28 de mayo de 2012

¿Quién eres tú, lector?



 I


        Un secreto del libro superventas y del escritor de éxito galáctico es saber quién es el lector que espera su obra, qué quiere, qué desea, qué anhela… El escritor superventas, ese que en inglés llaman bestseller, es un escritor que se sienta al ordenador y tiene meridiano qué es lo que va a contar, cómo, dónde, etc. Es un químico que hace una composición sumamente compleja y de sutil equilibrio donde todo está medido, pesado, contado… Cada uno de ellos tiene su fórmula mágica, como la cocacola. La receta, además, está guardada en una caja mágica a la que solo tienen acceso el propio escritor y algunos de sus asesores y de sus ayudantes. El bestseller no es libro popular. Esto sería poco menos que engañarse. La literatura nunca es popular, lo siento. El arte no es popular en el sentido de que alcanza a inmensas capas de la sociedad llámense clases, colectivos, estamentos o grupos. El arte en general, en su recepción, que no en su creación, está dirigido a un público culto, un público que lee y sabe qué lee, en el caso del libro.
         En ocasiones, no es menos cierto, quien anda en el laboratorio del ordenador, quien anda con las mezclas, ensayando con los equilibrios, quien estudia y mira, quien sopesa… a veces, insisto, como el burro de Samaniego, toca la flauta por casualidad. De pronto un escritor escribe una obra que subyuga a millones de personas que anhelan su libro al que les suele salir una saga. No se crea, no es nuevo… Ahí están los Palmerines y los Amadises de quienes hizo burla el mismísimo Cervantes, ¡asombroso!
         Hace unos días leía a una conocida mía, bloggera, y ella reflexionaba sobre esta realidad que todo escritor se plantea alguna vez. ¿Quién está ahí detrás de mi texto? ¿Quién lo actualiza y cómo? ¿Qué entenderá esa persona de quien quizá ignoro todo? No sé cuál es su circunstancia, ni si cultura, ni sus capacidades… ¿Qué entenderá? ¿Comprenderá lo que yo intento transmitir? ¿Qué tal expresaré yo lo que deseo? ¿Lo haré con acierto? ¿Qué opinará? Ese lector que hoy me lee, actualiza un texto dilatado en el tiempo y en la realidad, un texto que quizá escribí hace semanas, quizá  años…, pero yo ya no soy ese autor: he olvidado incluso lo que allí dije, afirmé… ¿Recuerdas lo que afirmabas en tu libro…?, te pregunta un lector entusiasta…, que queda defraudado, cuando uno, en el tiempo dejó jirones de sus quehaceres y la memoria es incapaz de relacionar, de hallar, de actualizar aquello que se perdió para siempre… “Lo siento. No, no lo recuerdo…”. Horror. ¿Quién eres tú, lector?
         Me dicen que entran a este blog miles de personas. ¿Quiénes sois? ¿Qué buscáis? ¿Qué queréis? Le doy la vuelta a todo esto y me planteo qué busco yo en la lectura de un blog… Busco información, busco a alguien que me comenta asuntos que son de mi interés, busco un alguien con quien conversar… Rara vez leo la entrada de un blog y no dejo un recado, un comentario, un gracias: cada uno es como es…
         ¿Qué busco en los libros? Aprender para enseñar, una guía de pensamiento, un medio de deleite, una pauta para seguir la verdad, la belleza… En el otro y sus obras veo y busco al Otro. El mundo me parece hermoso, a pesar de los pesares. Pienso, no sé por qué, en las muchísimas obras -¿todas? Quizá sí- que leí de Azorín: La voluntad, Antonio Azorín, Castilla, Confesiones de un pequeño filósofo, Los dos Luises, Lecturas españolas, En París, Pueblos… ¡¡Qué deleite con el comienzo de Las nubes!! Perdona que por un momento escriba de memoria… “Como recordará el lector, Calisto y Melibea se casaron…”. Los pueblos manchegos en pos de Cervantes, de las huellas de don Quijote, de ese don Amalio o don Rufino que obra en su lento quehacer al amor de la lumbre, mientras el sol trepa por el vasar e ilumina la foto del pariente amigo, que tuvo… ¡¡Qué deleite solo recordarlo!!

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