9 de octubre de 2010

¿Vargas... qué?

    Me preguntan qué opino sobre el Nobel de Vargas Llosa –no me atrevo a llamarlo Mario, sería impertinente por mi parte; mi Mario es el muerto de las Cinco horas-. Nada. No tengo nada que opinar. ¿Por qué tendría yo que meter el cuezo en este potaje? Sólo lo suyo  paera la ocasión: felicidades al premiado y buen viaje a todos. Me alegro con el bien y la alegría de los demás. Indeseable que nos mueva la envidia. Pregunto a algún próximo sobre la obra del arquitecto peruano: ¿Vargas Llosa? Repiten. Ignoran quién es. La necesidad es mucha y no siempre la cultura está entre lo más urgente. Huelga, por mi parte, el escándalo. También hay quienes desconocen quién es Lionel Messi.

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