Mucho
tiempo sin publicar nada en el blog. “Es un error”, dicen los conocedores del asunto:
si no se desean perder lectores. Es mi caso: no deseo dejar de servirles y, por
tanto, no quiero que dejen de venir a visitarme a este rinconcillo de Internet,
siempre que les agrade… a su casa llegan.
Varios
de ustedes me preguntan por qué no estoy publicando. Se ocupan por si ocurre
algo. No, no sucede nada, al menos no nada grave. Ha habido unos problemas técnicos
que me han impedido la publicación de las lecturas de algunas obras, pero sobre
todo… el haberme dedicado de forma más intensa a lectura, a la lectura de libros
(y de muchos artículos) de los que irán saliendo, supongo, los comentarios.
Sin
duda, el lector, como es mi caso, es lunero y veleidoso. Ha habido en diciembre
un par de quiebros en mis lecturas, sin mucha explicación racional, que me han
desviado de lo que andaba viendo y en esos quiebros… me quedé y me fui, como la liebre, por el
perdedero.
Gracias
a quienes se ocuparon de mí… y seguimos.
Un
saludo,
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