27 de marzo de 2011

La primavera: De gustibus non disputandum est.


    En mi tierra, por San José, se podan los jazmines y en ello estuve. Cuando se pone uno en facha de jardinero, ya entran en danza todas las plantas de la casa. Se cambian los tiestos, se renuevan plantas, se cambia la tierra, se siembran esquejes y algunas semillas y bulbos. El taladrillo, compruebo, sigue haciendo de las suyas con mis geranios: trabaja lento en el tallo de la planta que queda hueco, seco…, arruinado. Las clivias están preciosas. Contra las crasas, los cactus no hay enemigo. Lamento la pérdida de una zamioculcas que con tanto mimo me trajo mi amigo Manolo López desde Sevilla: más se perdió en Cavite, me digo para consolarme; ya se sabe, quien no se consuela... Algunas plantas, mientras se trabaja en ellas, traen recuerdos de otras gentes y otros lugares: es hermoso. Sigo sin encontrar unos buenos bulbos de nardos que pudieran darme unas varas razonables. Perdidos los heredados de mi abuela por vía de mi padre…, perdida esa planta, lástima. Regalo a mi amigo José Alcántara un limonero: el macetón era espacio insuficiente para la planta y él lo ha puesto en el campo, en el suelo… “¡Cómo huele!”, me dice. Mi sobrino Alejandro me echa una mano como aprendiz de jardinero: cada año me ayuda más y mejor.
    
      La perra estaba grávida para ese día y estuvo a mi vera mientras me movía entre tiestos, tierras distintas, variadas plantas, poda… Poco después parió. La segunda vez que nos pare una perra en la cocina. Ya sé que suceso tal es horrísono y escandaloso para no pocos. En nuestro caso, una vez más, ha sido un hermoso acontecimiento. Tres perritas.
 



    Entra aire nuevo con la primavera. Ya me disculparán muchos que no asistiera a ninguno de los macrobotellones que hubo en los alrededores. Preferí el sol amable y suave de la mañana primaveral, los perrillos, las plantas, antes que sumarme a la bulla beoda en parte de la tarde-noche. Cada uno baja las escaleras como quiere o puede o le dejan…

3 comentarios:

  1. Primavera y ¡ole! D. Antonio José. Ya se que le pido un imposible: ¿me regala un cachorrillo?

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  2. La pongo en la cola de los peticionarios. Desde hoy hay dos perrillos aún por asignar. Vamos a ver cómo lo hacemos. Esperaba un parto con más perros. Todo fueron hembras, además. Bien sabe voacé que quien no llora no mama... Necesito unos libros, pero no tengo tiempo de poner el correo, centrar lo que necesito y en fin: a ver esta semana, Dios queriendo.

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  3. Hola tito. He visto a mi hermano Alejandro y a los perrillos. Pronto iré a verlos. Javier Alcalá.

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