31 de marzo de 2023

473- Baltanás, Enrique: ANTONIO MACHADO. POETA DE TODAS LAS ESPAÑAS



Conocí a Enrique Baltanás en la Universidad de Navarra. Venía entonces de Alemania e impartía clases de Literatura comparada, creo. Hablamos en un par de ocasiones no recuerdo de qué. No volví a tener noticias suyas hasta que leí su obra sobre los Machado, Los Machado. Una familia, dos siglos de cultura, y otro libro que no sabía que luego me sería de utilidad, Las columnas de Hércules. Realidad o invención de Andalucía, y que ahí, desde la estantería me mira y espera su inmediata lectura: no siempre, pero a veces todo llega.

        Ya dije que ando tras los Machado y pisándole los talones a Antonio por una conferencia -insisto en que tal nombre es hiperbólico título- sobre la influencia de la arquitectura de Vandelvira en Campos de Castilla y Nuevas canciones… Ese es el motivo de las lecturas o relecturas de estos días sobre el poeta sevillano y, de inmediato, sobre el arquitecto alcaraceño.

        ¿El libro de Baltanás? Él lo confiesa: nada nuevo. Todo cuanto he leído en las 132 páginas primeras, el libro tiene, 196 lo sabía incluso más detalle y mucho más matizado. De recuerdo me ha servido. Las últimas páginas de la obra, haga la resta, son un APÉNDICE, así titulado por él y subtitulado: ANTONIO MACHADO Y LA POLÍTICA. DE LA REPÚBLICA HASTA LA GUERRA CIVIL (1931-1936). ¿Algo nuevo? Pues sí: la novedad está en la parresia de Baltanás que ha dicho lo que muchos pensaban -pensábamos e incluso hemos escrito- y él lo ha puesto negro sobre blando. Antonio Machado no era un santo laico ni tenía ideas propiamente políticas: ya lo dijo Ridruejo en su famoso prólogo del 40… (del 41 es el ejemplar que me regalaron no ha mucho). Machado mantuvo un seguidismo natural, si se quiere, de lo vivido en su casa y algo de lo aprendido en la Institución Libre de Enseñanza: anticlerical, vagamente creyente y de izquierdas, relativamente republicano… Todo el rollo de la izada de la bandera de Segovia, la invitación que hizo a esta de Ortega y algunos miembros de la Agrupación al Servicio de la República… fue un brindis al sol, pues él apenas intervino y, como la mayoría de todos ellos, no habían transcurrido cuatro días de la marcha de la República del 31 (que nadie voto, ni salió por votación en ninguna parte, ¡antes al contrario!) se demarcó como lo hicieron todos los republicanos sensatos… Ortega, desde el principio casi, cuando se empezó a legislar, en particular contra los católicos, comprendió el fanatismo sectario de muchos de los compañeros de viaje incluido Azaña (“Ni todos los conventos de Madrid valen la vida de un republicano”, obviamente la vida de religiosos y católicos no valían lo que la de un republicano…). Pero no quiero perderme. Explica Baltanás lo que ocurre con Machado en sus últimos días: su salida del Madrid rojo, su paso por Rocafort (¡qué tristeza la de ese pobre y viejo poeta!) y su muerte en Colliure (“Estos días azules y este sol de la infancia”). Machado forzado a escribir y firmar proclamas y manifiestos, poemas y… lo que le pusieran por delante porque el hombre tenía que mantener a su familia, pero no tenía con qué… ¿Le ocurrió a Manuel lo mismo en el otro bando? Es posible, pero Antonio sí da pistas de lo que a él le ocurre…

La militancia ideológica de izquierdas entre algunos profesores, en institutos y universidades, hicieron del poeta de Soledades. Galerías y otros poemas, su poeta y así lo hemos vivido y padecido quienes estudiamos en la Universidad a finales de los 70 y los 80 del siglo pasado. Hago constar aquí que ya entonces, por aquellos años, don Alfonso Sancho Sáenz, narraba con detalle -y algún error sin intención ni importancia: él decía que habían ido Manuel a Burgos a visitar a una tía monja de los Machado, cuando era una cuñada: la rectificación me la hizo llegar Miguel d’Ors-… que el caso de los Machado, Manuel y Antonio, su colaboración y estancia en un bando u otro fue fruto del azar: un viaje, una visita, el inicio de la guerra, Burgos o Madrid.



        Me ha merecido el viaje de esta lectura. Quien no sepa gran cosa sobre Antonio Machado puede tener aquí un libro que lo acerque al poeta y su vida, y, además, se aclare con nitidez del perfil ideológico del poeta de Sevilla… POETA DE TODAS LAS ESPAÑAS…, en “Estos días azules y este sol de la infancia”.

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