Desde mi perspectiva
EL PAÍS, 10-07-2020
Calviño:
“Teníamos comprometidos diez votos, pero alguien no ha hecho lo que dijo que
iba a hacer”
La vicepresidenta tercera del
Gobierno lamenta la derrota por la presidencia del Eurogrupo pero asegura que
la posición negociadora de España por los fondos del coronavirus sigue fuerte
El Economista, 8-7-2020
González Laya no será candidata a dirigir la OMC porque está
comprometida con el Gobierno
El Gobierno español está promocionando al ministro de Ciencia e
Investigación, Pedro Duque, para la Dirección General de la Agencia Espacial
Europea (ESA), en sustitución del alemán Jan Wörner, cuyo mandato finaliza el
30 de junio de 2021
En algún mentidero oral
o escrito, aprendí la historia que cuento. Alguien, que no recuerdo quién, le
ofreció a Romanones, don Álvaro de
Figueroa y Torres, ese pirante, que escribió Valle, la posibilidad de acceder a
la Academia (es decir: a la RAE). El intermediario pidió unos billetes para
engrasar las voluntades de los académicos electores. La gestión parecía haber
dado sus frutos y la getión parecía atada. Llegado el momento, Romanones no
recibió ¡ni un voto!, a lo que este comentó aquello de “Vaya tropa” o “Jo qué
tropa”, que también he leído.
Algo así parece ser le
ha sucedido a doña Nadia, la hija de don José María Calviño,
director-manipulador de TVE en los años del felipismo. Había comprometido y
creía tener atados los votos de sepa Dios quiénes y le han dado calabazas:
¡Vaya tropa!
El caso de González
Laya es distinto. Lo recoge Esopo en sus fábulas. Que fue, dice, la zorra a
comer unas uvas y, viendo que no las alcanzaba, se largó satisfecha y
convencida de que estaban verdes. El compromiso con España sirve de excusa,
etc. Excelente currículum: de los mejores de entre los ministros que padecemos.
Ir para nada, pues eso: mejor no ir a hacer el ridi.
De nuestro ministro
astronauta no sé nada. A ver si tenemos más fortuna y peso y no lo mandan a
orbitar a donde pican los pollos. Ya me enteraré, supongo.
El problema de estos
tres dignatarios compatriotras, entiendo, es que España, por desgracia, no
tiene influencias de calidad en las instituciones y cualquier nación le da un
no por respuesta y se queda silbando y tan fresco. Es lo que hay.
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