9 de septiembre de 2011

Perdona, charlie…


        
          Hoy, después de semanas, me asomo a mi blog. Siento la pena que mueve la ternura. Deserté de pronto. Se impuso la necesidad ineludible. Imposible continuar durante estas semanas pasadas. De veras: imposible.
         Las ideas bullen sin cesar. Hoy conversé con un poeta conocido –quizá llegue el momento de hablar de él aquí-. Las imágenes, los deseos, los personajes, las impresiones, los colores, los libros, los olores… para escribir no cesan en el escritor, pero no siempre se da el tempo del que hablé para plasmarlas.
         Preveo semanas de agitación. De momento ya puedo sentarme en una mesa sin polvo.
         Sea todo escrito con perdón… 

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