3 de marzo de 2014

Y paso CINCO de cinco, Bishop: donde se recoge un hermoso texto que dice de lo aquí tratado



 
 Mientras tanto, se me planteó el problema del sabor de las cosas. Y los de este campamento fabricaban vasijas de barro que eran bellas. Y los de este otro, las fabricaban feas. Y comprendí con evidencia que no había ley formulable para embellecer las vasijas. Ni con inversiones para el aprendizaje, ni mediante con­cursos y honores. Observé incluso que aquellos que trabajaban en nombre de una ambición distinta, por la calidad del objeto, aun­ si consagraban las noches a su trabajo, sólo lograban obje­tos pretenciosos, vulgares y complicados. Porque, de hecho, sus noches en vela las dedicaban a su venalidad; o a su lujuria, o a su vanidad, es decir, a sí mismos, y ya no se intercambiaban en Dios intercambiándose con un objeto convertido en fuente de sacrificio e imagen de Dios, donde las arrugas y los suspiros y los pesados párpados y las manos temblorosas de haber modelado tanto y las satisfacciones del atardecer después del trabajo y el desgaste del fervor van a confundirse. Pues sólo conozco un acto fértil, que es la oración; pero conozco también que todo acto es oración si es don de sí para llegar a ser. Es como el ave que construye su nido, y el nido es tibio; como la abeja que fabrica su miel, y la miel es dulce; como el hombre que moldea su vasija por amor a la vasija, es decir por amor, es decir por oración. )Crees en el poema escrito para ser vendido? Si el poema es objeto de comercio, ya no es poema. Si la vasija es objeto de concurso, ya no es vasija e imagen de Dios. Es imagen de tu vanidad y de tus apetitos vulgares.
                                                       A. de Saint-Exupéry.



               A su disposición pongo el blog para que usted argumente cuanto desee sobre lo que he escrito. Le ruego que me envié, de considerarlo pertinente, su escrito al correo que en el blog se halla y sus reflexiones serán publicadas en él sin modificar una coma, siempre que se encuentren a la altura de la corrección propia, etc. ¡de lo que no dudo!
               Reiterarle mi agradecimiento.

2 comentarios:

  1. Gracias por este largo y ameno texto. Estoy plenamente de acuerdo con usted en que existe una íntima relación entre el autor y su obra. En mi precipitación me expresé mal: mi intención era insistir en mi opinión de que existe independencia entre el valor estético de una obra de arte y las cualidades éticas y morales de su autor, cómo la maestría artística no implica necesariamente bondad, y en la "galería de grandes glorias ilustres" del arte (y de la ciencia, dicho de paso) se dan la generosidad y la mezquindad y estas no quitan ni añaden nada a la grandeza de la obra. Gracias a usted, un cordial saludo.

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  2. Lamento no haber sido más ameno, pero el tema es desabrido y huraño. El “diálogo” habido ha sido enriquecedor para mí, por muchos motivos y su comentario final, confirma su calidad personal. Muchas gracias. Lamento no seguir su blog, pero es que no sé nada sobre lo que usted escribe y ya, a mi edad,… ¡mal negocio! Quedo a su disposición.

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