24 de noviembre de 2010

Carlos Edmundo de Ory: descansa o no en paz.

     Le pregunto a una joven profesora de Literatura por Carlos Edmundo de Ory. Ignora quién es. No sabe dar cuenta y razón de su poesía, de su vida, de su postismo tan postsurrealista, tan omniabarcante, tan ignorado y despreciado. Él y su poesía; la poesía toda casi siempre.
    Insisto: hago lo que me deja la vida. Estas semanas no fueron distintas. Veo soplar las hojas en el parque. Barrer las puertas de las casas próximas a los grandes álamos. La muerte visita mi entorno inmediato y el próximo. Por la muerte cobra sentido nuestra existencia, empecé a escribir y no pude continuar: perdí el hilo.
    El padre de Carlos Edmundo, Eduardo de Ory, era para mí el autor de un libro dedicado en casa de mis padres. Libro dedicado a mi abuelo. La obra era una biografía de un poeta reverenciado por casi todos: Rubén Darío, de quien se decía amigo. “Muerto yo, el cetro de la poesía pasa a ese negro”, que escribió Valle de Rubén en sus Luces. Pero, ¿quién era ese tal Eduardo de Ory? No lo supe hasta que años después descubrí una revista creada por él y por mi abuelo. Eran tiempos del modernismo militante y el poeta gaditano y el poeta-archivero jaenero crearon una revista titulada Vida Moderna, si no recuerdo mal; no fueron muy creativos en el título… Efervescencia creativa, renovación formal, oxígeno juvenil para una poesía con el músculo anquilosado, animar una poética tullida por el realismo… Acercamiento al folklore, que se escribía entonces así, con K -¿o ya no se dice ca?-. Rodríguez Marín, Antonio Machado Álvarez, Demófilo y padre del poeta universal –para muchos el único Machado-… Colosal primer tercio de siglo español del siglo XX.
    Carlos Edmundo, si no me falla la memoria, se marcha de España a Francia a mediados de los cincuenta y no volverá a vivir en la tierra que lo vio nacer. Vino de paso, creo. Anduvo por su Cádiz. Creí leer en algún sitio que cedió toda su creación, que la mandó guardar, que sabrán de ella quienes vivan en el 22…
    Pues sí, todo esto… Miro por curiosidad a ver si la Wikipedia dice algo de él. Sí, algo dice… Veo que en Internet se puede leer un rato sobre él, sobre su obra…

            Cuando un padre afligido
            le dice a su hijo acuéstate pequeño
            y duérmete seguido
            es que quiere a la par hacerse dueño
            del hijo y de su sueño.

    Duerme, duerme, Carlos Edmundo… duerme ya.

1 comentario: