3 de octubre de 2011

(Charlie-salida-19). De las aguas sucias que impiden beber

    Cada uno baja las escaleras como quiere, como puede, como le dejan… Vivimos del mismo modo: como quiero, como puedo, como nos dejan… Viajar hay que viajar, ¿recuerdas al poeta sevillano, charlie?:

                                           Caminante, son tus huellas
                                           el camino y nada más;
                                           Caminante, no hay camino,
                                           se hace camino al andar.
                                              Al andar se hace el camino,
                                           y al volver la vista atrás
                                           se ve la senda que nunca
                                           se ha de volver a pisar.
                                           Caminante no hay camino
                                                sino estelas en la mar.

         Sí, rasgo de la vida es su irrevocabilidad: lo hecho y lo pasado no regresan. Puedo andar o correr, ir o venir, a caballo o en coche o en… Puedo no tener más metas que sobrevivir, pero no sería ésa la vida digna de quien anhela lo mejor, de quien se sabe único, irrepetible. Afirma Hannah Arendt que la creencia en que el hombre ha nacido para morir y con la muerte cesa, ocluye cualquier posibilidad creadora y trascendente. Si creo que todo es pura estela en el mar, espuma que desaparece al rato… el esfuerzo puede parecernos inútil, toda esperanza vana, todo repecho de la vida, irracional, el viaje en sí mera pamema. Los existencialistas, al confundir esencia y existencia, hacen del hombre-viajero un ser para la muerte, Dasein, que Llano traduce como un estar en la muerte. Si la vida no es trascendente, si no voy a ninguna parte es porque sencillamente estoy muerto. Tomo nota: “El hedonismo, doctrina que sólo reconoce como reales las sensaciones del cuerpo, es la más radical forma de vida no política, absolutamente privada, verdadero cumplimiento de la frase de Epicuro (...) Vivir oculto y no preocuparse del mundo”.
    El relativismo, como denuncian muchos intelectuales, entre ellos Joseph Ratzinger, es un representacionismo, en el que se toman como reales nuestras actitudes mentales. La realidad es incognoscible, dicen. Si esto es así no puede haber una ley moral universal y realista que responda al modo de ser de las personas y de las cosas. No existe la ley natural. No hay una naturaleza independiente de nuestras preferencias, ideologías o mitificaciones. Aceptar la ley natural comporta la admisión de realidades que tienen consistencia propia al margen de nuestras representaciones subjetivas. Y YO SOY MUCHO YO.
    Perdona, charlie, sé que me he detenido en el camino. He tenido que esperar a que el regato de agua sucia se limpiara antes de ver el fondo, antes de beber. Inmanentismos, existencialismos, relativismos… Necesito revisar una y otra vez lo que hago y cómo, revisar comporta saber de dónde vengo y hacia dónde voy. Doroteo de Gaza afirma que quienes se distraen, se disipan, quienes no se detienen a revisar por dónde andan “no sólo no progresan, sino que al no tener un objetivo, se fatigan se pierden, por el hecho de que sin vigilancia y combate se cae fácilmente fuera de la virtud”. El agua sucia se ha limpiado ante mí poco a poco. Ahora veo de nuevo bien, mejor. Estoy cansado, pero aún es de día, aún puedo seguir adelante un rato. Me incorporo. Ajusto la mochila a la espalda. Tomo el bastón apoyado en el árbol y retomo el viaje ahora entre dos luces. A veces anochece siendo de día, bien lo sabes charlie.
 

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