12 de julio de 2020

LO QUE LEO-07- SUPERMÁN CON UN DIU EN LA BOCA


Desde mi perspectiva








ABC, 07-07-2020

Un bebé nace agarrado al anticonceptivo que tenía implantado su madre

Se cree que el DIU se movió de su posición original y se volvió ineficaz

Lo primero es dar gracias a Dios porque, siempre, era una bendición de Dios la llegada al mundo de un bebe. En esta ocasión, además, traía la singularidad de no traer un pan debajo del brazo, sino un DIU en la boca. En la antigüedad acudirían al arúspice para que dijera del destino y el sentido de este bebé arrojado. No soy adivino, pero apunto la idea de que un niño que nace con esta rabia y ese coraje es un ser especial: viene al mundo saltándose la voluntad de sus padres que no lo querían, que no lo deseaban, que… ahora, seguro, se han encontrado con la maravillosa vida de un hijo. Ahí tienen un Hernán Cortés, un Fray Junípero Serra, un Quijote… Gentes capaces de lanzarse con una cruz o una espada a la aventura de amor que supone la entrega a una causa grande y noble. ¡Bienvenido el nuevo zagal!

Escribí que “era una bendición de Dios” porque desde la última revolución sexual de los 60 en Occidente, el llamado control de natalidad –¿por qué los eufemismos éticos tienen nombres tan largos? ¡Porque no llaman al pan… pan!, y hay que dar un rodeo para vestir a la mona de seda-… produjo la quiebra entre el coito y la procreación. El coito pasó a ser “hacer el amor” –otro constructo sintagmático eufemístico-: la procura exclusiva del placer propio (no se me refute con un “eso ocurrió siempre”, pues hasta el siglo XX no se usaron masivamente los anticonceptivos: todos conocidos desde la antigüedad; en concreto del “DIU” ya lo habló Hipócrates). El hombre dicen es el único ser que bebe sin sed y copula en cualquier época del año… ¡y hora del día! ¡Y la responsabilidad “largo me lo fiais!, pero llega.


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