16 de junio de 2011

Charlie, ¿por qué los indios de mis entradas?

The Young Hunter
     El personal está a la que cae, charlie. ¿Que por qué pongo tantos indios y caballos y vaqueros… en los santos que adornan mis entradas? Fácil. Las películas del oeste siempre me atrajeron irresistiblemente. Si el desierto es para Exupéry un espacio abierto al encuentro, a múltiples posibilidades… La llanura, las montañas, la pampa, los animales… alientan en mi espíritu un arranque irrestricto por saltar, por ir, por salir al encuentro.
    Los indios del post miran hacia el cañón. Descansan un momento. Callan y miran. Contemplan. El esfuerzo es grande porque la meta es complicada, valiosa. Todo bien es arduo afirma Santo Tomás. Desconfía, charlie, del “Aprenda inglés este fin de semana” o “Aprenda chino mientras duerme”. No. Los pieles rojas saben que sortear el cañón (véase), como patear la vida, va a ser duro, arriesgado, sólo para gente que lo tiene claro y tiene las higadillas de ir a por ello jugándose su vida al tablero.
    Por eso, charlie, por eso me gustaban las películas del oeste cuando era chaval… Un caballo es el viaje; la naturaleza un mundo por descubrir; los animales una escuela al aire libre; un rifle, el arco medios de poder para ayudar. Aún recuerdo la primera vez que vi La conquista del Oeste en un cine que ya no existe o La policía montada del Canadá en otro cine que tampoco existe…, aún lo recuerdo, charlie, y han pasado no menos de cuarenta años, ¡qué sueños no alentarían en mi alma de niño estas películas!
Cowboy Heaven

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