El
vicepresidente segundo del Gobierno dijo ayer que le «incomoda enormemente» que
las corridas sean patrimonio cultural
Rufián echa en falta a la Policía
en las manifestaciones de “pijos”
Pablo Echenique y Gabriel
Rufián califican las caceroladas contra el Gobierno de pijos con los palos de
golf
La Comunidad de Madrid
dice ahora que es Ayuso la que pagará el alquiler de su apartamento de lujo:
2.400 euros al mes
Pablo Iglesias, a Vox:
"Nuestro pueblo se quitará de encima la inmundicia que ustedes representan"
NUEVA POLÉMICA DE ALBERTO GARZÓN
Un ministro desprecia la importancia del
turismo: “Es un sector de bajo valor añadido”
AGRICULTURA
Protestas en el campo
Indignación entre los agricultores
porque Yolanda Díaz insta a investigar "esclavitud" y
"malos tratos"
Calvo se trasladó antes
de que sufriera el covid-19 a un piso del Estado por "seguridad"
Son
titulares de
estos días atrás. Ya sé que estos los escriben, con más o menos tino, los
periodistas. No siempre se acierta. Por favor, léalos de nuevo.
Tengo
la terrible sensación de que estamos en lo que no debemos estar. Se nos han
muerto, se nos han ido entre los dedos de la vida que huye, a día de hoy,
27.563 personas, según datos oficiales, y me niego al redondeo. Personas.
Una detrás de otra. Porque los mató la enfermedad y no se pudo hacer nada por
ellas: la ciencia, los conocimientos humanos limitados no alcanzaron para su
cura, otros habrán muerto por errores imprudentes, por falta de previsión de
Fulano o de Mengano: tras cada muerto hay un nombre y una biografía. Tras cada
error hay nombres y apellidos concretos. Hay quienes tomaron decisiones,
quienes decidieron qué hacer en tal o cual momento: era su responsabilidad, su
cargo y su encargo, su profesión, su empleo… ¡y se equivocaron! ¿Es obvio que
no hubo mala fe? ¿Es evidente que no se buscó el beneficio de este o de
ese sin calcular el terrible alcance de sus decisiones? No sé si es evidente
ni obvio, pero pido que se depuren responsabilidades: hace 48 años que
no creo en las casualidades.
Lea
los titulares,
por favor: sí, de nuevo. ¿En qué estamos? Seguro que queremos estar en eso, o
quienes están en el poder quieren que estemos en esas memeces y olvidemos el
meollo de la cuestión. Vino un virus. “Inesperado”, “De improviso”,
“Imprevisible”… Estas y otras palabras han servido a los miembros del Gobierno
y a nuestros políticos para decir como memos a tontos ¡lo evidente! Quienes
gobiernan debían estar al quite, la oposición debía controlar los quites que el
sobresaliente del maestro no fuera capaz de corregir. Unos por acción, otros
por omisión… Los ciudadanos hemos cumplido como borregos, como personas
responsables, como dóciles conciudadanos, como patriotas… ¿Y los políticos? ¿Es
equiparable la reacción de millones de personas frente a la acción de unos
políticos que han venido después a justificarse, a excusarse, eludir las
consecuencias de sus actos…? ¡¡Y lo hacen negando grabaciones que las
atestiguan!! Nos saben borregos y memos. Nadie pidió perdón de nada.
Sigo
con símiles taurinos. El poder nos está mostrando muletas tras las que se
esconde el cuerpo gentil, con nombres y apellidos, de la responsabilidad
política. Los periodistas, entiendo que conscientemente, nos dan las novedades,
¿pero se dejan lo importante atrás? ¿Por qué con 27.563 personas muertas estoy
pensando en que Rufián –ese ser- me hable de pijos o no pijos? ¿De si Ayuso
paga o no un piso de un socialista llamado Sarasola –aún recuerdo a su papá-?
¿Qué coño me importa a mí si Echenique vive con dos perros en Fuencarral o en
donde el aire da la vuelta?
Quiero saber,
coño, sí: coño: ¡quiero saber! Estoy muy enfadado:
●
quiero saber cuántos
muertos ha habido;
●
quiero saber los
nombres de los expertos que no fueron capaces de hacer su trabajo bien: al ignorar
a la OMS, al no comprar material necesario para luchar contra el virus;
●
quiero saber quiénes
mandaron a los sanitarios a morir sin protección alguna;
●
quiero saber por
qué se ordenó dejar morir solos a mis viejos y quién tomó esa decisión;
●
quiero saber por
qué no ha actuado ya de oficio la fiscal general del Estado;
●
quiero saber quiénes
han gestionado las compras defectuosas;
●
quiero saber qué
legislación se ha aprobado por decreto aprovechando el estado de alarma;
●
quiero saber por
qué en España tenemos más muertos que tantos y tantos países con más habitantes
que nosotros;
●
quiero saber qué ha hecho cada ministro
en esta situación y qué se ha hecho en su ministerio;
●
quiero saber quiénes
son los expertos (?) y de qué debaten;
●
quiero saber quiénes
son los responsables de haber elegido a esos otros irresponsables que tomaron
decisiones desacertadas, incorrectas, lesivas, repugnantes;
●
quiero saber por qué se nos miente, se
nos torea, se nos humilla;
●
quiero saber…
Quiero saber la verdad y como ciudadano tengo derecho a saberla.
Buenos días. Qué razón!! Magnífico artículo!
ResponderEliminarMuchas gracias por leerlo y por molestarse en ponerme unas palabras. Eso supone que las paredes de Internet no me devuelvan el eco, solo el eco de lo que escribo. Un estímulo para el escribidor de fondo y solitario. Feliz semana.
ResponderEliminarRazonamientos lógicos y oportunos.
ResponderEliminarGracias por molestarse y escribir aquí. Un saludo.
Eliminar