31 de diciembre de 2016

VERITAS LIBERAVIT VOS

   
   Nada nuevo bajo el sol. En unas horas veremos aquí y allá caras de supuesta alegría de quienes dicen adiós a un año (?) y   a otro (?): ni uno ni otro responderán a los saludos.
   Me dicen que dentro de unas horas vendrá un año nuevo… y “Desdeño las romanzas de los tenores huecos/ y el coro de los grillos que cantan a la luna./ A distinguir me paro las voces de los ecos, / y escucho solamente, entre las voces, una”. En esta hora, como en las posteriores y las anteriores, en las venideras del tiempo que vendrá, Dios queriendo, solo me interesa la verdadera voz, la voz que en su verdad me hace libre y ayuda a conocer y amar, “a darle a la caza alcance”, la voz que me aúpa a la felicidad.
   La idea es vieja. Ese sabio de Tagaste, a quienes los cristianos llamamos San Agustín, será de los primeros en hablar del hombre como un ser necesitante, pues de continuo precisa de lo nuevo, pide más: se mueve: cupiditas rerum novarum y, para él, y para mí con su permiso, esa indigencia solo se satisface primera y principalmente, como la sed del ciervo en el agua, escribe poético el sabio, solo en Dios. La indigencia del hombre solo se satisface en las aguas de la Verdad.
   Un día más, un año más se nos acuesta feliz y festiva nuestra España. “La España de charanga y pandereta,/ cerrado y sacristía,/ devota de Frascuelo y de María,/ de espíritu burlón/ y de alma quieta”. España mortecina. España, pueblo inane e inculto. España de ignorantes y redomados opinadores. Una España, y me encuentro hoy machadiano, “que desprecia cuanto ignora”.
   Se llaman a sí mismos progresistas esos espíritus moribundos, de intereses espurios, de conocimientos achortalados y pútridos. “Todas las opiniones son respetables”: “Tópicos como esos no solo transmiten algo falso en la teoría, que sería lo de menos. Al ser prácticos (es decir, morales y políticos) y llamar por tanto a la acción o a la desidia, producen efectos letales para la vida de todos”. “Ya vale”, “No merece la pena”, “No te esfuerces más”, “Allá cada uno”, “Pérmitele vivir en su ignorancia”… Y eso llevamos siglos haciendo en esta España iletrada y cautiva de la ignorancia (Veritas liberabit vos). La mugrienta mentira nos tiene cautivos y felices en nuestro cieno: ¡déjame en mi ignorancia! ¡No me despiertes! Vivir es ver volver, decía Azorín, y repetimos los tópicos. “Feliz año”…, ¿se puede saber por qué ha de serlo?, pregunto indiscretos. ¿Usted ha hecho algo para que lo sea o ha de serlo por nuevo, porque es lo esperado…? Recuerde que el hombre es cupidissima bestia rerum novarum… ¡anhelamos lo nuevo!, pero no olvide tampoco que lo nuevo por sí propio no trae lo bueno. El deseo, dice Lévinas, es realidad inacabable, inabarcable, por ser lo infinitamente exterior a mí. Sí “Feliz año”…, ¿pero por qué? Oiga, es un deseo, no más…
    Me sé indigente, pobre, necesitante… porque anhelo la Verdad donde saciar mi sed, una sed de infinitudes y sé que el camino hasta la Fuente de aguas vivas es arduo y la puerta estrecha. No me arredran el afán y la meta. Quiero conocer y para eso le invito a leer y formarse con tino. No abreve como las bestias en las fuentes de la iniquidad, beba en las fuentes de la verdadera sabiduría. La necesidad es mucha, pero satisfacible, la necesidad no es deseo (se equivocó Hegel), lea, póngase metas de vida con verdadera altura al servicio de los demás (la felicidad es puerta que abre hacia fuera), no se conforme, “los porque sí” no valen, nos relativistas y romos, su opinión no es usted y aquella, por ignorante y estúpida, puede ser despreciable (donde toda opinión vale no hay donde fundar la verdad… ¡ojo el trilero de la mentira nos está estafando!)…

    Labórese un mejor año, pelee contra la mentira y el conformismo ambiental, fórmese y lea, luche con usted mismo, contra usted mismo…, por amor a los demás, y tendrá un mejor año al servicio de la Verdad, desde la Verdad…, por la Verdad y los demás. Ese es mi deseo para usted y para mí… 

1 comentario:

  1. me gustaría vivir sólomi vida, pero vivo una iete a la vez; no sé si me entiende...

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