Este
es el subtítulo de este blog. UN CHARLIE
CUALQUIERA es también el título de una novela que escribí hace
unos años y charlie es sinónimo de quídam, de uno como pronombre indefinido…
Así, un charlie cualquiera es redundante, con pretensiones enfáticas. Un
charlie, como escribí con cierto disimulo
en el comienzo de la obra, es un posible vocablo para incluir en el Diccionario
de la RAE y lo definí en su cuarta acepción como 4. m. Persona innominada. U. frecuentemente cuando no se quiere
declarar de quién se habla, o cuando se ignora su nombre.
El término generación que, originario de la
Biología, aterrizó para caracterizar grupos de escritores en la historia de la
literatura española del siglo XX, bien me puede servir para decir que un
charlie es también alguien que se encuentra fuera de su tiempo. La idea no es
nueva. Obvio. Me acuerdo ahora de La hoja
roja de Delibes e incluso de su Diario
de un jubilado, muy inferior a La
hoja e inferior en calidad también a los dos diarios que lo precedieron, el
del cazador y del emigrante. Las generaciones hoy pasan que
vuelan, ahora ya no se respetan los 15 años de los que hablaron Pinder y
Petersen. Las realidades que creíamos comprender e incluso manejar se nos
escabullen y nos puede incomodar la circunstancia en que nos hallamos. No
comprendemos del todo qué sucede a nuestro alrededor. La técnica nos sobrepasa,
nos apabulla. Pretendemos saber mucho de poco, y este poco nos abruma.
Este
charlie, este buen hombre, es el padre de otro personaje de otra novela mía, del
protagonista de Soy Gutiérrez… Don
Sixto es el padre de Javier Gómez. Hace ya mucho que terminé esta obra de la
que apenas recuerdo pasajes sueltos. Es curioso que las obras propias, los
libros que uno escribe, una vez terminados, toman derroteros también propios. Al
principio son jóvenes que pretenden cobijarse bajo el autor, mas el autor no
los quiere ya cerca, comprende que no le corresponden, que se hacen adultas de
pronto, que deben vivir solitas. Nadie las llamó. Creo, no sin ciertas dudas,
que los libros que escribo me solicitan. Algo de esto escribió también Delibes,
lo leo estos días en una biografía de Salinger, de la que ya comentaré aquí
algo cuando pueda… Los libros se hacen mayores de edad y los miro en la lejanía
como algo ajeno.
Esta
obra nunca optó por ser publicada en papel. Los libros se van subiendo a AMAZON
por empeño de blumm y de Daniel Arias de Saavedra. Son ellos, los amigos,
quienes los animan y los ponen al servicio de quienes deseen leerlos. Se
escribe para comunicar… y eso pretendo. Ojalá pasen un rato agradable con la
lectura de Un charlie cualquiera, si es que les apetece leerlo.
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