente abrumado ante la grandeza del mundo, del hombre, de lo que observa en su viaje. Son muchos los misterios y los enigmas que lo atosigan. En su humildad desea alcanzar la vida virtuosa. El viajero ha mirado y remirado. Ha leído y pensado y practicado. No toca de oído. Se le ocurre que las metas, no recuerda ya si modificadas o no, que leyó en alguna obra de José Antonio Marina, le siguen viniendo al pelo. Se siente feliz entre ellas. Las escribe y las relee. Curiosa experiencia de experimentados maestros desde la antigüedad clásica, de occidente y de oriente, religiosos o de escuelas filosóficas: es importante escribir y releer las metas  muchas veces, incluso durante el mismo día, recitarlas, afirman algunos como si de mantras se tratase.

    Ahí que van. Características de las metas:

    1. Toda meta debe expresarse en conductas mensurables.
    2. Conviene que sean metas de ejecución, es decir: la competición se establece con uno mismo y no contra otros.
    3. Las metas deben ser realistas: difíciles sin ser imposibles ni tan fáciles que no estimulen.
    4. Conviene formular las metas de manera positiva.
    5. Identificar las estrategias para alcanzarlas.
    6. Distinguir entre metas a largo plazo y a corto plazo.
    7. Llevar un registro de los logros y fracasos.
    8. Analizar las posibles causas de unos y otros.

    Los equipos del deporte que sea tienen entrenadores; los toreros, apoderados… Los colegios, directores. Recuerdo que el Pequeño Saltamontes de KUN-FÚ tenía su maestro ciego. Pues eso. Cada caminante siga su camino.

1 comentario:

  1. Antonio José,
    Me alegra leerte.
    Me parece interesante esta entrada, tiene un poco que ver con el mundo del arbitraje y por ello te he publicado en mi blog,sino te importa claro.. munueramontero.blogspot.com
    Enhorabuena por el blog, y sobre todo por la Boda.
    Un abrazo
    José L. Munuera

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