Agrupaba Baroja en trilogías
o tetralogías sus novelas por el capricho de su real gana. Hacía tiempo que no
leía Baroja. Lo último que leí suyo fue la trilogía de La raza: El
árbol de la ciencia, La dama errante y La ciudad de la niebla. Leí
las dos segundas por la obligación académica de la primera, que no es ni mucho
menos la novela que más me gusta del escritor vasco, por mucho que él y otros
digan. Miro en el blog y no encuentro la crítica de La dama errante… A
lo peor no llegué a escribirla… ¡da igual!
El hecho es que hallé un
nicho de novelas barojianas de segunda mano en no sé dónde y compré muchísimas
de las obras de don Pío. Alguna vez creo, lo conté aquí: en la llamada Casa de
la Cultura, biblioteca de la capital en que vivo, no se dejaban leer
determinadas novelas hasta los 18 años. Estudiaba yo 1º de BUP y doña Eladia
Solís Rostaing (que en paz descansa) me dio un permiso escrito de su puño y
letra, en una cuartilla, que se pasó años y años cogida a mis fichas de lector
y socio de la citada Casa de la Cultura. A las novelas, al menos las que a mí
me interesaban, se podía acceder pues estaban frente al mostrador donde,
guardias civiles jubilados o en proceso de ello, atendían a los lectores. Ahí
fue de donde cogí y leí decenas de obras de Baroja, Azorín, Unamuno,
Valle-Inclán… ¡y cuando en alguna ocasión ya no las distinguía unas de otras! Confundía
y olvidaba los títulos, y sacaba obras que ya había leído. Entonces empecé a
anotar, primero, las obras y los autores en unas fichas; después, empecé a
hacer unos breves comentarios de las mismas; y, por último, leía las obras con
un lápiz en la mano y una hoja como separador para ir tomando nota y hacía
comentarios más largos. He escrito “por último”, pero debí escribir: antepenúltimo,
pues después, hice resúmenes en el ordenador, que ahí están: más largos y
completos; y ahora sí por último escribo estas impresiones
generales, más o menos interesantes… sobre los libros que leo y que cuelgo en
el blog.
La tetralogía de La tierra
vasca la componen: La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz
y Zalacaín el aventurero y Jaun de Alzate. Son obras que rezuman
humedad de los campos del norte. Las casas descritas por Baroja me recuerdan a
los viejos caseríos de la montaña. Se oyen en los caminos que describe las
esquilas de las vacas que pacen y mugen en los montes verdes y escarpados de
aquellas tierras. Los personajes de sus novelas también son hombres con un aire
común: sean vascos o no. Me llama mucho la atención que no recordaba las
descripciones de la Naturaleza que escribe Baroja: da la impresión de que
formaran parte de un surtido que tiene en un catálogo y que coloca a cada
pasaje aquella que mejor considera que se adecua a él; muchas de ellas son
meros paisajes imaginarios, un tanto irreales, de la Naturaleza y el campo que
de sobra conoce de su tierra vasca.
Leo a la par La casa de
Aizgorri y El mayorazgo de Labraz (no leeré a Zalcaín el
aventurero porque esa obra, por distintas razones, la he leído varias
veces, por distintos motivos y la tengo especialmente en la memoria; queda La
leyenda de Jaun de Alzate para otro momento). No recordaba que La
casa es una obra de género híbrido, diría yo, a medio camino entre el
teatro y la novela, aunque Austral le tiene colocada su sobrecubierta azul que
la identifica como novela. La terminó Baroja de escribir en 1900.
Nos narra en esta obra Baroja
una historia simple. Un viejo arruinado, don Lucio, propietario de una fábrica
de anís en la que vive, se halla en los últimos días de su vida. Su hijo Luis
es un cobarde que deserta de su propia vida y tiene miedo de la muerte de su
padre; sin embargo tiene una hija, Águeda, valiente, abnegada, buena muchacha,
que acompañará al viejo hasta sus últimos días. De la pobreza que padecen, Águeda
será socorrida por un hombre fuerte, emprendedor, etc. que la ayuda a salir del
atolladero porque está enamorado de ella…
Simple, romántica, breve.
Hallamos en la obra muchos lugares comunes de la narrativa barojiana que ayudan
a pasar un rato agradable. Espero no tardar mucho en terminar y dar cuenta aquí
de El mayorazgo de Labraz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario