Charlie, hay entradas del blog que surgen y se
concluyen del tirón. Muchas otras necesitan más esfuerzo y atención. Algunas,
como la presente, se quedaron en lo que paso a publicar… y ahí malviven, son
borradas. Esta la retomo al hilo de lo presente. Ignoro si fue texto de una carta
a alguien, reconvertido. Hoy me lo escribo a mí mismo, como Ramón se escribía a
sí propio o a las golondrinas: Cartas a
las golondrinas. Hoy el texto me sirve a mí.
Tan inevitable como indeseable es leer
malos libros, malos autores, mala literatura. A veces la edad, el momento, la
edición, la obligación, la devoción… obligan.
Tan inevitable como indeseable vivir
malos momentos, convivir con malas personas, ser mala persona. A veces la edad,
la circunstancia, ya ves, la obligación, la devoción…
Tan inevitable como indeseable escuchar
mala música…
Al ser inevitable se hace de la
necesidad virtud y decimos: BIEN VINO POR LO QUE SE FUE… Y APRENDÍ, pero es
amargo invertir el tiempo de una vida tan limitada en aquello que no nos ayudó
a crecer (¡y no todo ayuda! Lo firma quien erró mucho).
Lo único que te deseo es que seas
afortunado en tu búsqueda, que aquello con que des, con aquellos con quienes
converses y convivas, que lo hallado sea valioso y te ayude, ya ves, a ganar
tiempo –insisto, que es crecer- y no a perderlo.
… Y yo me iré.
Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará
mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo
blanco.
Buen viaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario