20 de febrero de 2011

Masca, don Miguel, su eternidad...

    Todo, dicen, está en Internet. Lo que es tanto como decir que en Internet está todo lo que está en Internet, es decir, que lo que no está metido o colgado, o como se llame, no está ahí, donde sea, que no logro imaginarme si es un espacio físico material… o qué caramba. Menuda puñeta: ¡y luego se preguntan cómo es el Cielo! Para mí es más fácil imaginarme el Cielo, que no sé si será porque me hablaron de él desde niño y yo, por mucho que San Pablo nos quiera hacer desistir de que lo imaginemos –ni ojo vio ni oído oyó…-, llevo toda una vida con un ojo puesto en los valles de Manitú, donde cazaré, por la misericordia de Dios, con Toro Sentado, con Miguel Delibes, con Buffalo Bill, con Daniel Boone, con los Muñoz-Cobo, con mis abuelos, -que mi abuela cazaba, oiga…-. Seguiré también allí con mis perdices y mis conejillos, las tórtolas y los zorzalillos al paso, que los bichos grandes, evolucionados, miran y a uno no le dio nunca por descerrajarle tiro a animales así: venados, gamos, y otras bestias de esa cilindrada, queden en sus campos a la paz de Dios.
    Ha sido empezar y ya me he perdido. Retomo… Iba a que no estoy en el cuartel general que es mi casa y, por tanto, no puedo constatar lo que quiero afirmar. Que no creo que esté en Internet y que si está, porque alguien lo guardó ahí –dónde puñetas sea- yo no voy a ponerme a buscarlo porque temo no dar con él e invertir un tiempo en la pesquisa del que no dispongo.
    Vamos por el tercer párrafo y todavía estamos sin centrar. Quiero recordar que el primer libro que se editó en la postguerra española, fue una obra de Julián Marías, Miguel de Unamuno. Este dato es posible que esté en el prólogo del libro o es posible que Marías lo contara en alguno de sus volúmenes biográficos, Una vida presente –esos libros, creo que son tres, me fueron deleitosos-. Fuera o no el primero de la postguerra en editarse, en esa obra sobre el bilbaíno afirma Marías que el gran pecado de Unamuno fue el de presunción… (nuevo paréntesis: mucho me temo que o se explica o se busca en el diccionario… Josef Pieper, cuando habla del status viatoris, en sus Virtudes fundamentales lo explica muy bien. El presumido no es sino un soberbio que piensa que Dios, haga lo que haga, lo va a llevar al Cielo. Es una de las muchas tentaciones: “Dios es tan bueno que no puede castigar a los hijoputas malnacidos como yo”, se puede decir el pájaro y sigue el hombre a lo suyo, jodiendo el mundo porque es un loco con carné, que cantaría Serrat. Pues allí estaba, según Marías, el autor bilbaíno, don Miguel de Unamuno, de condición presumido).
    Unamuno es un tipo extremadamente retorcido. Nada sencillo. Enormemente vanidoso. Hombre de vida interior compleja. Realmente siento verdadera pena de él. Leí y medité -¡menudo momento!- su Diario íntimo mientras servía en Infantería de Marina en San Fernando… Leí lo que Moëller escribió sobre él en su Literatura del siglo XX y cristianismo –obra que también me sirvió y me agradó y donde aprendí mucho de muchos otros autores…, creo que son cinco volúmenes…-. Tremendo el sufrimiento de este hombre que se empeña en hacerle gestos y cucamonas a Dios en su rostro, para que Él conozca su nombre, lo llame por su nombre… ¡No me lo puedo creer! “Aún les falta ver, amigo Múgica, aquí en España quién es Unamuno”, escribe en una carta. Seguro y dueño de sí, llora, sin embargo, por la noche en la cama, necesita el consuelo de su esposa, doña Concha… (gran mujer). Sigo batiéndome en esas ochocientas páginas de Colette y Jean-Claude Rabaté…. Miguel de Unamuno. Biografía, y sufro yendo de la mano de este pobre hombre por los vericuetos de su vida. Lo que leyera hace muchos muchos años aún me resuena mientras voy por estas páginas…

6 comentarios:

  1. Hola, Antonio. He leido el libro de Marías sobre Unamuno: es muy bueno. Diferenciaba bien entre persona y personaje, y Unamuno tuvo de los dos, pero, para mí, su escritura es poderosa, su figura egregia, su inteligencia prístina. Un saludo, amigo

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  2. Uanmuno es un genio. San Mnauel Bueno ma´rtir, fue lo primero que leí y quedé cautivado. Menos mal que tenía un cura amigo que me explicó de las dudas y los tormentos de D. Miguel. Sus textos sobre la Universidad española: quien conozca las oposiciones, conoce España son más vigentes en 2011 que en 1902. Animo con el tocho, tucho.

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  3. Querido Sinretorno, volveré sobre Unamuno y algunas de sus ideas sobre la educación, la enseñanza, etc. Me parece un asunto interesante y que no sé si habrá algún estudio sobre el particular. Lo que puedo escribir es lo que he deducido de lo que comenta en sus cartas, lo que escribió en “Amor y pedagogía”… La escuela, las enseñanzas medias, las universitarias… es lamentable que pasen casi los siglos y sigamos con una despensa de pena y una enseñanza que no forma, que no cultiva, acobardada, aletargada… y todos lo dijeron, lo decimos… ¿Y quién remedia este despilfarro de vidas y haciendas?

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  4. José Antonio: Mi viejo maestro de Literatura, ya muerto, decía que en su época de estudiante comentaban que, para los lectores, quedaría del 98 sólo Unamuno, pero constataba él que sólo había resistido el paso del tiempo Baroja. En mis años de lector inmisericorde leía todos los libros que había en la Biblioteca Pública de un autor que me gustara o eligiera. Así agoté casi todo el 98 (había incluso una primera edición de “Cara de plata” de Valle, que no se debía de prestar, pero que por ignorancia me dieron y me pusieron en la tesitura de darles el “cambiazo”, cosa que no hice… Pobre muchacho, igual ya se perdió). Leí todo Unamuno… del que me quedó en mi cabeza y mi paladar lector un batiburrillo notable. De Unamuno recuerdo sus argumentos como artefactos, por ejemplo; de Baroja sus diálogos, las descripciones del país vasco, las extravagantes peripecias de sus personajes. Hoy constato que nadie los lee, que yo conozca. Los chicos de 2º de bachillerato leen a Unamuno por obligación y otro tanto sucede con Baroja. Releo con más gusto a Azorín, por ejemplo, que las novelas del bilbaíno o las del donostiarra.

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  5. Baroja tenía muy mala leche, no parece vasco, y era misógeno. este blog empieza a encadilar. Y ya me hubiese gustado tener un profesor de literatura como vos. PD. no soy gay...

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  6. El comentario no se perdió, estaba aquí. LO de gay puede que fuese , para que mi fervor por tucho no diera lugar a malas lenguas, siempre tiendo a dar información gratuita...

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