7 de mayo de 2011

Georges Simenon, "Los hermanos Rico".

     Alguien me habló de ella, de esta novela. Quizá fue la lectura de un comentario. Lo olvidé. Los hermanos Rico de Simenon es una buena novela. Miro en mis notas. Tenía apuntado. “Pedir de Simenon: La nieve está sucia, El efecto de la luna, Monsieur Monde desaparece”. Vaya por delante. Opino. He pasado un rato muy agradable leyéndola: Los hermanos Rico. Hay algunos giros y expresiones que reconozco mal traducidos porque yo lo hubiera expresado de otro modo: mejor, seguro. No empece. Ejemplar de viejo impreso en Barcelona, año 1955. Editorial Albor.
    Todos necesitamos hallarnos bajo una bandera de lo que sea, de trapo, de hierro, sabernos miembros de un grupo. Los Rico nacen en Brooklyn bajo la bandera de la orfandad paterna, la necesidad, el apellido italiano emigrado y la organización. Ésta es la familia. Excelente película El honor de los Prizzi. Los Rico: Eddie, Toni y Gino son la organización, miembros de la familia elegida que no recibida. Este familión pide fidelidad absoluta. La palabra dada no se quiebra. La omertá, la ley del silencio. Quien la rompe la paga. Eddie, bien asentado en Miami, con un grado razonable de poder y negocios, se ve obligado a decidir entre su hermano –la familia de sangre- o la organización –la familia elegida, la bandera bajo la que se milita-.
    Simenon: seguro que no he leído ninguna obra suya hasta hoy. Quizá lo recordaría. El autor se muestra sobrio, con una prosa concisa y contenida. En una novela donde la mafia se convierte en el centro, no hay, sin embargo, aspavientos. La muerte acecha, pero las emociones se contienen. Cada miembro lleva a término su labor. La organización es un reloj que siempre pide estar en punto, limpio, preparado, con cuerda. Lo que hay que hacer se hace con orden, con pulcritud. Simenon nos va describiendo el sufrimiento de Eddie ante la disyunción que se le plantea. No hay, insisto, verborrea. Toni, su hermano de sangre, se ha equivocado. Mal momento. No ha sido dócil a la organización. Si se quiere sobrevivir, si se quiere mejorar, si se quiere tener una excelente casa en Miami, un negocio floreciente, una mujer, unas hijas…, ser respetado hay que cumplir las reglas. Todos lo saben.
    Brooklyn es un barrio, su barrio, mas en la vuelta de Eddie, pasados los años, es más bien un recuerdo. Su barrio, el barrio que pisaba, que veía en esos momentos no era propiamente su barrio, sino un ente real que no vivía ya en su recuerdo. Ahora le parecía menos alegre, más oscuro. Su infancia le pareció más sórdida. Curioso. Es entonces cuando comprende que su padre, muerto de un disparo de la policía, en la puerta de su tienda… era sordo. Sí, su padre era sordo y nunca había caído en esa realidad. ¡Ah, los olores sin embargo! Los olores, mientras pasea, son los mismos de ayer, hoy como ayer puede saber por qué parte de la acera marcha por los olores. Esto no ha cambiado.
    Entre sesudas y extensas obras, entre complejidades estructurales y retóricas áridas, siempre viene bien leer una novela amable, simple, lineal, sencilla, entretenida… Podemos seguir adelante.

1 comentario:

  1. A partir de septiembre de 2012, la editorial Acantilado emprenderá la publicación de la obra completa de Simenon. Los primeros títulos serán: Los vecinos de enfrente, La casa del canal, El perro canelo y El gato.

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