11 de mayo de 2011

"El tigre de Tracy", William Saroyan.

    He terminado de leer la novela de Saroyan, El tigre de Tracy, y me he quedado mirando al mismo callejón que el protagonista. Me he preguntado por mi tigre o por mi pantera. He visto no su árbol, sino mi enclenque limonero. No he visto su Nueva York, sino el muro enjalbegado de mi patio. No veo el polvo sucio de los coches y la polución de su ciudad, sino mis geranios ya sin flores apenas. He mirado. He pensado en esta novela. De veras. Me preguntaba por qué la leía mientras la leía… Ahora que la he terminado no sé bien qué responder. Todo lo más, mi librera me la aconsejó y a mí que me registren.
William Saroyan

    Thomas Tracy es un joven ambicioso y lanzado que vive en Nueva York. Tiene la peculiar connotación de que habla con un tigre que parece que tiene, que va y que viene con él, como otras personas tienen los suyos. Sólo él logra ver el tigre propio y el ajeno. Enamorado de la hermosa Laura Luthy, la chica del vestido amarillo… su tigre, el de Tracy, se convierte en pantera negra y pasa a ser visible a todo el mundo. Herida su pantera, Tracy, que según el doctor Pingitzer, no está loco se compromete a cazarla en Nueva York donde está escondida y amedrenta a la población. Como el propio Saroyan escribe en los dos últimos renglones de esta novela -¿o no es una novela?- “Ésta es la historia de Thomas Tracy, Laura Luthy y el tigre, que es el amor”. That’s all folks, que leíamos tras los dibujos animados de Porky y el Conejo de la suerte…
    Así pues el 'tigre' no es el retrete en argot, no señor. El tigre es el amor. Un animal que nos acompaña o no, dependiendo de si estamos o no enamorados o somos amados o amamos a alguien…
    Poco más puedo añadir, de veras, impecable edición de Acantilado y me voy silbando, tigre adelante, hacia La Inquisición española de Kamen…

* * *

    Como uno es de pueblo chico y malo, quizá no alcanzó lo suficiente, por eso copia, pega, corta y pega lo que dice la editorial en sus Notas de prensa:

    “No hay más que leerla para entender porqué [sic] El tigre de Tracy se ha convertido en un clásico de la literatura contemporánea. Una breve y bella historia, escrita con la sencillez apabullante de los grandes escritores, que trasciende de la simple ficción”. Cayetano Sánchez, Canarias 7.

    “Una fabula deliciosa y surreal sobre el amor y sus poderes”. Eugenio Fuentes, La Nueva España.

* * *
    Sabía yo que mi librera no podía dar fallo… ¡Qué cosas, Amanda!

2 comentarios:

  1. Las editoriales deberían tener más celo con sus porqués porque son un referente para la escritura, por lo que si el lector ve escrito un porqué en una nota de prensa revisada o corregida, y que debe ser un por qué, ha lugar a confusiones en los porqué, por qué y porque...
    Extraña fabulación. Nunca se me hubiese ocurrido materializar al amor en forma de trigre ni de pantera, ¿será por esa forma que tienen los felinos de merodear entre nuestras piernas?, van, vienen, entran salen haciendo ochos y restregando su lomo contra nuesras pantarrillas y molestando con las cosquillas de sus rabos peludos... Que digo yo, porque como soy también de pueblo y chico, con limonero (nada de enclenque, que los hielos dos veces lo han dejado sin hojas y aparentemente sin savia, pero siempre ha vuelto a brotar y a dar limones) y un patio empedrado y de blanco enjalbegado, no alcanzo yo muy bien a entender el símil.
    Conclusión, amigo Antonio José, ¿nos fiamos de tu librera o de nuestra opinión a cerca de los felinos?

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  2. El otro día leí que los blogueros buscamos que nos lean. Quizá una obviedad. A mí me encanta que me comenten. Así salgo del "Cartas a mí mismo" de Ramón o de sus "Cartas a las golondrinas", libros que debo de tener y que leí con ilusión de adolescente. ¡Cuánto me hizo disfrutar Ramón! (era el primero de mi lista, Blumm). Tu comentario largo y pensado… es la voz amable y firme de quien, de pronto, te encuentras en el camino y va contigo un rato al atardecer.
    Tu limonero padece las heladas, me temo. Quizá si lo envuelves en un plástico grande y transparente en invierno te lo agradezco: así tuve yo uno y un jazminero en zona fría y ruda.
    De perros sé poco, aunque los tuve casi siempre. De gatos y felinos, nada: no gasto.
    Tu patio empedrado, tus pollos, tu perrillo… hermosa tierra la tuya. Muchas gracias por la amabilidad de tus palabras.

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