23 de junio de 2015

Stanley G. Payne, Palacios Jesús: UNA BIOGRAFÍA PERSONAL Y POLÍTICA. FRANCO (IV de VI)




        Vamos a otra fase en este vaivén que traigo en estas entradas. Me lo estoy pasando bien en la redacción de las mismas porque quizá me las estoy tomando sin la rigidez con que me tomo otras y esto divierte.

         La Guerra: así, con mayúscula. La que algunos llamaron la Gorda, es decir, nuestra Guerra civil del 36 que, como ya he escrito aquí, se me antoja el mayor error de muchos siglos en esta España que de continuo anda y se mueve de error en error y de yerro en yerro.

         ¿Hubiera habido Guerra si Franco hubiera…, si Sanjurjo no hubiera…, si Mola en el avión…, si…? Me parece que el historiador debe estudiar lo que sucedió y bien puede jugar con los preteribles y los futuribles, pero de ahí a la virguería… hay un trecho. Sea como fuere, si unos forzaron y otros respondieron, si todos gritaban y no se entendieron, si la guerra la promovió y provocaron intencionadamenteciertas fuerzas de izquierdas con un afán a más largo plazo, si era verdad que se venían arrastrando problemas desde hacía dos siglos por la mala digestión del siglo XVIII y la penosa gestión de los Borbones en el XIX, si la Restauración… y llegó la Guerra. Franco dudó mucho, y hasta el último momento, en participar en el golpe, pues pensaba que el Gobierno debería resolver los problemas, pues podía y debía. Es cierto que la República no fue de su agrado, pero la acató y la hizo acatar a sus subordinados cuando estaba en la Academia de Zaragoza. Azaña, digamos, no era su tipo y no parecía ser tampoco su mejor pareja de baile. Dilapidada la dignidad y prostituida la legalidad solo quedaba la fuerza, como Ortega vino a decir. El asesinato de Calvo Sotelo, el 13 de julio del 36, actúo de disparador histórico para que Franco participara en el golpe. Y se inició la Guerra.

         No entro en detalles de movimientos de tropas, etc. Solo hago unos apuntes. La rebelión de la marinería en los barcos jugó a favor de los sublevados. El prestigio de Franco sumó fuerzas a un golpe que se sabía que venía: el Gobierno era consciente, pero no le dio importancia. El transporte de fuerzas como los Regulares y la Legión y los moros supuso una baza capital. A partir de ahí pretender una guerra democrática, con respeto a los derechos humanos –aún por enunciar-, una guerra de salón, etc. es pedir peras al olmo. Fue una guerra fratricida como quizá no se haya conocido otra en Europa, que se termina intentando convertir en una guerra de religión (G. Bernanos decía que toda guerra entre hermanos se termina haciendo en el nombre de Dios).

         ¿Era cierto que Franco quería alargar la guerra? Parece que le convenía por motivos tácticos y por carencia de equilibrio entre sus fuerzas y su abastecimiento; también Negrín pedía alargar la guerra hasta el esperado inicio de la 2ª Guerra Mundial que se intuía inmediata. ¿Se alargó por las limitaciones del conocimiento de Franco sobre las nuevas tácticas militares? Según los alemanes, así era, según otros puntos de vista, Franco no se equivocó y sabía perfectamente qué hacía. ¿Fue un error desviarse de la conquista de Madrid e irse a Toledo buscando un golpe de efecto? Parece que acertó: no tenía fuerzas para asaltar Madrid, ya reforzado, y lo sucedido en el Alcázar “fue un hecho heroico reseñable de la raza hispana”. ¿Que las fuerzas nacionales no tuvieron nada que ver con Guernica? Sobradamente demostrado y debatido y tergiversado. ¿Que Guadalajara fue una derrota debida a la ineptitud italiana y los tripulantes de los carros de combate del mismo origen? Visto… No soy entendido, ni Dios lo permitirá, en estrategia de guerra y combate: servidor solo llegó a cabo segundo en Infantería de Marina, pero me resulta extraño que un general imbécil e inútil “ganara” una guerra como aquella, como se ha demostrado, siendo las fuerzas muy equilibradas, etc. etc.

         Desastre absoluto tras la guerra: salida muy propia de un suceso así. Victoria pírrica –propia del futbolista del Madrid José Martínez Sánchez, Pirri, como escribió con memorable pifia e ignorancia un conocido colaborador del periódico de mi pueblo-. La salida no fue para bromas. España quedó dividida en dos. Aquello no fue un juego y, por tanto, no hubo adversarios sino enemigos absolutamente viscerales… Se propagó y prolongó desde el nuevo Régimen el estado de guerra larvado contra los rojos, que no dejaron de aspirar a un retorno muy poco previsible.


2 comentarios:

  1. Interesante. Se aprende mucho en este artículo. Un abrazo.

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  2. Querido Fernando:
    Cuando te embarcas, entiendo, en la lectura de un libro –salvo por circunstancias muy ajenas- es porque se tiene interés en el contenido del mismo: desde los más variados enfoques posibles.
    Cuando escribo una entrada en el blog pienso que será de interés para quienes la leen: lo que escribo, la información del libro, o del contenido de este…
    Empecé a oír hablar de Franco en los sesenta. En 2015 leo algo en concreto sobre él y llego a la conclusión, amigo mío, de que no son muchas las personas que tienen interés real en saber del Dictador: somos perezosos y nos gusta que la realidad se acomode a nuestros enfoques, nuestros sentimientos, nuestros recuerdos… Pasa con esto y con el concepto de las cucurbitáceas.
    Ni quito ni pongo. Lo que he leído en esta obra me ha sorprendido y aún tengo alguna más pendiente por ahí para completar lo leído: me interesa saber de esta persona, de lo que su Régimen me condicionó y nos condicionó (?), de lo que aún nos condiciona –hoy mismo he oído hablar en las noticias de la llamada “memoria histórica”-… y me apasiona la verdad.
    Este libro me parece recomendable, me parece una obra en equilibrio… y ya te diré de las siguientes. Aquí ya solo falta una entrada.
    Me sugeriste una entrada al blog que me parece interesante: ¿por qué no se lee poesía hoy, o menos que ayer? ¿Es eso real? ¿Por qué, en realidad, si es cierto que se lee poco en general, menos poesía se lee aún? A ver si la enjareto una de estas tórridas tardes de julio…
    Un abrazo y gracias por tus comentarios.

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